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El Palacio de Bellas Artes presenta la exposición: “La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas”, explora la fascinante historia del impresionismo, desde su nacimiento en 1874 hasta el legado que alcanzó en los primeros años del siglo XX. Contada completamente a través de las excepcionales colecciones del DMA, esta exposición revela los orígenes rebeldes del colectivo de artistas independientes conocido como “los impresionistas” y la revolución que crearon en el arte moderno. Un movimiento que nació de la rebeldía y la inconformidad, y que transformó la manera de entender el arte.

 

“La exposición nos cuenta una historia del impresionismo que no se conoce tanto, y nos muestra que este movimiento en realidad va más allá, fue un colectivo de artistas que se reunieron porque el estilo de arte moderno en 1874 era demasiado controvertido, radical e innovador; se trata de un grupo de jóvenes pintores rebeldes cansados de las restricciones de la Academia, que, a través de un arte difícil y provocador, decidieron plasmar la vida moderna con pinceladas sueltas y colores vibrantes.”, explicó  Nicole Myers, directora de Curaduría e Investigación y curadora senior de Arte Europeo Barbara Thomas Lemmon del Museo de Arte de Dallas, lugar de dónde proviene esta muestra.

A través de 45 piezas de 26 autores diferentes, como Claude Monet, Edgar Degas, Berthe Morisot y Camille Pissarro, se muestran los inicios y el lado revolucionario del impresionismo, así como su importante aportación al arte del siglo XX. Artistas que capturaron escenas cotidianas, desde los bulliciosos bulevares de París hasta los tranquilos paisajes rurales, elevando lo mundano a la categoría de arte refinado.

La historia del movimiento impresionista gira en torno a una serie de encuentros entre diferentes pintores en busca de su independencia artística durante la segunda mitad del siglo XIX. Si contamos los principales pintores impresionistas que formaron parte de este movimiento, como Claude Monet, Édouard Manet, Alfred Sisley, Pierre-Auguste Renoir, Paul Cézanne, Camille Pissarro y Vincent Van Gogh, una misma causa los reunió: deshacerse de los códigos estrictos fijados en aquella época por la Real Academia de Pintura y Escultura. Por esto, deciden trabajar en talleres privados, lo que les permite pintar libremente y a su manera. El espíritu del impresionismo se resume en cierta forma en una frase pronunciada por Manet: «Pinto lo que veo, y no lo que los otros quieren ver».

Los impresionistas rompieron con la tradición. Cambiaron las técnicas, los temas y la forma de exhibir sus obras. Así, redefinieron el arte contemporáneo de vanguardia. Las innovaciones únicas de figuras centrales del movimiento, como Claude Monet, Edgar Degas y Berthe Morisot, sentaron las bases a las que respondieron los artistas vanguardistas de generaciones posteriores, desde Paul Gauguin y Vincent van Gogh hasta Piet Mondrian y Henri Matisse.

“Estaban interesados en temas modernos, pero también en voltear la espalda a la manera convencional de hacer una pintura acabada de acuerdo a la Academia de Bellas Artes en Francia, es decir, ellos estaban más interesados en dejar el rastro de las pinceladas sueltas de su primera inspiración”, explicó Myers.

 

“No estaban interesados en los detalles, sino en utilizar los métodos renacentistas, mostrando densidad, volumen, eliminando colores como el negro, dando la espalda a las formas tradicionales para darle brillo a su paleta”, dijo la curadora sobre esta muestra que concentra a los artistas que desafiaron los cánones del arte para retratar paisajes y situaciones incómodas.

«Cuando la mayoría de la gente escucha impresionismo, automáticamente ven una pintura de Monet o de Edgar Degas y parecería que nuestro arte siempre era popular, que siempre había mercado y que los artistas eran famosos en su tiempo, pero la historia no podía estar más lejos de la verdad. Este tipo de exhibición en el que compras un boleto, entras y ves estas exposiciones, esto se inventó en 1874, por estos artistas radicales, por este colectivo que hoy se le conoce como expresionistas» explicó.

 

Claude Monet, Camille Pissarro, Pierre-Auguste Renoir, Paul Gauguin o Vicent van Gogh, entre otros, son parte de los artistas que se distinguieron por compartir su pasión por captar la vida cotidiana y moderna de sus realidades, quedando alejados y en contraste con los temas y estilos tradicionales que eran favorecidos por lo que dictaba la Academia.

Es así que La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas muestra escenas de la vida callejera o lo íntimo de la vida doméstica. Sin embargo,  las diversas exposiciones que se realizaban escandalizaban al público y eran consideradas un fracaso.

“La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas es una exposición internacional y se divide en cuatro núcleos que guían al visitante a través de la transformación del impresionismo y su impacto en el arte moderno:

• Rebeldes con causa: presenta a los artistas que, en 1874, decidieron organizar sus propias exposiciones, que desafiaron el sistema oficial. Aquí se encuentran obras como El Pont Neuf, de Claude Monet, en la que el artista captura el bullicio de París con pinceladas rápidas y desenfocadas, y Place du Théâtre Français: efecto de niebla, de Camille Pissarro, que muestra la ciudad envuelta en una bruma invernal.

• Notas de campo: explora las técnicas innovadoras que los impresionistas desarrollaron al pintar al aire libre. Obras como El río Sena en París, de Paul Signac, y Valle Buona, cerca de Bordighera, de Claude Monet, demuestran cómo los artistas capturaron la luz y el movimiento con pinceladas fragmentadas y colores complementarios. También se pueden observar obras como Nenúfares (1908), el óleo sobre tela de Claude Monet, artista que hizo a un lado la tierra firme para posar su mirada en las escenas acuáticas.

• Efectos secundarios: muestra cómo el impresionismo influyó en artistas como Vincent van Gogh, Paul Gauguin y Henri Matisse, quienes llevaron las ideas impresionistas más allá, al explorar el color y la forma de manera más expresiva y simbólica. Aquí se incluyen obras como I Raro te Oviri (Debajo del pandano), de Gauguin; o Gavillas de trigo (1890), de Van Gogh, , pieza que pintó durante su último mes de vida y que capta el trigo cosechado. Aquí se explora el color, la forma y su manera más expresiva y simbólica del impresionismo. Aquí se explora el color, la forma y su manera más expresiva y simbólica del impresionismo.

• Para siempre: el último núcleo explora cómo el legado del impresionismo sentó las bases para movimientos como el cubismo, el fovismo y el expresionismo o la abstracción y cómo se originaron a raíz del desafío a los valores académicos tradicionales. Obras como Naturaleza muerta: ramo de flores y frutero de Henri Matisse, y Barcos pesqueros en L’Estaque, de André Derain, muestran cómo los artistas del siglo XX continuaron innovando a partir de las ideas impresionistas.

La muestra se acompaña de un cuadernillo que incluye textos de Nicole Myers, así como imágenes de las obras exhibidas en salas, material que fue realizado gracias al apoyo de la Fundación Jenkins.

El impresionismo es un movimiento que consiste en una nueva representación de la realidad y que marca un hito en el arte de la época. Durante los años 1850, Monet y Manet también se inspiraron de las estampas japonesas, en particular de artistas como Hokusai e Hiroshige. De hecho, ambos pintores fueron influenciados por este arte venido de Extremo Oriente y Monet llegó a poseer una colección de 250 estampas.

Confrontados con las negativas reiteradas de los salones oficiales y con las duras críticas de la prensa como del público de las pinturas presentadas en los años 1860, en la primer salón de las obras rechazadas por el jurado oficial, el grupo de impresionistas decide crear sus propias exposiciones. La primera de ellas fue organizada con la ayuda del fotógrafo Nadar. Sin embargo, la iniciativa es un fracaso. El público acepta con dificultad este nuevo estilo de pintura, demasiado moderno y alejado de las referencias clásicas. Desconcertado, el público encontraba que las pinturas impresionistas eran vulgares, similares a bocetos sin forma, y se burló del movimiento y de sus obras. No obstante, los impresionistas fueron respaldados por escritores, en particular por Émile Zola, quien publicó artículos en defensa del movimiento que conoció gracias a su amigo de infancia, Cézanne. Por ejemplo, en el diario l’Événement del 30 de abril de 1866, Zola declara: «escribo precisamente estos artículos para exigirEn el marco del 150 aniversario de la primera exposición impresionista de la historia, la revolución impresionista invita a reflexionar en torno a estos artistas, reconocidos hoy como los escandalosos renegados que fueron, y a repensar el innegable impacto que tuvieron en el arte del siglo XX.

La exposición ofrece un programa de visitas guiadas y un conjunto de actividades paralelas para la visita .  “La revolución impresionista: de Monet a Matisse del Museo de Arte de Dallas” estará abierta al público hasta el 27 de julio de 2025, de martes a domingo de 10:00 a 18:00 h.

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