Con obras dedicadas al amor, expone en estos días su nueva propuesta visual titulada «El amor con el hoy», que se presenta en la galería Picci Fine Arts.
A propósito de esta exposición presentamos una conversación que el artista visual sostuvo con estudiantes de la Maestría en Periodismo y Gestión Cultural de la Escuela Carlos Septién. En dos horas de conversación estos fueron algunos de los temas que conversó con Jesús Javier Aguilar Martínez, María de los Ángeles Anzo Escobar, Hugo Augusto Benítez Thomas, Virginia Batancourt Roldan, Gabriela Cabral Benhumea, Hugo Roca Joglar e Israel Yánez González, entrevista redactada por ellos mismos.
El artista visual Eloy Tarcisio (Ciudad de México, 1955) nos ha demostrado que el arte efímero es una puerta a la eternidad, pues, para una verdadera obra de arte, lo mismo es un minuto que un siglo, ya que el lienzo sobre el cual pinta es el alma humana.
En entrevista con los estudiantes de la Maestría en Periodismo y Gestión Cultural de la Escuela Carlos Septién, el ex-director de la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado “La Esmeralda”, explicó que busca que la obra tenga su propio tiempo, por ello, trabaja principalmente con materiales perecederos, que hasta cierta forma representan la temporalidad de todo lo que tiene vida. Por ello, “el reflejo del pasado está en el presente, el arte cambia, y nada muere, sólo se transforma en otra forma de vida», expresó.
El creador del proyecto Ex Teresa Arte Actual –un museo que investiga, exhibe y custodia la memoria de las prácticas del arte contemporáneo no objetuales– es amante de la mexicanidad: «La historia de nuestro país y los orígenes de los primeros mexicanos inician principalmente en las plantas y frutos de estas tierras, que nos da identidad… el xoconostle, la tuna, el cacao, los nopales y magueyes son la arcilla para realizar mi trabajo. Materiales efímeros que cada instante se irán transformando ante los ojos de quien las contemple y seguirán su camino a la trascendencia».
Eloy Tarcisio López es promotor, asesor, conservador, curador, consultor de arte y un artista multifacético de inagotable obra que lo ha colocado entre los exponentes destacados del arte contemporáneo mexicano. Desde 1973 Tarcisio ha participado en más de un centenar de exposiciones colectivas e individuales, en México y en diversos países de América, Asia y Europa. Su inclinación hacia las artes no convencionales lo llevó a desarrollar el proyecto EX- Teresa Arte Alternativo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) con sede en el ex-Templo de Santa Teresa La Antigua. Sus estudios formales los realizó en la Escuela Nacional de Pin- tura y Escultura “La Esmeralda” institución que dirigió de 2009 a 2013 y, en el Centro de Investigación y experimentación plástica del INBAL, en donde imparte la cátedra de arte conceptual. Actualmente se desempeña como profesor de tiempo completo asociado “C” interino de Investigación, Producción, Arte y Entorno, y Arte Urbano en el Programa de Posgrado de la Maestría de Artes Visuales de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (FAD-UNAM). Dirige Salón Abierto, un proyecto intermedial de fomento para la interacción libre de creadores y de la exploración constante en las expresiones artísticas. Su objetivo es propiciar la transformación y el cambio de paradigmas sociales-culturales a partir de la investigación, la experimentación y la creación.
La sangre es otro elemento indispensable en su obra, como vimos en el lienzo «A 500 años de la Conquista del Valle de México» que formó parte de su exposición “Arqueologías” que estuvo en el 2023 en el Museo de la Ciudad de México, una pieza que da muestra fehaciente de la fijación del artista los temas del mudo prehispánico, de la relevancia de la sangre y el sacrificio que era fundamental en los primeros pobladores de una parte de lo que hoy conocemos como México. Y a su vez, el paso de los conquistadores por las tierras del Anáhuac, dejando un baño de “sangre consolidada”, que, en palabras del artista, nos persigue como maldición interpretada sobre este lienzo que es un mapa Tenochtitlan o la Ciudad de México.
El arte no se explica, el arte se vive, se descubre…
Su trabajo también abarca lo teatral, obras que son realizadas frente a los ojos de los espectadores «quienes asisten al parto en donde será concebida una obra arte», esto por medio de métodos como el performance y donde el público también será un elemento de ese objeto a través de la mirada y su presencia.
La cita de esta conversación fue en uno de los salones de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Allí el maestro Tarcisio permaneció sentado en la silla con el torso recargado en el escritorio, y los brazos y manos sueltos, versátiles durante la conversación. Cada que alguno de nosotros lanzaba una pregunta, colocaba su mano derecha sobre su oreja para escuchar con detalle. Entonces tomando un tiempo, y como a través de un ejercicio de reflexión, compartía su vínculo con el lenguaje artístico como su medio de comunicación.
“El artista es un intelectual, es un pensador, es un creador complejo que construye a partir de su conocimiento. Y el arte es un medio de comunicación y tiene una responsabilidad muy grande. Por eso el artista tiene que comunicar y mostrar algo para el espectador, no puede solo quedarse en el sentido decorativo, tiene que comprometerse, impactar en el otro”.
Para este creador: «el ser humano se manifiesta dentro de una serie de estímulos que llegan inesperadamente, una especie de inconsciencia que cambia su manera de percibir el entorno». Además, basado en su experiencia como docente, sigue explorando la manera de introducir a las nuevas generaciones en el arte, enseñar más allá de simplemente transmitir conocimientos técnicos, lo que para él implica cultivar la creatividad, la apreciación estética y la expresión personal.
“El arte no se explica, el arte se vive, se descubre. No es como la medicina que se enseña. El arte se experimenta bajo otra estructura. Si uno se educa con sensibilidad es posible crear dentro del contexto de ese ser humano el arte. Cuando entré como director de La Esmeralda, quería innovar en el arte, me di cuenta que hacían falta muchas cosas. La educación debería de estar delante de lo que se enseña, cómo el futuro. Es decir, el arte debe ser expandido en cada enseñanza. Además ahora con los retos de la tecnología, el artista contemporáneo es multidisciplinario. Y eso creo que pude verlo entonces, por eso abrí las puertas de los talleres para experimentar desde la propia necesidad de la experiencia y que las evaluaciones fueran de acuerdo al conocimiento de cada uno”.
«El arte no se limita, abarca la pintura, la escultura, la música, la literatura, el cine, la danza y mucho más. Cada forma artística tiene su propio lenguaje, su propio conjunto de reglas y capacidad para transmitir emociones y pensamientos. Por ejemplo la pintura, con su juego de colores y formas, puede evocar nostalgia o provocar reflexión; la música, con sus notas y ritmos, puede transportarnos a través del tiempo y el espacio; la literatura, con sus palabras cuidadosamente elegidas, puede revelar las complejidades más profundas del alma humana», apunta este artista en toda la expresión de la palabra.
Ensuciar los colores con la sustancia de la materia
La obra de Eloy Tarcisio se ha caracterizado por la creación en diversos medios expresivos e intensos, con notoria influencia en las raíces prehispánicas de nuestra cultura a través de su pintura, sus dibujos, sus grabados y, decididamente, en sus instalaciones, performances, éstas obras de arte que logra a través de procesos y medios inusitados, pero manteniendo como papel protagónico, en primera línea, el arte contemporáneo, el arte actual.
En la conversación aceptó que en en su cromática predominan los ocres y los carmines, aunque para él, eso es casi un accidente, pues más que centrarse en las tonalidades y matices, lo que le interesa es la esencia de los materiales, su naturaleza primera o su alma.
“A mí el color no me interesa tanto, cuando empecé a estudiar me di cuenta de que era un pintor colorista, es decir, que siempre aplicaba muchos colores en mi trabajo, cuando dibujaba tenía una gama de colores muy grande […] Pero cuando llegó a los elementos naturales endémicos de origen mexicano, me di cuenta de que tienen su propio color y su propio tiempo, conforme pase un cliclo el nopal verde se va secando y se va convirtiendo en otra cosa y en otro color”, advierte.
Sobre sus orígenes, Tarcisio recordó que sus primeras piezas estuvieron influenciadas por el impresionismo con artistas como Monet, sin embargo, su proceso creativo lo ha llevado a alejarse de estas escuelas y encontrar un discurso muy personal.
Para llegar a este punto, dice, ha tenido que ensuciar los colores, renunciar a los tonos puros y entender la magia de la interacción de cada uno de los tonos, pues ahora el valor más importante de lo matérico-plástico es respetar la naturaleza de los elementos que utiliza.
“En ese sentido el color para mí no existe: para un oaxaqueño usar la sangre implicaría conservar su color y usar una flor significaría mantener el color de la flor, no de la sustancia de la materia. Para mí es al revés, mantener el valor de la sustancia, respetar el proceso y el valor en su tiempo de cambio”.
El uso de materiales orgánicos para mostrar la realidad de lo efímero, es parte de la propuesta del maestro Tarcisio. Al utilizar frutas como zapote negro, xoconostle, papaya, mamey, pitaya, aguacate, nopales, tunas, pencas, chapopote o sangre, expone a través de su descomposición sobre el lienzo como transcurre el tiempo y la importancia de ser conscientes del principio y el fin. Sobre éste último material compartió cómo fue su experiencia al trabajar con sangre: todo parte desde cómo fue conseguir la sangre. “Antes en México había una cosa que se llamaban rastros y esos eran unos lugares donde se mataban a los animales que luego llevaban a las carnicerías, en la Ciudad de México actualmente ya no existen, los fueron sacando porque era una fuente de contaminación, la sangre evoluciona, al salir del cuerpo se sigue pudriendo, se sigue transformando químicamente y provoca gases tóxicos. En consecuencia para evitar riesgos y contaminación, fue necesario situar los rastros fuera de la Ciudad de México».
La sangre: excelente pasta para pintar
Esto obligó a Eloy Tarcisio a buscar otras alternativa para conseguir la sangre y continuar con su propuesta artística.“Conforme se fueron yendo los rastros, tuve que acudir a los carniceros; me puse de acuerdo con el de mi barrio y le dije que me consiguiera unos litros de sangre, al principio me daba cubetas, luego ya unas bolsas negras cerradas y llenas de sangre para poder usarla. Sin embargo conseguirla no garantiza la realización de la obra, el tema era trabajar con la sangre y que al mismo tiempo no fuera un foco de contaminación.
“Tenía que usar la sangre luego luego, no la puedes guardar. La sangre si la sacas del cuerpo y la pones en el lienzo se seca pero sigue su proceso de descomposición, por eso hay que expandirla y ponerle sellador, revolverla hasta que se convierta en una pasta como pintura, se tiene que hacer luego luego que comienzas a trabajarla porque sino se va coagulando, químicamente se va transformando y oliendo de una manera muy fuerte, podría decir que hasta lastimera. En los últimos años ya no he hecho piezas con sangre».
Eloy Tarcisio también ha mezclado texturas de pétalos de rosa, acrílico y sangre sobre el lienzo, resultado de esto es su serie «Sentimientos» con la que entre relieves y tonalidades de rojo más suave a más fuerte, logra lo que desea en cada una de sus obras: comunicar, transmitir al público emociones.
En la conversación se abordó también el tema de la inteligencia artificial que cada vez se involucra más con el arte, a lo que Tarcisio apuntó: “La inteligencia artificial suma a la creación, y de hecho eso es lo que hace el artista: sumar. Yo utilizo todo lo que hay en el contexto del arte para transformar y mostrar algo diferente. La inteligencia artificial, que es es un conjunto de tecnologías que permiten que las computadoras realicen una variedad de funciones avanzadas como comprender y traducir, analizar datos, tú le dices: quiero que me hagas un texto sobre la vida de fulano, entonces le das los elementos, lo construye y te lo da, pero tú la alimentaste, entonces no está mal.
«La inteligencia artificial es una manera de sumar a la creación, pero también de entender que las cosas existen para ser modificadas y transformadas y que eso culmine en algo diferente.
«Tú la alimentas y te regresa algo y todavía puedes modificar: pensar está bien dicho, está bien armado, está bien tal, pero qué pasa si yo agarro y le cambio la palabra en un fragmento, le cambió la coma por acá, le quito el punto, o si le hizo una pintura, qué pasa si la mancho de rojo, qué pasa si le doy el carácter o la cualidad que mi forma humana me permite darle a esta cosa… creo que eso es valiosísimo, que las cosas existen para que uno las modifique, para que las transforme, para que haga algo diferente con ellas y aprovecharlo”.
En este tema el artista destacó la significación en el lenguaje del arte, en el sentido humano, y como es trascendental la persona considerando que la mano del hombre es básica dentro de todo este nuevo sistema.
“Aprovechar esta herramienta para decirle: haz mi tesis doctoral, te doy toda la información y tú me la estructuras… pero yo te di los datos, entonces es una tesis equis porque la hizo la máquina, tiene el matiz o la calidad de lo humano, entonces eso lo puedo modificar, ¿qué pasa si yo le doy el toque humano? ¿qué tal si yo lo humanizó? En la facultad de arte con el paso de los años, al pasar de la Escuela de Artes Plásticas a la facultad, se produjo un viraje de los egresados a la cientifización y entonces comenzaron a pedirles tesis escritas, por lo que el alumno de maestría tuvo que aprender a escribir una tesis cuando nunca estudió cómo escribirla, por lo tanto desarrolla tesis equis, de tal manera que el alumno se ha ido enfriando, se ha ido alejando del taller y se ha ido a la investigación científica respecto del arte y ha perdido su cualidad de artista. Yo creo que hay que humanizar la profesionalización del arte porque se está perdiendo, yo creo que es muy importante tener en cuenta que la mano del hombre es básica para todo”.
Toda obra de arte tiene la cualidad de iniciar y terminar.
Eloy llega al salón de clases minutos antes de la cita, toma asiento y se pone cómodo, seguro de que los alumnos de la Maestría en Periodismo y Gestión Cultural tendrán una buena sesión de preguntas, que él logrará retribuirles con geniales respuestas. Justamente, cuándo Pilar Jimenez Trejo, profesora de la materia de Géneros en el Periodismo Cultural, le pregunta si desea presentarse, hablar un poco sobre él y sus obras, o si prefiere que los alumnos le pregunten, Tarsicio responde: sí estoy en un salón de periodistas, los periodistas son los que deben hacerle las preguntas.
Las respuestas del artista y catedrático siempre son bastas, plenas de ideas que detalla, ilustra y puntualiza a cada pregunta que se le hace. Por un lado, aclara algunos temas y por otro los dota de nuevas curiosidades que invitan a la reflexión y al deseo de descubrir más de lo que va narrando. El compartir de manera sustancial pero al mismo tiempo permea con una intención incluso un tanto disruptiva, como debe ser su esencia, misma que refleja no sólo al momento de comunicarse de manera verbal, sino también a través de su arte.
Luego definiendo conceptos que definen su trabajo artístico:
Decodificación. Sobre el arte y en específico el suyo, indica que se encuentra en un concepto llamado implosión, “cómo hago que todo lo que produzco sea como un arte de magia, que de pronto llega y luego se vuelve a ir, es decir cómo es que aparece y cómo es que desaparece: eso sucede dentro de su proceso de transformación”.
Efímero. Parte de la obra efímera, de trabajar la experiencia del espectador por una única vez. “Si las obras tenían la intención de que fueran efímeras, ¿por qué no terminan siendo efímeras?”
Creación. Las cosas endémicas mexicanas formaron parte de sus primeras instalaciones artísticas como los nopales, los magueyes, las tunas… Eloy señala que existió la intención de que duraran una semana o un mes, y que al final desaparecieran. “Toda obra de arte tiene la cualidad de iniciar y terminar”.
Implosión. Su trabajo está sostenido en la investigación, la producción como rutas que lleven a experimentar el arte como creación, sin tener que pasar necesariamente por una única teoría. El entrevistado afirma que el artista puede y hasta cierto punto debe ser más práctico que teórico.
Eloy Tarcisio no sólo comparte el conocimiento de su vida como artista, sino también algo sobre su experiencia como padre, y sobre su cargo como director de La Esmeralda. Así confiesa su fascinación por el método Montessori aplicado a la enseñanza.
“Yo tuve un hijo en Montessori y mi hijo fue a esa escuela porque yo quería que fuera un libre pensador”.
Eloy indica que en La Esmeralda trató de romper el esquema educativo para que el estudiante pudiera crecer en una evolución constante de transformación. Tal vez algo que pudiera caracterizarlo, según sus respuestas y sus trabajos, es la distinción de querer hacer las cosas de manera diferente. Y se lanza a decir que cualquiera que lo desee puede ser artista, periodista, médico.
En el salón de clases no falta la polémica, la profesora , menciona que “no cualquiera puede ser artista o periodista, se requiere de pasión y dedicación”. Al respecto, Eloy Tarcisio comparte una analogía interesante, sobre la diferencia entre un cocinero y un chef, en donde se dice que el gran cocinero hace a diario lo mismo, pero el buen chef modifica, innova, crea dentro de la cocina. Indica que para ser un gran chef, se tiene que aprender a oler, probar, experimentar. Cada profesión u oficio tiene su esfuerzo y el trabajo habla por sí mismo.
Así como sucede a veces con los periodistas o los artistas: pone el acento en la importancia de la convivencia en los salones de clases, lo mismo que en las galerías, las cantinas, como un indispensable punto de reunión para intercambiar ideas y aperturar el aprendizaje en grupo e individual.
Como es natural, Eloy menciona que son muchos los artistas que han impactado su formación, pero enfatiza que fue con su amigo Michael Tracy con quien pudo encontrar una empatía y alguien con quien hablar sobre los temas que a él le obsesionaban: “hablar de la materia, del tiempo, del espacio, del contenido del discurso artístico, y hablar de mi tiempo”. Le impactó mucho lo poderoso de las piezas descarnadas de Tracy, bastas de arte, de esencia…
Como un artistas, a Tarcisio le conmueve todo, indica que le estremece la historia y los sucesos, desde antes de la llegada de los españoles hasta el estar en un aula de la Septién. Enumera los movimientos sociales, la política y reconoce la necesidad del ser humano para ser culto, interesante o el descubrir personas en algunos barrios que resuelven su vida con unos cuantos pesos. Señala que ese es el gran contraste de la sociedad, es como el Yin y el Yang, la muerte y la vida, el drama con el amor y la felicidad.
Más de dos horas después de la conversación, el artista se marcha contento y los estudiantes quedan satisfechos de conocer de viva voz a un hombre que es en todo un artista, que vive como artista, que habla como artista, que reflexiona como artista.
Exposición individual: El amor con el hoy*
Con quince obras dedicadas al Amor, Eloy Tarcisio ofrece sus impresiones sobre lo amoroso en su nueva propuesta visual titulada «El amor con el hoy», que se presenta en la galería Picci Fine Arts. Un nuevo espacio para la promoción del arte que apuesta por artistas consagrados como Tarcisio, creador destacado en el arte contemporáneo mexicano.
Eloy Tarcisio (Ciudad de México, 1955) ha mantenido una prolífica trayectoria de más de 50 años en el mundo del arte. Su obra se caracteriza por la intensa búsqueda de la raíz en la cultura mexicana, en géneros tradicionales como la pintura, el dibujo, la escultura y el grabado, e incorpora la instalación, la media y el performance.
En «El amor con el hoy», el artista presenta técnicas mixtas en diferentes formatos y materiales orgánicos, por los cuales, explora el significado de la modernidad y da vida a los cuerpos enlazados del tiempo presente. En las piezas realizadas ex profeso para esta exposición, los visitantes descubrirán, desde una perspectiva distinta las relaciones interpersonales, Tarcisio juega con las siluetas que hablan y se modelan en el abrazo, en la unión, en la solidez producida por los apegos vitales.
“ELAMORELHOY es una palabra que marca una pauta importante entre el amor y el tiempo. ELAMORELHOY es hablar del tiempo presente, el tiempo que no cambia, que siempre es el mismo. El amor que es una constante y que es continúo”, expresa el artista.
En las obras las sensaciones se solidifican en el suceso amoroso. En los trazos de Tarcisio se presiente el movimiento que desenmascara las afinidades en contradicción y las tensiones en su inmediación. El símbolo del corazón, imagen recurrente en la obra del artista, es un elemento fundamental en continuo cambio.
Dice Tarcisio “El corazón es muy importante para hablar de la vida, de la muerte, del amor, del desamor, del corazón roto, separado del cuerpo y de su forma de vida”.
Para esta exposición, el fundador y director del Ex Teresa Arte Actual en los periodos de 1993 a 1995 y de 1996 a 1998, se dio a la tarea de experimentar nuevas fórmulas hechas con materiales orgánicos endémicos de México, primordialmente, el mole, el chapopote y pulpa de frutos mexicanos.
“Hay cuatro piezas de 2 metros por 1.50 m, donde utilizo tres tipos de mole: rojo, verde y negro, que vinculan los alimentos, una cultura, una forma del corazón, el amor detrás de la comida”, destaca Tarcisio.
La muestra «El amor con el hoy» busca provocar una reflexión positiva acudiendo a los afectos para contrarrestar el sufrimiento que
provocan las guerras, la pobreza y la desolación.
“Los espectadores encontrarán una manera de relacionarse con su propio yo, donde los afectos nos pueden hacer sentir bien, tener a alguien con quien compartir. Aquí van a poder conectarse con eso” comentó el ex director de la Escuela Nacional de Pintura Escultura
y Grabado “La Esmeralda.
La exposición estará abierta al público, del 14 de febrero al 9 de marzo en un horario de lunes a viernes de 09:00 a 17:00 horas, y
los sábados de 11:00 a 15:00 horas. Otros horarios, previa cita, en la galería Picci Fine Arts, ubicada en Alpes 700-A, Lomas de Chapultepec, Ciudad de México.
El artista y el curador ofrecerán recorridos guiados y charlas durante la duración de la muestra, próximas a anunciarse en las redes
de la galería (Instagram @PicciFineArts)
*Información de prensa.
EL AMOR CON EL HOY*
Se reúnen en esta galería y oficina de arte obras cuya temática —por sus símbolos encapsulados, de corazones, cuerpos de parejas— es cerrada, pero cuyo acompañamiento la vuelven abierta —besos de obsidiana, semillas de tunas, el paso del tiempo sobre las mismas, el tiempo orgánico…—. Concuerdan así con el modus operandi de Eloy Tarcisio, que abrió de esta manera el campo del arte contemporáneo en el país, cuando en los setentas y ochentas instauró una relación, mediante la experimentación, entre el performance, la instalación y la pintura. El amor por décadas ha ocupado a su obra, porque representa, en su concepción clásica, un salto entre lo visible y lo invisible. Las obras invitan a acercarse al proceso habido detrás de ellas: en ocasiones un proceso que no se ha detenido —“me gusta abrir temas e ideas para no cerrarlas”— y para el cuál la experiencia del espectador es importante. Eloy parte de emociones y experiencias personales, pero las obras no las expresan en una operación romántica. Se sostienen como ideas mediante el montaje simbólico —de la representación y la presentación de símbolos y materiales con carga simbólica— que se alimenta de un contexto regional: mitologías mexicanas, el sentido arqueológico de los materiales; mientras que al mismo tiempo cuidan de una simpleza que abre su sentido contemporáneo y universal, invitando así al espectador a abordar las ideas en todo su esplendor positivo, ateniéndolas al contexto de la contemporaneidad que nos y las atañe.