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Obra de Jazzamoart realizada para Cultura en Bicicleta.

No se puede entender el gran talento del maestro Jazzamoart, si no se conoce su afición obsesiva por el jazz. Así que iremos por los caminos sinuosos, siguiendo los pasos de su improvisación creativa, basada en la realidad, escapándose por doquier.
En una de nuestras conversaciones, aparecida en el libro La vida de la pintura Jazzamoart me contó que le fascinaba el dripping, ese goteo que cae en la pintura, aunque ahora ya logre controlarlo, lo sigue corrigiendo cuando no encaja o se sale del ritmo que busca.
Así le pasa a este músico con su bici, con la mano izquierda conduce, y con la derecha toca su saxofón, al parecer bajo la lluvia o en una noche pirotécnica. El ciclista no puede caer, ya que la nota lo sostiene. Y ¿Cuál será esta nota?
La nota azul, claro, la famosa Blue note.
En el jazz y en el blues, “the blue note” es una nota cantada o tocada con una ligera disminución de un medio tono, lo que permite crear disonancias y un sentimiento de queja.
Pero esta expresión aparece también en una conversación entre Delacroix, George Sand y Chopin. “La note bleue” es entonces una nota que da en sí misma el color o del momento. Aparece en Chopin como una prolongación de algo qué pasó en los preludios que se hacían antes de tocar la obra, como un eco indefinible.

De Delacroix à Jazzamoart, del romanticismo al expresionismo abstracto, circula la nota azul, misteriosa y tan presente, relacionada a menudo con el blues, o el “ nostos” de los griegos ( padre de la nostalgia) , la pena de verse alejado de la patria o de los amigos, lo que está tan lejos de ser el caso de Jazzamoart como propio quizás de este músico, solo en su bici, tocándole a la luna.

Texto Dominique Legrand

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