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Actualizado: 15 feb

( México 2013.Debolsillo premium)

Escribo esto enfrente de la estatua de Las Cibeles, en la colonia Condesa y me imagino a Savater aquí, soñando con el conjunto original que está en Madrid. Su libro Ciudades con genio nos hace pasear por muchas urbes siguiendo las huellas de los grandes escritores que vivieron en ellas . Dice: “Los lectores sentimos una emoción especial, difícilmente expresable, al visitar las casas, las calles y los paisajes que transitaron y donde imaginaron sus obras nuestros autores más admirados”.

A veces se denigra la admiración , y el autor rectifica este juicio con esta frase de un amigo suyo: Admiramos con la qué hay de admirable en nosotros.

Vamos pues errando por Praga con Kafka, por Coyoacán con Octavio Paz( con una muy interesante intervención de Juan Villoro), por Edimburgo con Stevenson y por el Madrid de Cervantes, Lope de Vega y Quevedo entre otros , y esto sin ninguna pedantería, sin solemnidad, como si fueran , con todo respeto, compañeros encontrados en el camino.

Hay sabrosas interferencias entre los autores: En el capítulo sobre Stevenson ( La isla del tesoro, Doctor Jekill and mister Hyde), el español Javier Marías evoca la influencia del escocés sobre Borges, presente por otra parte en el capítulo sobre Buenos Aires.

Aprendí que Dante fue exiliado gran parte de su vida, que para Pessoa“ El viajero que llega desde el mar, Lisboa, incluso desde lejos, se eleva como una justa visión en un sueño”. Y que él mismo Pessoa. “ ..en sus cuarenta y siete años de vida( pertenece al club fatídico, mes arriba o mes abajo, del que son miembros Poe, Baudelaire,Stevenson, Kafka, Camus Orwell …) se las arregló para ser vanguardista y reaccionario, ocultista y despiadadamente racional, astrólogo y metafísico, traductor, ensayista , poeta”. 

Más cerca de nosotros hubo la generación de rockeros que murieron a los 27 años , casi la mitad de la fecha fatídica de estos escritores y esto no tiene nada que ver con esta reseña pero el vagabundear de manera placentera en tantas ciudades provoca forzosamente ensueños e inopinadas asociaciones de ideas.

Nunca fui a Dublín, pero terminada la pandemia quisiera ir frente a la pelada cima del Ben Bulben ,en el cementerio de Drumcliffe, y leer el epitafio de William Butler Yeats, quizá bajo la lluvia: 

Contempla con frialdadLa vida y también la muerte.¡Jinete , sigue sin detenerte! En fin , este libro suculento se deja degustar sin moderación y nos permite viajar, admirar, recordar y (re)descubrir doce ciudades másuna región ( ,¡y qué región: la maravillosa Bretaña francesa con Chateaubriand ! ) en excelente compañía.

Post-scriptum : hay varios videos accesibles al público al teclear el título del libro en Google o YouTube. Se podrá ver al autor deambulando por los lugares de referencia y presentándolos.

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