Málaga, España.- Coincidiendo con su 276 aniversario de Bernardo de Gálvez, lo nombraron Hijo Predilecto de Málaga. Seguramente habrá algunos que no saben quién es este personaje. Y desconocen que en Málaga hay un pueblo blanco en la costa del sol a medio camino entre la sierra y el mar, que es puente entre la cultura española y americana.
Empecemos por Bernardo de Gálvez. Es un sagaz y valiente militar, con una perseverancia y un arrojo inspiradores. Un fino diplomático con una visión que cambió el mundo. Participó en el nacimiento de los Estados Unidos e inició una nueva era en nuestra civilización que hasta hoy perdura.
Francisco Salado, Presidente de la Diputación de Málaga explica que: “Antes que la revolución francesa fue la revolución americana, y tanto la declaración de independencia de los Estados Unidos de 1776 como su posterior Constitución impulsaron el camino para el desarrollo de los derechos humanos. Cuando España mantenía una apariencia de neutralidad, Gálvez supo apoyar a los rebeldes en su lucha contra el Reino Unido, suministrando un material de guerra que fue decisivo para su causa. También fue un administrador y virrey de Nueva España; en México se enfrentó con decisión y acciones solidarias sorprendentes para aquel tiempo a las hambrunas y a una epidemia de peste, impulsó las obras públicas y difundió la nueva vacuna contra la viruela. Además, mejoró el gobierno de las distintas provincias del virreinato. Y todo eso en apenas un año porque murió poco después”.
Salado ha recalcado que “pocas vidas ha habido más apasionantes, más de película, que la de Bernardo de Gálvez”. Batalló con los apaches, pero luego fue capaz de ganarse la confianza y el aprecio de muchas tribus indias. Luchó en Argel. Venció en numerosas ocasiones al imperio británico y fue virrey. “Podrían hacerse varias películas con sus aventuras extraordinarias. Pero todo, todo, comenzó en un pequeño pueblecito de la Axarquía: Macharaviaya. Y quizás esa fuera su mayor aventura y su mejor legado”, ha añadido.
El presidente ha incidido en el deber de la Diputación de Málaga de difundir la vida de Gálvez y sus gestas, y “combatir esa falsa leyenda negra que se agita interesadamente contra todo lo español”. Por tanto, ha apelado al orgullo de España, de su legado y de los vínculos con América.
“Al contrario que otros imperios, nosotros convivimos con los indígenas. Fundamos universidades, implantamos derechos, y nuestros lazos deben perdurar y deben respetarse desde el conocimiento. Bernardo de Gálvez puede y debe ser uno de nuestros mejores embajadores en Estados Unidos”, ha precisado.
Macharaviaya, de raíces y trazados árabes es cuna de los Gálvez, insigne familia al servicio del rey ilustrado, Carlos III, en los menesteres: embajadores, virreyes del nuevo mudo e incluso una independiente mujer escritora. Por lo que se encuentra el Museo de los Gálvez donde está disponible toda la información relacionada a esta familia.
Se encuentra la fábrica de Naipes, ostentó el monopolio de este producto para su venta en América hace dos siglos, un complejo industrial totalmente pionero en su época, trajo prosperidad al pueblo que fue conocido con el sobrenombre de El Pequeño Madrid.
Los visitantes pueden pasear y visitar el mausoleo cripta de los Gálvez alberga los restos de Don José de Gálvez y otros miembros de la familia custodiados por varias estatuas.
La iglesia de San Jacinto, levantada por segunda vez en 1785, sobre el solar que ocupó la anterior desde 1505, con el mecenazgo de la familia Gálvez. Y visitar la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, es una de las mezquitas rurales del siglo XIII mejor conservada, convertida en Iglesia mantiene su antiguo trazado y sus primeras pinturas cristianas del siglo XVI.
Fotos: J. Carlos Santana