Me pasa por la mente que Sócrates fue el primer pedagogo en manifestar públicamente que saber algo de algo solo es parte de la ignorancia del resto, es decir del todo. Nadie de condición humana puede afirmar que tiene conocimiento de la totalidad de los seres y las cosas. De ahí el “solo sé que no sé nada”, como varios de los pasados y presentes secretarios de Educación Pública que arruinaron de fondo y forma la hazaña educativa de la generación que en 1924 halló el destino de la educación pública en este corazón de espinas llamado México.

“solo sé que no sé nada”,
Mi culterana cita viene al caso porque la secretaria de cultura federal, Claudia Curiel de Icaza (ojo, apellido fifí como el mío que soy Álvarez Icaza), declaró en La Jornada que en este sexenio se atenderá integralmente la crisis de la educación artística que tiene en paro a diversas escuelas de arte por diversos motivos. Entre ellos la falta de atención al debacle que estaba a la vista en el Conservatorio Nacional y la Escuela Nacional de Teatro, ambas del INBAL, por parte de la administración del fantasma macuzpano cuya sombra abarca todo el gobierno de la señora Sheinbaum. Naturalmente su secretaria de cultura no pronunció una palabra al respecto pero sí comentó que la educación artística está como la finca del peje: muy lejos.
Pero tan próxima que anunció como eje de su medicina integral la cooperación con la Secretaría de Educación Pública para solucionar la crisis, que es como considerar que gracias a Delfina Gómez los problemas del estado de México se van a corregir. Me entusiasma la energía programática de Claudia Curiel de Icaza porque tiene clara esa parte de la totalidad que es la educación pública que ya no soporta remedios sino una operación de fondo. Lo que frena mi admiración es que considere que la SEP es el remedio del mal que le ha hecho a la educación artística desde hace un montón de fincas del ahora ciudadano López Obrador.
Como padre primero y como periodista después, atestigüé cómo una niña o niño de primaria se tarda todos el ciclo escolar de esos años, tratando, no aprendiendo, tratando de tocar do re mi fa sol con entonación. Mi hijo es hoy un músico en todo el sentido del término, pero de haber sido por la educación artística de las escuelas públicas y privadas, hoy sería juez de distrito gracias a las facilidades que está dando Morena para hacer de la justicia lo mismo que la educación artística: un desastre.
Ciudadana secretaria de cultura, la educación artística de la SEP es como Acapulco luego de los dos huracanes: zona devastada. No me crea a mí, vaya sin anunciar a una escuela primaria promedio de la SEP (porque las hay magnificas por excepción), y dígale al director que junte a los mejores alumnos para tocar “estrellita” de Manuel M. Ponce, un caballito de batalla de la educación musical. Y acaso considere enseguida que ese aliado no sacará al buey de la barranca porque lo tiene hundido hasta el cuello.
A mediados de los años 80 Manuel de la Cera convenció al preciso de hacer un programa cultural que llevara las bellas artes a las escuelas mas apartadas del país. Fue un desafío inmenso en el que pude participar gracias a Margie Bermejo, y el problema central de aquella iniciativa formidable fueron los maestros y directores de aquellos alejados centros de estudio, porque les daba hueva la cultura ¡A los maestros! De la Cera logró incluso una remuneración económica que permitió cierta atención de los docentes que atendieran el programa, y aun así acaso no la mayoría pero casi, lo hizo por el estímulo económico, no por convicción. En contra parte debo decir que en muchos rincones ignorados del país siempre hubo maestros que apoyaron de verdad los programas de teatro, danza, música, cine, poesía, y por eso valía la pena ir a casa…del peje para compartir el saber artístico de cada quién. Pero fueron las personas, Claudia, no el sistema educativo. Si tu fe para resolver la crisis de las escuelas de educación artística del INBAL está ahí, será un fracaso. Por dios, con un operador político como el actual secretario de la SEP seguro ganas una curul, pero jamás resolverás el problema de la educación artística en los centros especializados para la tarea.
No es el espacio para sugerir alternativas, pero sin duda hay educadores que como Sócrates hacen de la enseñanza una duda, una pregunta a resolver y no la certeza del ignorante que nos tiene en esta situación educativa. En verdad, secretaria, la educación artística de la SEP es el hoyo negro del sistema educativo y si contemplamos el lugar en donde nos coloca la evaluación internacional al respecto, dan ganas de llorar. Está bien la interacción institucional pero en los hechos considerar que trabajar con la SEP la solución del problema de la educación artística, insisto, es como nombrar de nuevo a Delfina Gómez secretaria de educación pública. Punto.