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Cultura en Bicicleta

El Papalote Museo del Niño en riesgo de cerrar por la pandemia

By Sobre 2 ruedasNo Comments

La crisis sanitaria que vivimos a causa del Coronavirus a puesto en riesgo muchas a cosas en el mundo y por supuesto en México, entre esto están los museos y recintos culturales han tenido que cerrar por disposición oficial, y ante el riesgo del contagio o la propagación del mismo. Estos recintos han sido afectado de tal modo que algunos están a punto de desaparecer como en es el caso de El PAPALOTE Museo del Niño, en la Ciudad de México, que es uno de estos recintos en riesgo.

Por primera vez en 27 años, este espacio dedicado al aprendizaje a través del juego corre el riesgo de cerrar, puesto que no ha recibido los ingresos que ayudan a mantenerlo no sólo limpio y actualizado, sino vivo.

Es por ello que el Papalote Museo del Niño lanzó una campaña para recibir donativos y evitar su cierre, esto significa que en abril debe contar con 50 mdp para cumplir con los sueldos de 159 empleados y con los gastos de mantenimiento, informó su directora, Dolores Beistegui, quien informó que hasta este sábado, cuatro días después de emprendida esa iniciativa, se habían recaudado 9 millones de pesos.

Por casi 30 años, el PAPALOTE ha fungido como un refugio de diversión para los niños, ya que desde su creación en 1994, se ha posicionado como el museo interactivo favorito de niños, niñas, adolescentes y padres de familia. Éste aporta una importante parte lúdica a la ciencia y el arte para ofrecer información de forma atractiva, divertida y sobre todo, llamativa para los más pequeños.

El PAPALOTE cuenta con muchas tareas de juego y aprendizaje, lo que ha sido parte del atractivo del museo, pero, es importante entender que para mantener toda la estructura y detalles, se requiere de dinero, mismo que no ha entrado a la Asociación Civil sin fines de lucro, por la pandemia.

Salvemos a Papalote es el nombre de la campaña de recaudación de fondos, la cual contempla la participación de la sociedad civil, el sector empresarial y los gobiernos local y federal.

Papalote Museo del Niño, es una asociación civil sin fines de lucro, autónoma, que para operar depende de sus ingresos autogenerados, es decir, de lo recabado en taquilla.

La directora del Papalote dará una conferencia de prensa este 3 de febrero para hablar de la situación; a finales de abril presentará un informe sobre las gestiones de recursos y la campaña de donativos, de cuyos resultados se definirá el futuro del museo. Los donativos pueden realizarse en la página www.papalote.org.mx/donativos

Autor de Prueba

El Taller La Buena Impresión fortalece en Oaxaca la formación del oficio de impresor.

By Sobre 2 ruedasNo Comments

El Taller La Buena Impresión a través del Programa de Fomento a proyectos y conversiones culturales de la convocatoria 2019 inició su programa de profesionalización de impresores el 8 de septiembre del 2020 en la ciudad de Oaxaca con 10 alumnas y alumnos: Ana Díaz Gregorio, Beatriz Rivas Palacios, Carlos Lucas, Ivan Doroteo, Ingrid Saenz, Itzamari Castro Cruz, Mayra Cruz Díaz, Miguel Corro, Víctor López e Iván Arellano.

El programa tuvo como objetivo principal contribuir en la formación del oficio de impresor. Se revisaron dos de los principales procesos técnicos: la litografía y el grabado en metal; así como los aspectos formales que debe tener un taller de impresión y producción gráfica en cuanto a infraestructura: espacio, maquinaria y su distribución; también los procesos creativos en la técnica, gestión y logística.

Se reforzó el aprendizaje con clases de dibujo e historia del arte. Además, se contó con la colaboración de distintos talleres profesionales y artistas que compartieron su ideología, experiencia y dinámica de trabajo, y con los cuales se tuvo la oportunidad de trabajar para obtener un mejor aprendizaje en la formación como técnico impresor.

De este proceso los estudiantes imprimieron a 5 artistas: Patricia Soriano, María Rosa Astorga, Ricardo Pinto, Fernando Aceves Humana y Dr. Lakra acompañados de la asesoría de los también artistas e impresores Daniel Barraza (maestro impresor de litografía) y Daniel Flores (maestro impresor de grabado en metal) El siguiente sábado 30 de enero se concluye el programa con la presentación de sus obras en litografía y grabado en metal. Teniendo como resulto 25 obras de muestra virtual.

Cada estudiante impartió servicio social en diferentes comunidades del estado: Valle Nacional, Zaachila, Huajuapan de León, Tamazulapam del progreso, Santa María Atzompa, San Lorenzo Cacaotepec, Pinotepa Nacional, Tamazulapam del Espíritu Santo, San Sebastián Tutla, Tehuantepec y Santa Cruz Xoxocotlán.

Como resultado de los trabajo se pudo realizar la exposición: Episodios

Es el resultado de la producción que se realizó durante la enseñanza en el Taller de Formación Básica y Avanzada para impresores, impartido por La Buena Impresión, dando la posibilidad de recibir y capacitar a diez jóvenes de distintas comunidades que cuentan con un fin en común; el interés de aprender el oficio de las artes gráficas y compartir lo aprendido ofreciendo talleres comunitarios.

El programa tuvo como principal objetivo, formalizar la formación del oficio en las artes gráficas en Oaxaca, en el cual se revisaron dos de los principales procesos técnicos que son: la litografía y el grabado en metal. Así como los aspectos formales que debe de tener un taller de impresión y producción gráfica en infraestructura como; el espacio, la maquinaria y distribución. También los procesos creativos en la técnica, la gestión y logística. Reforzando el aprendizaje con clases de dibujo e historia del arte. Además, se contó con la colaboración de distintos talleres y artistas profesionales que compartieron su ideología, experiencia y dinámica en el trabajo y con los cuales se tuvo la oportunidad de trabajar formalmente para obtener un mejor aprendizaje en la formación como técnico impresor. Lo aprendido lo llevamos a otro escenario, ofreciendo talleres comunitarios como una retribución social, tanto en la ciudad de Oaxaca, como en otros municipios.

Es así como se fusiona la presente exposición, un conjunto de distintos modos de ver lo cotidiano. Episodios que se quedan guardados en nuestra memoria buscando ser evidentes para ser representados en un pedazo de papel.

Taller de Formación Básica y Avanzada Para Impresores, es un proyecto creado por Colectivo Tequio La Buena Impresión y auspiciado por el Fonca, 10 extraordinarios alumnos nos acompañaron durante más de 4 meses para llevar a cabo esto. Nos sentimos orgullosos y agradecidos por los resultados y compartimos con ustedes un poco de todo lo que implicó este proyecto. Información y video cortesía de La Buena Impresión.

Autor de Prueba

Arte, contexto y emociones

By Bicimundo / Viceversa

Por Dominique Legrand

El futbolista Lilian Thuram cuenta como aprendió a ver el arte a los 16 años, con una reproducción del “Buey desollado” de Soutine. Le dijo al profesor: -¿Este pedazo de carne, en verdad, es arte? – Entonces el señor le explicó que la obra se inscribía en el contexto de la Primera Guerra Mundial, lo que traducía algo muy violento. -Comprendí de repente que la obra de arte no es solo lo que uno oye o ve de ella: tiene un contexto, una historia. La revista francesa Beaux Arts( Bellas Artes)de Agosto de este año presenta un interesante análisis de la obra de Artemisia Gentileschi Suzana y los viejos( hacia 1610). Susana vivía en Babilonia . Dos viejos quisieron declararle su pasión mientras se bañaba. La amenazaron con denunciarla por adulterio si no les cedía. Suzana prefirió morir inocente pero fue salvada por el futuro profeta Daniel. Ella aparece desnuda pero no es exhibicionista, sino sorprendida y probable víctima de una injusticia. Muchos artistas representaron este episodio bíblico que, dice la periodista, les permitía mostrar la desnudez femenina y al mismo tiempo respetar un marco moralista. La lubricidad está en la mirada de los mirones. El tema del voyeurismo aparece muy a menudo en la pintura desde el Renacimiento ya que confronta el escándalo, el miedo y la virtud, y se relaciona con el tema pictórico de ver sin ser visto. ¿Cómo no contemplar, con estos elementos, la obra de otra manera ? El tema de este número es COMO LOS ARTISTAS TRADUCEN NUESTRAS EMOCIONES, con muchas obras clásicas o contemporáneas en las que se transmiten la risa, el dolor, el deseo, la ira , la melancolía o el miedo…

Moebius, El chaman del noveno arte

By Bicimundo / Viceversa

Si bien se conocen las revoluciones que transformaron la pintura, menos se sabe del noveno arte ( el cómic) y de las transformaciones sociales que provocó y acompañó en la segunda mitad del siglo XX. Uno de sus mayores representantes fue el francés Moebius, alias Gir, alias Giraud, con tres estilos totalmente diferentes, desde el vaquero sexy Blueberry a los personajes de Alíen o Blade Runner que él vistió o dibujó. Jean Giraud( 1938- 2012) se reía de que le llamarán el papá del cómic, como Bretón del surrealismo.Comenzó en 1963 con la serie Blueberry , con su héroe inspirado por la cara de Jean-Paul Belmondo, que pasa en en lejano oeste, en la revista Pilote donde también se publicaba Asterix y Obelix que muchos consideran como anunciadora del 68 francés, por la edad que tenían sus primeros lectores y el tono de gran libertad que la diferenciaba de Mickey Mouse. Fundó con amigos en 1974 con amigos la revista Metal Hurlant( metal aullando) retomada después en Estados Unidos como heavy Metal, inaugurando su estilo tan particular de “ciencia-ficción con lirismo oscuro”. Este dibujante trabajó a la vez en el campo de las series de cómic clásicas , entre otros el famoso XIII, y en las locuras esotéricas en otros planetas con Jodorovsky. Cuando él tenía 15 años, vino a Mexico a visitar a su madre que se había vuelto a casar con un mexicano y pasó unos meses en el desierto lo que, dice, siempre le hizo preferir dibujar superficies básicas arrasadas y diez años después volvió y tomó hongos halicinogenos, en “ una travesía iniciativa que literalmente me rompió el alma”. Eran los tiempos del Don Juan de Carlos Castañeda.Todo esto y mucho más se puede apreciar en YouTube en DOCUMENTAL SOBRE MOEBIUS, en tres idiomas. Muchos tomos se pueden conseguir en la CDMX en Global Cómics noveno arte que tiene un servicio en línea.

Fernand Khnopff: El maestro del enigma

By Bicimundo / Viceversa

En el Petit Palais de Paris se presentó el año pasado la exposición Fernand Khnopff. El maestro del enigma. Este pintor belga nacido en 1858 fue quizás el más secreto de sus contemporáneos, tanto por el contenido de sus obras como por su vida privada, retirado y famoso a la vez, llevando una vida burguesa y luchando contra el académismo. Sus amigos lo tachaban de egoísta, frio, solitario, británico en fin.. Admiraba a los prerafaelitas y se hizo amigo de Edward Burne-Jones. Sus pinturas son enigmáticas , muchas de ellas centradas en la figura de su hermana representada siete veces en « Memories( lawn-tennis ) »a partir de fotografías y que muchos ven en la famosa esfinge de « l’Art ou Des caresses »( El Arte o De las caricias) que tanto fascinó a Klimt y en criaturas andróginas, en medio de paisajes crípticos. Extraño Khnopff( demasiadas consonantes, decía uno de sus detractores), creador de su propia mitología. Khnopff enclaustrado, pero Khnopff enamorado quizás de su hermana y seguramente de sí mismo, vean “Le masque au rideau noir”(La mascara con la cortina negra )” en su buscador favorito.

LAS METAMORFOSIS DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

By Rutas literarias

Mucho me lo he pensado antes de hacer está comparación entre la gran obra de Márquez y la de Apuleyo; pero, ya que es una constante en mi cabeza expondré mis argumentos, en los cuales intento fundamentar que las principales inspiraciones y referencias de Gabriel García Márquez para escribir Cien años de soledad fue el Asno de oro o las Metamorfosis de Apuleyo.

Antes de leer la obra de Márquez, ya había leído la de Apuleyo, la obra de este último me pareció al leerla mucho más actual. Algo que me gustó y me resultó excelente de aquella novela primitiva fue su estructura de Fabula Milesia, es decir, son novelas de aventuras, historias populares, muchas veces obscenas; hay historias dentro de las historias cargadas se magia y sexo. En este primer punto Cien años de soledad es muy similar, hay varias historias dentro de las historias; muchas de las historias de Márquez son de origen popular de transmisión oral por parte de su abuela y madre.

Seré un poco más específica en la forma que considero que se parecen en estructura estas dos novelas, además, de lo que ya comente. Podría decirse que las historias están como en forma de espiral y el punto de encuentro de cada historia sería, por ejemplo, en Las Metamorfosis el periplo de Lucio. Por otro lado en Cien años de soledad las historias tienen su punto de encuentro en la familia Buendía. Otra grande semejanza que es evidente son los tópicos que manejan, las historias están cargadas de sexo y magia. Desde los primeros capítulos tanto en Las Metamorfosis como en Cien años de soledad está muy presente el tópico de la magia y obscenidad. En el Asno de oro Lucio, el protagonista, llaga a Tesalia con el fin de aprender magia y escuchar historias extraordinarias, se hospeda en casa de una bruja llamada Pánfila. Lucio se enamora Fóntide, discípula y sierva de Pánfila, los cuales viven un amor apasionado. Después, de la celebración del dios de la risa, Lucio ve a Pánfila convertirse en búho, por lo tanto el protagonista muere de deseos de transformase en ave al igual que Pánfila, y le suplica a Fóntide que le dé un poco del ungüento que, se puso Pánfila; pero, en lugar de convertirse en búho, se trasforma en burro.

En Cien años de soledad el tópico de la magia está presente en Melquíades, que sería como un mago moderno, un alquimista, quien es el que lanza el hechizo a la familia Buendía. Y claro, hay muchos temas obscenos, como el incesto que hay en la dinastía Buendía, escenas sexuales muy explicitas, las aventuras del Coronel Aureliano; el periplo de Aureliano II para encontrar a la mujer más hermosa que había visto; la matanza de obreros de la bananera, United Fruit Company… Toda la variedad de historias, personajes y viajes es lo que hace a Cien años de soledad muy parecida a una Fábula Milesia.

En los últimos capítulos el escritor colombiano hace alusiones a la literatura grecolatina de la que tiene mucha influencia el libro, pienso que lo hace al final como una forma de darle el crédito a las aportaciones que tuvieron estos en su novela. También, el burdel de Pilar se llamaba El Niño de Oro, y conjeturó que es en referencia a El asno de oro. Hay un fragmento del libro donde Márquez, hace alusión a los clásicos:

Las únicas personas con quienes se relacionó fueron los cuatro amigos, a quienes les cambió por libros los trompos y cometas, y los puso a leer a Séneca y a Ovidio cuando todavía estaban en la escuela primaria. Trataban a los clásicos con una familiaridad casera, como si todos hubieran sido en una época sus compañeros de cuarto, y sabía muchas cosas que simplemente no se debía saber, como que San Agustín usaba bajo del hábito un jubón de lana que no se quitó en catorce años…

Por último podría decir que a diferencia de El asno de oro, la historias desarrollada en Macondo termina en tragedia. Lucio es salvado por la “intervención divina” de Isis; sin embargo en Cien años de soledad termina con un bebé devorado por las hormigas.

Todo esto son simples conjeturas mías, el autor, Gabriel García Márquez, nunca habló sobre nada de esto al respecto. Aunque mi respaldo esta algo tan tangible como los textos.

Chepita, en las hojas del tiempo…

By Rutas literarias

(¿Quieres hacerme favor de sacar tus manos un momento, de soltar mi corazón?) J.S

El domingo 29 de marzo, a los 95 años de edad, murió Josefa Rodríguez Zebadúa, la esposa de Jaime Sabines, la mujer que inspiró las epístolas que se reúnen en el libro Los amorosos: cartas a Chepita (2009, Joaquín Mortiz/Planeta), la compañera del poeta que habló desde los límites del yo para favorecer la complicidad con sus lectores y ejercer la libertad de nombrar, en primera persona, los infortunios la muerte y defender la esperanza ante la vida.

Chepita, como la nombró siempre el poeta, fue la novia que le inspiró a escribir el poema “El día” con el que inicia Horal (1950), el primer libro que a los 23 años publicó Sabines, y con el que comienza también el compendio de toda su obra reunida en el Recuento de poemas:

Amaneció sin ella.

Apenas si se mueve.

Recuerda.

(Mis ojos, más delgados,

la sueñan).

¡Qué fácil es la ausencia!

En las hojas del tiempo

Esa gota del día

resbala, tiembla.

Como Sabines, Chepita se había trasladado de Chiapas a la capital del país para estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, ella odontología y él medicina (después cambió por letras españolas). Ella tuvo que hacer una pausa en sus estudios por estar enferma y regresó a Tuxtla. En una carta de octubre de 1949 Sabines le escribe:

Acabo de recibir tu carta del 14, desesperada, apasionada, igual que un papel en llamas, más dura que la soledad. Te estás muriendo por esto y por lo otro, estás cansada, hastiada, sin sostén, vacía […] Correcto. Sólo que no se trata de eso. Se trata de algo más importante: de vivir.

[…]¿Qué cosa es todo eso? ¿Crees tú que tienes derecho a hacer lo que se te antoje, y a jugar con las esperanzas de tus papás y con el amor mío? ¿Crees tú, a un lado ellos, que no me perteneces, que no eres una cosa mía de mi vida, a la que tengo que defender aun en contra de ti misma? […] Yo ya te puse mi marca, te sellé ya con mi corazón. ¿Lo entiendes? Yo no te voy a dejar hacer lo que quieras de tu vida, porque si la lesionas me lesionas, y todo lo que hagas con ella lo haces conmigo. […] “¿Qué es la vida?” ¿Y todavía lo preguntas? La vida es quererte así, desaforadamente, y lograrte y defenderte. Llanto y risa y ruinas y esperanzas es la vida. Y no hay margen en ella para evadirla.


Harto bien sabemos, que la muerte espera en cualquier parte; a cualquier hora llega y zas, se acabó. Pero mientras estemos aquí, llorando o riendo, desesperándonos o esperanzados, tenemos que vivir […] Hay mucha gente que se enferma, hay mucha gente que padece soledad o sufre miseria. A la boca de todos los hombres acude el lamento, la desesperación, el grito. Somos animales de emoción, reaccionamos a todo lo que nos maltrata, tratamos de rebelarnos contra el mundo. Llegamos a última hora a decir: “Todo es vanidad y aflicción de espíritu” Pero a lo largo de todo este caminar hay también alegría y paz y consuelo. No pretendamos que la noche es todo. Tanto miente el que ríe demasiado como el que sólo llora. El mundo no es “un valle de lágrimas”; en él hay también el corazón tranquilo, la hora alegre.

Acude a tu corazón, acude al mío. Llora cuando tengas ganas de llorar, pero no estés llorando siempre. Cree que tu dolor es mi dolor, que yo padezco tu hambre y tu sed, que yo también desespero y maldigo, que yo también no sé qué hacer muchas veces […] La muerte no es ningún remedio para el que desea vivir. La muerte es un débil consuelo que no me sobornará nunca. Es aquí en la vida en donde tengo que encontrar remedio de la vida. Y una buena receta es el amor y el saber mirar por encima de mi hombro mis propias penas. Mi miseria es una parte de la miseria humana. Y pueden sufrir con mi corazón todos los hombres.

(…) Todo eso pasará. Ya verás. Lo único que no pasará es este amor de Jaime.

Una década después de la muerte del poeta (19 de marzo de 1999), Chepita decidió publicar algunas de las cartas que Jaime le escribió en los siete años de noviazgo y durante los 46 años de matrimonio, una relación epistolar que sostuvieron en los lapsos en que estaban alejados. De esa correspondencia nació ese libroque nos muestra la pasión, el amor y la sinceridad con la que habló el poeta a su mujer. En la presentación del volumen ella cuenta:

Jaime y yo nos conocimos desde muy pequeños. Entre nuestras familias existían viejos lazos de parentesco y amistad. Su madre y mi abuela materna eran primas en segundo grado, y mi padre fue testigo de la boda de tío Julio y tía Luz [los padres de Jaime Sabines]. Ellos, a su vez, hicieron el papel de tutores de mi papá, Luis, quien fue huérfano desde muy chico, en el importante acto de pedir la mano de mi mamá, Esther. El primer recuerdo consciente que teníamos de nosotros sucede a la edad de diez y once años.

Años después, de estudiantes en la preparatoria, tuvimos un primer noviazgo, que no duró más allá de unos meses. Ya en la ciudad de México, como universitarios, él en la Facultad de Medicina y yo en Odontología, fue que verdaderamente nos unimos. De eso tratan estas cartas, del inicio y progreso de nuestra relación, de nuestras inquietudes, del poeta que empieza a publicar su trabajo, de la vida de entonces narrada por Jaime.

La mayor parte de este intercambio se dio durante la ausencia de alguno de los dos, ya fuese que Jaime estuviera en Tuxtla y yo en México, o al revés. Las razones para estas separaciones abundaban: uno de los dos tenía exámenes y no iba de vacaciones, o se enfermaba y no podía viajar, o cambiaba de carrera, como Jaime, que pasó a la Facultad de Filosofía y Letras. A veces también faltaba el dinero o un problema familiar no nos dejaba compartir la vida en donde estuviésemos. Eran estas cartas lo que nos unía en la distancia.

Muchas de esas cartas son un portento de poesía sobre la mujer, el amor, la soledad y la escritura. En ellas hay referencias que veremos en los poemas de Horal, La señal, Poemas Sueltos o Diario semanario:

Hace un momento te dejé: ya me haces falta.

Hace un momento apenas te dije adiós, y ya ha recorrido mi corazón la eternidad.
(Febrero 29 de 1948)

Buenas noches, linda (ojalá te encuentre por aquí, en alguna calle del sueño. Es una gran alegría ésta de aprisionarte con mis párpados al dormir). (Julio 27 de 1948)

Chepita, mi Chepita: te quiero. Escúchalo también cuando no lo pronuncie. En mi corazón no hay cansancio. Lo digo lodo yo, aun no pensando en ti. Lo digo con todas las voces, lo grito con todos los silencios. (Agosto 10 de 1948)

Me doy cuenta de que me faltas y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es inútil. Cuando me quedo solo me quedo doblemente solo, por ti y por mí. (Sábado 27 de octubre 1951)

El 21 de mayo de 1953 Chepita y Jaime se casaron. Sabines recordaba que en el momento en que el juez estaba consumando el matrimonio, llegó la marimba y comenzó a tocar “Siboney” y bailaron, porque siempre les gustó bailar… Y que aquel día llovió a torrentes.

En un texto que aparece en el libro, Carlos Monsiváis afirma que las cartas a Chepita del autor de “Los amorosos” son un documento y, con frecuencia, una expresión literaria; y que en estas misivas el poeta, como en su obra, también explora, los alcances de su espontaneidad:

“Las cartas de Jaime Sabines a su novia, Chepita, con la que se casará y tendrá hijos, admiten claramente su publicación porque, además de atestiguar una vitalidad amorosa en pleno desarrollo, contienen ejercicios de prosa poética con fragmentos muy afortunados que remiten a la gran literatura que ya escribía Sabines entonces. […] En las cartas, Sabines es un personaje de su poesía posterior […] Sabines escribe las cartas para, una vez más, persuadir a la amada de la naturaleza total del amor que se le ofrece, y por ello, por ejemplo, necesita plantear con rudeza las diferencias entre enamoramiento y amor:

Un ejemplo de esto:

¿Estoy enamorado en verdad? Yo sé que no es enamoramiento, es amor. Uno se enamora de cualquier mujer, a cualquier hora, en un encuentro fortuito, en una cita premeditada. Yo me enamoro a cada paso, de unos ojos, de una palabra, de un gesto oportuno, de una sugerencia, y no obstante sólo quiero a Chepita. En las demás es pura función estética; en Chepita es dación, entrega indefectible, transferencia (7 de noviembre de 1948).

Una de las cartas más espléndidas de este libro, como sucede con mucha frecuencia y con varias de ellas desde la aparición del mismo, se reproduce en textos aislados o pequeñas frases confundiendo su contenido, como si se tratase de un poema que hubiese escrito Sabines. Se trata de la misiva fechada el 22 de abril de 1949 y en la que se puede leer esto:

Aprovecha tu soledad. Acuérdate de todos los que queremos estar solos.

Verdadero martirio es no poder nunca estar solo. Pero tu pequeño cuarto y tú en tu pequeño cuarto es el mundo. Allí está todo. En tu corazón está todo: descúbrelo, sorpréndete, ámalo. Ve de milagro en milagro, de sorpresa en sorpresa, a lo largo de ti misma. Estas triste, es cierto, pero tú no eres tristeza, tú eres alegría y serenidad y paz. No mires solo un aspecto de ti misma, un accidente de tu propia substancia; tú eres todas las cosas juntas, y el mar y las estrellas y las rosas se anuncian en ti. No mires tu miseria, no te complazcas en ella; hazla a un lado, apártala, y cultiva lo que todos tenemos de divinidad adentro.

[…] El dolor se encierra en sí mismo y trata de multiplicarse a toda costa, trata de invadir todo lo que tenemos y somos: no lo dejes hacer eso, cúbrelo, apártalo, y saca al aire tu alegría y hazla crecer en ti, que ella es tu verdad, tu perennidad, tu vida.

Después de todo, no te digo que no te aburras, que no padezcas; te digo solo que pongas cada cosa en su lugar, que no hagas del fastidio toda tu vida, que no hagas de tu soledad llanto y ruina. Alégrate, complácete en tu cuerpo, dale vigor y fuerza y armonía; complácete en tu alma, dale serenidad.

En estas cartas leemos del joven que vive en un cuarto de pensión lejos del hogar familiar, que estudia letras en Mascarones, que lee y escribe poesía; recorremos con él las calles del centro de la Ciudad y las librerías; sabemos que está leyendo literatura española y francesa, y relee La Biblia; nos enteramos de sus reuniones con compañeros, como su paisana Rosario Castellanos, y sus maestros como “el viejito” Julio Torri:

Penetro en mi soledad (una cama, tu retrato, mis libros, papeles y humo de tabaco) y ya estoy con el miedo de caer a medio cuarto gritando y riendo y llorando y golpeándome la cabeza contra los muebles para ver si soy yo o es otro con mi nombre el que está aquí.

Esta correspondencia había permanecido privada entre Jaime y Chepita, incluso el poeta le había pedido publicar alguna en una revista, pero ella se negaba. Por fortuna para muchos lectores, en 2009 decidió compartirlas “para, comprobar que Jaime el poeta y Jaime el hombre son en realidad la misma persona”. El hombre que la amo:

Chepita puntual en mi corazón, insubstituible en mi deseo, exclusiva en mi pasión, definitiva en mi esperanza;
Chepita la última, la única; amor de hoy en invariable presente, llena de ayer y de mañana; dueña de mis ojos, único sitio para mis besos, carne para todas mis caricias, alma para todos mis sueños, última morada de mi amor viajero e imposible… (4 de junio 1948).

Josefa de Sabines:

Amor mío quiero amanecer contigo este veintiuno de mayo y también el mismo día dentro de diez y veinte años quiero amanecer contigo todos los días de mi vida. (Río de Janeiro, mayo de 1963)

Desde su aparición Los amorosos: cartas a Chepita se ha convertido en uno de los libros imprescindibles de Jaime Sabines, tanto como su Recuento de Poemas, y una delgadísima línea lo separa de sus versos.

En una conversación con Chepita me contó que en su relación tuvieron momentos difíciles, pero que tenían una regla: si uno estaba enojado, el otro se callaba y no respondía hasta que pasara el enojo: “Entendíamos nuestros silencios. Yo no me casé con el poeta, sino con el hombre. Esa fue la gran diferencia. El amor es lo más trascendental en la vida de todo ser humano, pero se modifica, se transforma con la confianza y la entrega hasta que llega el momento en que ya no se puede estar sin el otro. Un día, cuando ya estaba muy enfermo, me dio las gracias. ‘¿Por qué?¡, le pregunté. ‘Por haber sido como eres’, me dijo”.

En el Panteón Jardín está la tumba de Chepita y Jaime, y es probable que, como en poema de Adán y Eva, alguno de los dos pronuncie estos versos:

Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.  ¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.

Yourcenar en el espejo de Memorias de Adriano.

By Rutas literarias

Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza

1 Timoteo 4, 12

Marguarete Youcenar fue una escritora belga, nació el 8 de junio de 1903, a pesar de haber tenido la nacionalidad americana, siempre escribió en francés, ha sido una de las escritoras más leídas y destacadas del siglo en esa lengua del siglo XX, se ha reconocido por su prosa poética y la erudición de sus libros, en especial por “Memorias de Adriano”; novela la que tardó en recopilar información y escribir cerca de veinte años. Una de las frases que inspiró a Youcenar la encontró en la correspondencia de Flauber: “Cuando los  dioses ya no existían y Cristo no había aparecía aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que sólo estuvo el hombre”, entonces surgió la idea de describir al hombre de ese tiempo.

Memorias de Adriano es una especie de epístola dirigida a su nieto adoptivo, Marco Aurelio en sus últimos días, me recuerda a un tanto a las epístolas que escribió el apóstol Pablo a su hijo adoptivo Timoteo donde lo exhorta a perseverar en la fe y cuidar a la iglesia; así el emperador Adriano se dirige a Marco Aurelio, en la carta le da instrucciones sobre cómo ser un buen emperador y dirigir todo el dominio romano. También, demuestra el amor que Adriano tiene a todo lo griego que a la vez es un reflejo del filohelenismo de la autora misma. Es indudable que la misma autora se siente identificada con Adriano, incluso, al igual que Adriano, en la novela de ella, tuvo un amor platónico heterosexual. Es decir, hay muchos paralelismos con la vida de ella y la del protagonista de su novela.

Por otra parte podemos ver como Yourcenar describe muy bien la antigüedad, no solo a los griegos y romanos, sino también algunos otros pueblos como los judíos y persas. Asimismo describe las religiones de la época y pensamientos filosóficos que predominaron en la antigüedad.

El conocimiento de Youcenar sobre geografía se nota en la manera que describe ciudades, ríos y mares, en las notas que hace la autora sobre la novela dice que ella siempre cargaba un mapa de los dominios del imperio. En la siguiente cita se observa la maestría, la erudición y la belleza del texto de Youcenar, ya que sin duda es una obra maestra de la literatura del siglo XX:

Amé esa lengua por su flexibilidad de cuerpo bien adiestrado, su riqueza de vocabulario donde a cada palabra se siente el contacto directo y variado de las realidades, y porque casi todo lo que los hombres han dicho de mejor lo han dicho en griego. Bien sé que hay otros idiomas; están petrificados, o aún les falta nacer. Los sacerdotes egipcios me mostraron sus antiguos símbolos, signos más que palabras, antiquísimos esfuerzos por clasificar el mundo y las cosas, habla sepulcral de una raza muerta. Durante la guerra con los judíos, el rabino Josuá me explicó literalmente ciertos textos de esa lengua de sectarios, tan obsesionados por su dios, que han desatendido lo humano. En el ejército me familiaricé con el lenguaje de los auxiliares celtas; me acuerdo sobre todo de ciertos cantos… Pero las jergas bárbaras valen a lo sumo por las reservas que proporcionan la palabra, y por todo lo que sin duda expresarán en el porvenir. En cambio el griego tiene tras de él tesoros de experiencia, la del hombre y la del Estado. De los tiranos jonios a los demagogos de Atenas, de la pura austeridad de un Agesilao o los excesos de un Dionisio o de un Demetrio, de la traición de Dimarates a la fidelidad de Filopemen, todo lo que cada uno de nosotros puede intentar para perder a sus semejantes o para servirlos, ha sido hecho ya alguna vez por un griego. Y lo mismo ocurre con nuestras elecciones personales: del cinismo al idealismo, del escepticismo de Pirrón a los sueños sagrados de Pitágoras, nuestras negativas o nuestros asentimientos ya han tenido lugar; nuestros vicios y virtudes cuentan con modelos griegos. Nada iguala la belleza de una inscripción votiva o funeraria latina; esas pocas palabras grabadas en la piedra resumen con majestad impersonal todo lo que el mundo necesita saber de nosotros. Yo he administrado el imperio en latín; mi epitafio será inscrito en latín sobre los muros de mi mausoleo a orillas del Tíber; pero he pensado y he vivido en griego.

Es indudable que Youcenar dejo un gran legado con su novela llena de erudición.