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En las primeras salas de los Museos reales de Bellas Artes de Bruselas se presentan unos precursores belgas del surrealismo, en particular Fernand Khnopff, a quien ya reseñamos en bicimundo- biciversa.

 

En el extraño edificio de Bozar construido por Horta, se puede notar la influencia del constructivismo en los belgas y se subrayan las influencias mutuas con el movimiento parisino: Miro le enseña a Magritte que se pueden escribir palabras en un cuadro, lo cual le será de enorme provecho, ( Eso no es una pipa) y Dalí toma prestadas muchas ideas de Magritte para El perro andaluz. Sin embargo, a los belgas no les interesan la escritura automática ni el sicoanálisis.
Aprendemos que la primera gran Expo de fotos y fotomontajes se dio en Bélgica en 1928 y no en Alemania en 1929 con obras de Ray, Adget, Abott etc…

Se destacan las dos grandes figuras de Marcel Mariën y Paul Nougé, en el cine con “ La imitación del cine” y en la revista LOS LABIOS DESNUDOS.

Mucho más que en Paris, el humor , la broma, lo irrisorio tienen un lugar preponderante en este grupo que, contrariamente al de Paris , disuelto en 1969 trés años después de la muerte de Bretón, sigue vivo y pimpante, a tal punto que algunos consideran que Bélgica es ahora la patria del surrealismo.

CIEN AÑOS DE SURREALISMO INTERNACIONAL. Musées royaux des beaux arts de Belgique

 

Las exposiciones recuerdan el papel político del movimiento surrealista frente al ascenso del fascismo en dos exhibiciones que, si bien tienen a Magritte como protagonista, ensalzan también la dimensión internacional del movimiento.

Bruselas celebra los 100 años del surrealismo con dos exposiones y obras de Dalí, Miró y Picasso. Bajo el título de «Historias para no reír«, el Museo Bozar presenta al artista belga René Magritte como principal exponente e ilustra la oposición de los surrealistas belgas al fascismo.

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