«Rupestres»

88.5 cm x 35.5 cm • Acrílico sobre tela • 2022

Adonay Vásquez

Adonay Vásquez (30 de junio de 1978, Santo Domingo Tehuantepec. Oaxaca)

Cursó la carrera de arquitecto en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en el año 2005. En el año 2004 asistió al 2º Simposium de Gráfica “Medios Digitales Aplicados”, y en el 2003 Seminario “La Estética en el Arte Contemporáneo” impartido por el Dr. Roberto Sánchez Benítez por el Instituto Michoacano de Cultura en Morelia, Mich.

De formación arquitecto, ha tenido la oportunidad de ser asesorado por distintos artistas visuales, recibir algunos talleres de pintura y gráfica, que le ha dado la oportunidad de tener una visión más clara de cómo abordar diferentes temas y ver con qué disciplina puede expresarlos mejor. Su obra tiene que ver directamente con nuestra cotidianidad: pintura, fotografía, instalación o grabado. Los materiales son principalmente desechos que han sido arrojados en las vías públicas, de aquí surge el sentido de descontextualizar un objeto para crear un nuevo discurso dentro de él. Sus series de pinturas las ha realizado a manera de diario van íntimamente ligadas con los sucesos que le han ocurrido durante la realización de éstas; en donde ha llevado al recuerdo como un protagonista. Haciéndolo presente en forma de emociones despertadas a partir de imágenes, empleando los colores que le remiten a recordar, algunas texturas o formas de pequeños detalles tan abstractos que no dejan una imagen clara de lo que son, pero que sí conservan la esencia. Se vuelve para el artista una serie de imágenes abstractas cuando cada espectador al momento de recorrer la exhibición crea una relación con situaciones o lugares en los que él mismo haya estado involucrado.

Con diferentes exposiciones colectivas tanto en el país como en Sudamérica; su trabajo se desarrolla básicamente en pintura y fotografía, el primero de manera abstracta busca despertar emociones con la representación de texturas y líneas. Influenciado principalmente por el trabajo de Miguel Castro Leñero y Fernando García Ponce.

Galería

Por: Dominique Legran

 

El pintor se acerca al misterio, con tensión e intensidad. Misterio de la pintura, con una naturaleza casi ausente, contrastes y colores calientes que se responden de manera simétrica, entre azul profundo y rojo sangre, brillos y tonos que hacen pensar en los viejos iconos rusos , con el olor a madera quemada.

Misterio del tema , con estas tres edificios superpuestos que se parecen a antiguas capillas de pueblo y que recelan cada una varios tipos de bicicleta. Las bicis aparecen , de arriba hasta abajo, como esbozo primero, como dibujo en la casa del medio y como pintura en la inferior, y esto con una luz diferente cada vez. Para seguir con la metáfora del misterio sagrado, las bicis aquí serían un retablo.

.¿Y qué evocan? ¿Qué se transmite con estas composiciones habitadas por bicicletas en varias formas de su evolución o de su representación ? Una posibilidad de fuga, el wanderlust ( deseo irreprimible de viajar) de los pintores románticos alemanes, de salir del secreto de la infancia sin poder sin embargo soslayarlo, y una relación a la belleza que tiene que ver con la revelación o por lo menos con la idea de desvelamiento.