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Rutas literarias

Jaime Sabines, el poeta que cantó a la muerte y a la hermosa vida, murió hace 25 años.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

El viernes 19 de marzo de 1999, víctima de cáncer, murió Jaime Sabines en su casa, al sur de la Ciudad de México, seis días después el poeta habría cumplido 73 años.

“¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!”

El mes de marzo es un periodo para recordar a Jaime Sabines que nació y murió en este mes, que es también el tiempo en el que se celebra el Día Mundial de la Poesía, 21 de marzo.

Sabines es un poeta que nos asombra y nos conmueve a todos los que hemos leído sus versos;  el peatón que nos enseño que “no hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida”. Con sus palabras, encontramos de una u otra manera, por uno u otro camino, el consuelo humano, como  me lo dijo en la primera entrevista que puede hacerle en 1988:

“Lo que uno tiene al escribir poesía es emoción: puede ser alegría, dolor, desesperanza. En ese sentido sí creo mucho en la palabra inspiración, o tal vez no sea inspiración sino alumbramiento…. La poesía no se escribe solamente con la actitud intelectual y reflexiva del hombre, el poema debe ser la emoción del hombre. Si lees un poema no estás buscando palabras sabias, profundas y filosóficas; buscas una emoción humana, y eso es lo que da el arte en general: la emoción de la vida”.

Hoy 19 de marzo, a 25 años de su muerte el mejor reconocimiento que sus lectores pueden hacerle al poeta será releerlo, como él mismo lo dijo: “El homenaje más importante es que me lean. Que mis libros sirvan de algo. Una vez, un muchacho me dijo que mi poesía lo había acompañado durante tres años en la azotea de su casa mientras estudiaba leyes. Cuando se recibió, me dio las gracias por esa temporada”.

Jaime Sabines, nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 25 de marzo de 1926, nos dejó una obra que se mantiene viva. Fue un hombre que nació poeta y eso fue en su vida. Su Recuento de poemas, que reúne toda su poesía sigue siendo lectura indispensable, y objeto de nuevas traducciones. Sus temas fueron la condición humana, la soledad, el paso del tiempo, la muerte, y sin duda el amor, éste último continúan como favorito entre nuevos y jóvenes lectores que ya no conocieron en persona al poeta. En años recientes sus lectores han tomado como hojas sueltas fragmentos del libro de misivas que Sabines le escribió a su novia Josefa Rodríguez, Los amorosos: cartas a Chepita (2009), o testimonios de entrevistas para postearlos o twittearlos como si fueran fragmentos de sus poemas.

Alejado de los círculos literarios, y dedicado a ser vendedor de telas, muebles o alimento para animales, y en dos periodos cortos a la política como diputado, desde su primer libro Horal (1950), Sabines, tuvo una voz propia, y mostró ser un poeta que se revelaba a los lugares.

En 1951 aparece  La Señal. Y en unas vacaciones en Chiapas escribe Adan y Eva, su primer poema largo que sería publicado once años después. Tras el matrimonio con Chepita, viviendo en Tuxtla y trabajando como vendedor de telas, y con la noticia del pronto nacimiento de su primer hijo, escribe su poema: Tarumba (1956), del que decía era «un canto a la sobre vivencia», uno de sus libros cruciales.

Sabines volvió a la Ciudad de México, para trabajar con sus hermanos en una fábrica de alimentos para animales. De establo en establo, recorría la ciudad con su camión repartiendo alimentos, actividad lo acompañará durante 17 años. En esos años la familia Sabines Rodríguez estaba completa: Jaime y Josefa con sus cuatro hijos Julio, Judith, Julieta y Jazmín, todos con nombres con J, para por elección del poeta.

En 1961 publica dos libros: Diario semanario y poemas en prosa y Poemas sueltos. Un año después la UNAM decide reunir su obra, hasta entonces escrita, en el volumen Recuento de Poemas.

Por ese tiempo su padre enferma de cáncer y el poeta, como una imposición natural ante el dolor y la cercanía de la muerte, comienza a escribir los versos que se han convertido en uno de sus más importantes poemas: Algo sobre la muerte del Mayor Sabines. El 30 de octubre su padre fallece y Sabines abandona el poema… Pero en 1964 la imposición del tema de la muerte lo obliga a escribir la segunda parte de ese largo soneto, que se publica hasta 1973. Antes ya había publicado Yuria (1967) y  Maltiempo (1972).

En 1987 la editorial alemana Vervuert  de Alemania publica una antología de Sabines, que lleva por título: Dein Kšrper neben mir (Tu cuerpo está a mi lado). Años después se publican otras antologías en Bulgaria, Cuba, Estados Unidos, Canadá, Chile, Francia y España. Además sus poemas se incluyen en antologías de poesía hispanoamericana editadas en más de una veintena de países. Nuevas publicaciones en italiano, árabe, francés, inglés y chino ha aparecido en años recientes.

En noviembre 1989, durante un viaje a Chiapas, resbaló en un escalón y se fracturó el fémur de la pierna izquierda. A partir de entonces la lesión dañó su cuerpo, que sufrió más de 40 operaciones. Sin embargo, este poeta que canta a la muerte para celebrar “la hermosa vida”, y alejado de los reflectores de la fama, tuvo que acceder en el último lustro a ofrecer varios recitales de poesía a los que asistieron multitudes. La empresa telefónica más grande de México editó una antología de Sabines con un tiraje de 500 mil ejemplares. En los últimos años el poeta fue invitado a viajar a ciudades de México y el extranjero para presentar nuevas ediciones de su obra, traducciones y lecturas de sus poemas. Jaime Sabines fue a festivales de poesía en Nueva York, Rotterdam, París, Madrid, Quebec. En esos años solamente dio a conocer un poema: «Me encanta Dios», y dejó la tarea a sus hijos de seguir revisando sus carpetas en las que escribía sus poemas, para hacer una selección de poemas inéditos a los que el propio Sabines puso nombre: Poemas rescatados, que esperamos se publique a partir de la minuciosa revisión de las carpetas que guarda la familia Sabines Rodríguez.

Dejaré algunos fragmentos de mi libro: Sabines. Apuntes biográficos, que cuenta ya con varias ediciones (coneculta-chiapas 2013 y Tusquets 2014, y en formato de audiolibro se puede conseguir en Audible de Amazón.

La poesía no es más que un medio de comunicación, una manera de contacto humano. Por eso no creo en los poetas que se enamoran de las palabras, que juegan con ellas. Desde luego, la poesía es un problema de palabras: no podemos hacerla con los pies, pero uno debe aspirar a tener las menos palabras posibles para comunicar las emociones más auténticas del hombre.

Tagore es uno de mis grandes maestros: me fascina por su sinceridad, por su ternura; posee un elemento al que yo aspiro: la profundidad de la poesía oriental. Lograrlo ha sido mi meta.

En la poesía es mucho más difícil contagiar la alegría que el dolor, porque la alegría casi es una cosa exclusiva, casi es una cosa cerrada y permanente de nosotros. En cambio, el dolor es un hilo que nos ensarta a todos.

Yo he pensado que la poesía debe ser la sencillez, la claridad; no el simplismo, no la simpleza, pero sí la sencillez.

La poesía trata de instantes, de momentos de la vida en que se debe de transmitir una emoción. Es un descubrimiento de la verdad del mundo, de las cosas que te rodean.

La poesía puede ser una reflexión pero no tiene que ser ni discursiva, ni ideologizada; es el contacto de una emoción contigo mismo: te transmite siempre una emoción. Si no necesitas conmoverte o emocionarte, pues lee un libro de filosofía o de sociología. Si vas a buscar poesía, buscas la emoción del alma humana, el temblor del hombre.

La poesía no es una melcocha que se derrita y eche dulzura por todos lados, sino una emoción bien contenida, no expresada abiertamente.

Siempre he pensado que el poeta es el testigo del hombre y de la vida, que no se puede hacer poesía en una campana neumática donde el poeta esté totalmente aislado de la realidad; aparte de que escribe de manera cotidiana los sucesos, pienso que lo único que hace uno con la poesía es dejar testimonio del paso del hombre sobre la tierra.

La poesía no fue un paliativo para la tristeza, pero sí muchas veces una catarsis.

La poesía es una droga que se tomó una vez, un veneno vital que puso otros ojos al hombre y otras manos, y le quitó la piel para que sintiera el peso de una pluma. Quiero decir con esto que el poeta es el condenado a vivir…

Nunca he pensado que la poesía sea nada más juglarismo, canto. El canto es importantísimo, hay que saber cantar, pero la poesía es también la búsqueda de la verdad humana.

La poesía se realiza en la satisfacción de descubrir que hay alguien a quien le sirvió para vencer un momento de soledad o una angustia o un pesar, por contagio de los pesares del poeta, por sentir alivio de que el sufrimiento no está nada más en uno.

Uno sabe que va a morir, es un hecho certero, pero no sabe en dónde, ni a qué hora, ni cómo. Ésta es la conclusión de toda la poesía de Jaime Sabines: hay que vivir intensamente, ardorosamente todos los días mientras uno viva.

Lo que hace la poesía es revelar el mundo.

Escribir de la menstruación para mitigar la superstición desde el origen del mundo.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

Presentan el libro: Carmesí. Mitos desangrados

Gwenn-Aëlle Folange Téry y Florentina González Alanís se dieron a la tarea de encarnar el tema con historias de muchos de muchos lados, de varias personas, compiladas, y a veces redactadas por ellas para expresarse libremente de esta sangre.

“Hay un punto de inflexión ineludible en la biología de las mujeres: la menstruación (…) Un tema tan común que es experiencia de la mitad de la población del mundo y del que se habla poco, sobre todo en nuestras sociedades permeadas por la culpa, por la manzana de Eva. Por eso celebro la reunión de textos necesarios que nos ocupa para abrir la conversación sobre el tema”, dice en el prólogo del libro la escritora Mónica Lavín.

Carmesí. Mitos desangrados, se concluyó luego de casi una década de buscar y construir historias entre  Gwenn-Aëlle Folange Téry y Florentina González Alanís, quienes se dieron a la tarea de encarnar el tema con relatos de muchos lados, de varias personas, compiladas, y a veces redactadas por ellas mismas para expresarse libremente y sentenciar: “hablar de sangre”. El libro se presentó el pasado 6 de marzo en el Salón Club de Industriales y contó con la participación,  además de las compiladoras, de los escritores Mónica Lavín y Mauricio Carrera, la moderación estuvo a cargo de la periodista Pilar Jiménez Trejo.

 

Este texto es resultado del encuentro de amigos, profesionales y aficionados a la literatura a través de las redes sociales. Como lo cuenta en su texto Florentina González: “Hace algunos años, nos encontramos en la primera red social de nuestro tiempo, el facebook, tres amigos aficionados a la literatura. Guillermo Ochoa Montalvo escribió en su muro una historia  a su hija que estaba a punto de entrar a la adolescencia, una narración que me resultó muy bella -“Los kotex”-. Así que le propuse que sería buena idea hacer un  libro sobre el tema de la menstruación para escuchar otras historias, saber qué decir, cómo contar, cómo dar confianza, tranquilidad e incluso felicidad al hablar de esta situación que sucede naturalmente cuando las mujeres dejan de ser niñas”.

A ellos se unió Gwenn-Aëlle Folange, con la emoción de concebir Carmesí, y comenzaron a reunir las voces de mujeres que quisieron compartirles sus vivencias sobre cómo fue ese momento en que apareció la menstruación. Pero también están las experiencias de los hombres ante este suceso. Así compilaron narraciones de personas de distintas nacionalidades, edades y estratos sociales.

Compuesto de casi 100 historias breves reunidas y con varias ilustraciones en torno al tema, el libro se construyó casi a lo largo de 10 años; estaba casi listo antes de la pandemia, pero la pausa sirvió para que más historias y escritores se sumaran con esas charlas y talleres literarios realizadas a través del zoom y fue así como a principios de este año quedó listo.

El tema resulta de extremo interés en un mundo que aún ahora es machista y patriarcal y sigue siendo un tabú al que resulta difícil llamarlo por su nombre pero sobre todo cuándo nos enteramos que: “En la Roma clásica, la tradición popular y religiosa le imputaba a la menstruación efectos peligrosos. El principal divulgador de estas ideas fue Plinio El Viejo (23-79 d.C.) que en su Naturalis historia afirmaba que nada era más poderoso, para bien y para mal, que la sangre menstrual de las mujeres. Plinio pensaba que la mujer podía estropear los campos de cultivo, hacer abortar a los animales, incluso convertir el vino en vinagre”, escribe en su texto Florentina González.

El tema siguió con el Talmud judío que profesaba: “Una mujer menstruante es impura por siete días”, mientras siglos después La Biblia reforzaba: «Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare quedará impuro hasta el anochecer». Y en el Corán las cosas no eran tan distintas: «Es dañina, así que manténganse alejados de las esposas durante el sangrado. Y no se acerquen a ellas hasta que estén puras».

A lo largo de los siglos siguientes se descubrieron más funciones del útero, pero se continuaba atribuyendo a la menstruación orígenes extraños. Fue hasta el siglo XX en que el misterio del origen de la regla comenzó a desvelarse. Según V.C. Medvei, en su libro A History of Endocrinology, en 1908, dos médicos de la Universidad de Viena, Fritz Hitschmann (1870-1926) y Ludwig Adler (1876-1958) presentaron un meticuloso estudio que propició comprender el origen y las funciones fisiológicas de la menstruación. Pero aún en XXI en Nepal, un país budista, pero con mayoría hinduista, hay una costumbre llamada: chhaupadi, que obliga a las mujeres hindúes que tienen la regla a permanecer apartadas de su casa, hasta finalizar su periodo tienen prohibido tomar el sol, estar con hombres o participar en los eventos de la vida cotidiana pues se les consideran “impuras”.

En su narración “La repulsión” Gwenn-Aëlle Folange escribe: La sangre que mana de una herida no es sucia, ¿pero la que corre por las piernas, sí? ¿Qué pasa? ¿Qué tiene de tan diferente esa sangre?…

El libro Carmesí. Mitos desangrados –compilado por la novelista, poeta y pintora, Gwenn-Aëlle Folange Téry, y por la promotora cultura, empresaria y creadora de varios libros ejecutivos con arte y poesía, Florentina González Alanís, payadora en twitter–, tuvo su primera presentación en la Ciudad de México con una nutrida presencia e interés del público por un tema que aún no resolvemos del todo.

Antología que hace que resuenen las voces femeninas y masculinas alrededor de este mito de la menstruación: “para desangrarlo”, como dice Mónica Lavín en su prólogo. El texto cuenta con ilustraciones para ayudar aún más a esclarecer el tema. Por el momento el libro está a la venta en su página de facebook. Mientras llega a librerías. https://www.facebook.com/profile.php?id=61556801078910

 

 

Narrar y escribir se me da naturalmente: David Martin del Campo

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David Martín del Campo ( Ciudad de México 1952) escritor, periodista y ensayista. Estudió periodismo y comunicación colectiva en la UNAM, y cinematografía en el CUEC. Ha ejercido el periodismo en medios como Unomásuno, La Jornada y Reforma). Actualmente tiene una columna que se publica en diversos diarios del país. Escritor de novelas y cuentos, de literatura para niños y jóvenes, obras con las cuales han sido galardonados con el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 1986 por Isla de lobos; Premio Internacional de Novela Diana/Novedades 1990 por Alas del ángel; su novela Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada 1995 por El hombre del Iztac. Premio IMPAC-Monterrey 1996 por El año del fuego y Premio Mazatlán de Literatura 2012 por Las siete heridas del mar. Su libro El azul de Van Gogh es un libro publicado en la desaparecida colección de Periodismo Cultural (Secretaria de Cultura del gobierno federal) en el que reúne una selección de 100 ensayos previamente publicados en la sección cultural del radio Reforma, dentro de la columna «Entre paréntesis» con su prosa curiosidad, intachable, culta y juguetona.

Entre sus novelas más celebradas se cuentan Dama de noche (que fue llevada al cine en 1993), No desearás, ¡Corre Vito!, La noche que murió Freud, y La inocencia de María. Y su ya clásico entre los niños El tlacuache lunático. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Desde hace algunos años vive entre la ciudad de México y  Cuernavaca. Prolífico narrador, suele dedicar poco más de la mitad del año a escribir una novela para adultos, y un libro para lectores infantiles o adolescentes.

-Su obra más reciente es Ahí viene el Lobo ¿cuál fue el origen, como nació esa historia?

Quizá en mi interés por por la fotografía desde preparatoria; tal vez en la secundaria heredé la afición a la fotografía por parte de mi padre. Él era ingeniero civil y como tal, manejaba las cámaras y fotografías familiares y de las obras que hacía. Viajaba mucho para construir puertos, ferrocarriles y presas. Al final trabajó en la Comisión Federal de Electricidad. Las  cámaras siempre estaban en casa, y yo de pronto las tomaba  para hacer fotos en secundaria, en preparatoria. Iba con mis amigos y sacaba fotos y tengo cantidad de ellas de mi grupo. Llegó un momento en que yo tenía como cinco o seis cámaras, sobre todo de treinta y cinco milímetros y una de seis por seis, una rolleiflex que heredé de mi padre.

 

Cuando sucedió el tránsito del rollo a lo digital, que es lo que vive el personaje de mi novela, me sentí mal y pensé ¿Qué sigue? Luego una vez visitando la casa donde viví de niño y adolescente traté de recordar a los vecinos, recordé a los Rainey, ¡guau!… cuando tenía unos nueve años en el edificio de enfrente, en un segundo piso, vivían unos niños alemanes. El papá trabajaba en la General Motors. Un día que andaba en bicicleta, tonteando, me invitaron a su casa. No estaban los papás. Era curioso ver que en Navidad los alemanes no les ponen luces a los árboles, sino velas y en Nochebuena las encienden y el árbol parece que se está incendiando. En esa visita mi amigo me dijo: te voy a enseñar algo. Abrió un el cajón en el cuarto de sus papás y sacó una caja con una cruz, resultó que su padre era un héroe de guerra de los nazis ¡Claro! habían perdido la guerra y por eso su papá y ellos estaban bien guardaditos en México. Conforme supe más, pensé «voy a hacer novela, no nada más de los vencedores, sino de los vencidos». Fue así como mi afición por la fotografía y todo lo investigado de fotografía me llevaron a escribir esta historia.

-¿Cuál es el libro que lo acercó a la lectura?

Recuerdo estos libros, los cuales me emocionaron mucho siendo adolescente. Uno es Hak Berry Finn, de Mark Twain. Este me gusta más que Tom Sawyer. No es una historia muy linda, es un muchacho que vive junto al Mississippi.Tiempo después la quise emular y escribí un libro que se llama Delfines y tiburones, que se desarrolla en Tuxpan, que es uno de los pocos ríos mexicanos que son navegables, digamos, en un tramo de veinticinco kilómetros. Otro que leí en la preparatoria, que nos dejó el maestro de etimologías grecolatina fuer Rayuela, de Julio Cortázar, con esta lectura me imaginé muchas cosas y días después nos puso a realizar un ensayo. El profesor iba diciendo los nombres de los compañeros y su calificación, las cuales eran muy bajas, se escuchaba: «cuatro, cinco, tres, cinco, seis» y de pronto menciona Martín del Campo ¡diez! Todos voltearon a verme y me cuestioné que hice para sacar esa calificación. Y así como ese hubo otros dos o tres asuntos en la vida en los que me di cuenta que narrar y escribir se me da naturalmente .

Por cierto, otra novela sería El Viejo y el Mar de Hemingway y Adiós a las armas, de la que no se comenta mucho pero que es muy interesante. Por otro lado, igual hubo escritores mexicanos que me acercaron a la lectura. Tuve cierta amistad con José Revueltas, leía sus obras con atención porque en algún momento iba a hacer un documental sobre su vida. Incluso en este desarrollo tuve la oportunidad de visitar su casa en distintas ocasiones, conocer más de él y su gusto por el vino blanco, con el cual se llegaba a emborrachar, era la única bebida alcohólica que le permitía el doctor porque tenía mal el hígado.

Otras lecturas obligatorias fueron las de Carlos Fuentes, La región más transparente, me impresionaba mucho porque eran visiones cosmopolitas de un México revolucionario, era muy interesante. Un libro que también me interesó mucho fue Memorias de Pancho Villa, de Martín Luis Guzmán, que es extraordinario. Hay un capítulo donde cuenta que Pancho Villa  lleva un compadre que está muerto de sueño en un caballo después de una batalla, andan huyendo por la sierra. De pronto dice “hay que despertarlo porque nos están alcanzando”, y le disparan un balazo cerca de él y el otro amigo dice “No se despierta”  a lo que Villa responde “¿qué cosa es el sueño?”, es una frase padre.

¿Cuál es el libro más antiguo que tiene?

Yo creo que un diccionario de la Real Academia Española, está impreso en España, es de 1937, que es una edición que celebra el triunfo de Franco sobre la República Española. Entonces, dice “ahora que España llega, por fin se ha acabado la anarquía”…  de pronto lo consulto para ver las definiciones que se hacían. Creo que tengo un par de libros más antiguos de los mil ochocientos que eran de mi tío Rafael Martín del Campo, quien era famoso en la Universidad Nacional, porque fue el primer biólogo de México. Él estudiaba medicina y cuando se inventa la carrera de biología se pasa a estudiar biología y fue, por ejemplo, el mentor de José Aristeo Sarukhán, el rector de la UNAM. Y cuando falleció hace muchos años en el velorio, estuvo Sarukhán. Fue alguien que hablaba náhuatl, y conversaba en esta lengua con Miguel León Portilla. Fue todo un sabio, entonces cuando murió, nos dijeron que nos lleváramos sus libros y ahí los tengo.

¿Cuál es el libro que está leyendo actualmente?

Estoy leyendo un libro que se llama Una belleza rusa, de Vladimir Nabokov, es una historia en tiempos de Gorbachev, durante la Unión Soviética, a punto de convertirse en la Federación Rusa, que es hoy. Entonces, como los rusos quieren ser como los occidentales al mismo tiempo desprecian a los gringos y sobre todo a los franceses y hay una mujer guapísima que vive de su belleza y se relaciona con el músico Shostakovich, (pero le cambian el nombre) y este y muere en la cama de ella. Es muy divertida la novela porque son los amores de una rusa.

Realizo lecturas muy combinadas, pero creo que uno de cada dos libros que leo son libros editados por Anagrama, que es una editorial española. Hay garantía de que son muy buenas traducciones y libros muy interesantes, en una de sus colecciones lees autores que están vivos, autores yugoslavos, japoneses, africanos, norteamericanos, ingleses, checos, etcétera, es una manera de actualizarte. Pues conocer lo que se está escribiendo en todo el mundo.

Eso en cuanto a literatura y en cuanto a otro tipo de textos estoy leyendo un libro sobre los inmigrantes europeos en México en el siglo veinte, es un ensayo que abarca biografías de inmigrantes famosos que llegan a partir de la Guerra Civil española, en la cual arribaron intelectuales, como mi editor Joaquín Díez Canedo, al que yo quería mucho. En una ocasión que lo entrevisté para el diario Reforma, cuando los periódicos eran periódicos (por grandes y completos), me confesó  que en la Guerra Civil él sí echó tiros, me contó “no sé si le dije a alguien o no, pero me obligaron durante dos o tres semanas a ir a combatir a las trincheras de la Ciudad Universitaria de Madrid en un parque que se llama el campo de Retiro, y del otro lado del campo estaban los falangistas y en Madrid estaban los republicanos”. Díez Canedo, pudo huir por Portugal, se subió a un barco rumbo a América. Bueno, eso estoy leyendo en estás biografías.

-Ante todo, siempre hay un favorito ¿Cuál es su novela favorita?

De las que yo he escrito. Híjole… Te diría que son tres. Siempre respondo como las mujeres que les decían “Ay, María de tus cuatro hijos, ¿cuál es tu favorito? “ y siempre dicen que a todos los quieren igual.

Pero quiero más a las que han sido mejor aceptadas y que siento que son las más propositivas y en las que hay más de mí. Las voy a nombrar. Una es Alas de Ángel, que ganó el Premio Mazatlán de Literatura, otra sería Después de muertos y Ahí viene el lobo. Estas serían las novelas en las que encuentro más de mí.

-¿Qué novela nunca prestaría?

Una novela mía que se llama El año del fuego, que trata de la celebración al volcán Patín y el año del fuego fue en 1943 cuando hizo erupción, ese ya no la debo prestar porque nada más me queda un ejemplar.

¿Cuáles son sus tres autores imprescindibles?

Imprescindibles por mi formación, uno sería José Agustín, porque él nos enseñó como lectores que se podía hablar de la clase media mexicana como sujeto literario y narrativo, porque hasta ese momento uno suponía que la literatura mexicana era a fuerzas  hablar sobre la Revolución Mexicana, que era lo que leía en la secundaria. Y de repente, cuando leí De perfil, dije ¡Qué gozo!

Otro narrador sería John Irvin, que ya lo mencioné y Doris Lessing. Todos los libros, salvo uno de Doris Lessing, son encantadores. Era una mujer muy dulce, muy observadora y muy cosmopolita, ella nació en Afganistán, creció en Sudáfrica y se desarrolló como escritora en Inglaterra. Entonces la mitad de sus novelas se desarrollan en Sudáfrica, por ejemplo tiene una novela que se llama Canta la hierba, cuando Sudáfrica era una colonia inglesa, que es fenomenal, habla del conflicto de la comunidad blanca, de los antiguos boars, que eran los holandeses y los ingleses con The Boys de Voice. Y  desde luego, el mejor escritor que hay en español es Mario Vargas Llosa, es un fenómeno.

– Manteniéndonos dentro de los libros.  ¿Cómo tiene organizada su biblioteca?

Los libros de literatura los tengo por países, por ejemplo: España, y dentro de Latinoamérica se divide  en Argentina, Chile, Uruguay y así va subiendo, geográficamente. Luego los ingleses pegados con los norteamericanos, después los asiáticos, los australianos,  los centroeuropeos, que son los alemanes, húngaros, checos o rusos. Los tengo, así como por una especie de manía geográfica. Entonces, si el autor es italiano, está más o menos en Europa Central.

Los libros que son de cuestiones ensayísticas, los tengo en mi casa de Cuernavaca, que se encuentra a tres cuadras del centro, ahí tengo el cuarenta por ciento de mis libros. Se puede decir que tengo dos bibliotecas.

 

-¿Qué fue lo que lo llevó a escribir?

Cuando tenía diecisiete años, un grupo de amigos hicimos un viaje a un campamento de Veracruz, en el año sesenta y ocho.  Nos estuvimos allá como dos o tres semanas y fue un campamento fantástico, alucinante, en el que eran tiempos imbuidos por la marihuana y los Beatles.

Nos pasaron cosas maravillosas, cuando regresamos de ese campamento, le dije a mi amigo Ricardo: De esto que nos pasó voy a escribir un libro. En el lapso de ponerme hacer realidad ese proyecto, estudié la carrera de comunicación en la Universidad Nacional y tuve unos maestros extraordinarios para nosotros como escritores, y cuando digo nosotros, hablo de Ángeles Masttreta porque éramos compañeros de banca y otros que andan por ahí en la vida. Tuvimos maestros como Gustavo Sáenz, José Agustín, Gustavo Sáenz, Palmés García Saldaña, Gerardo de la Torre y René Avilés Fabila, de los cuales ya nada más vive José Agustín.

Gustavo Sáenz, nos daba redacción, estuvo con nosotros dos o tres semestres y nos obligaba a escribir cuentos, a escribir entrevistas, a escribir sueños. Tenía una revista y publicaba nuestros textos allí. Entonces, era una maravilla, porque tenías diez de calificación por tu texto o por tu entrevista, y además tenías seiscientos pesos por ser publicados con tu nombre los dieciocho años.

Eso me permitió muy pronto independizarme económicamente de mi familia, en el cuarto semestre ya tenía ingresos, no para irme a viajar a Las Vegas, pero sí era dinero de mi trabajo, de la escritura, para poder vivir en algún departamento compartido con amigos.

-¿Qué es lo que lo inspira a seguir escribiendo?

La escritura es muy gozosa, a veces estoy escribiendo y suelto la carcajada, porque entre otras cosas, los personajes cobran vida y una novela no es de tus ideas, una novela es la historia de alguien. Son historias de personajes. Entonces, tú vas con tu personaje y les ocurren cosas y para saber eso siempre estás investigando, estás leyendo para incorporar a tu novela, y sobre todo lo que una novela tiene que tener es verosimilitud. O sea, que aunque sea una novela fantástica, tú debes creerte que sí está existiendo esa historia,  así que tienes que aportar los suficientes asideros.

La Danza Contemporánea ofrecerán 4 montajes en homenaje al escritor Carlos Fuentes.

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Se trata de un montaje con coreografías de Cecilia Appleton, Rossana Filomarino, Lola Lince y Silvia Unzueta que se mostraran sábado 4 de noviembre en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), invitan a disfrutar del montaje coreográfico: 4 Miradas de Inez, en el marco del homenaje ofrecerán por el 95 aniversario del nacimiento del escritor mexicano Carlos Fuentes.  

La actividad se llevará a cabo el sábado 4 de noviembre de 2023, a las 19:00 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde se reunirán cuatro coreógrafas mexicanas de reconocida trayectoria para dar vida a esta propuesta escénica. De esta forma, el público podrá apreciar piezas creadas por Cecilia Appleton, Rossana Filomarino, Lola Lince y Silvia Unzueta.

Las coreógrafas se inspiraron en la novela Instinto de Inez, escrita en el año 2000 por Carlos Fuentes (1928-2012), autor referente de la literatura mexicana e hispanoamericana del siglo XX. Appleton, Filomarino, Lince y Unzueta, comparten cuatro miradas, cuatro visiones artísticas traducidas a la escena. Cada una siguiendo su propio impulso creativo y visión estética a través de la cual se dialoga con este mundo onírico y surreal de la obra literaria en esta original tetralogía coreográfica. 

La obra de Cecilia Appleton se titula El aullido salvaje de la memoria del cuerpo, y en ella, la también directora de la Compañía Contradanza presenta la lucha de poder que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad y que ha derivado en la conquista del territorio y la denigración a la mujer.

A su vez, la maestra, bailarina y coreógrafa con casi seis décadas de trayectoria profesional Rossana Filomarino participará con la pieza nombrada El último concierto, musicalizada con una composición original de Rodrigo Castillo Filomarino.

Retazos de memoria es el título con el que la coreógrafa Lola Lince se vale de imágenes como fantasmas que se desvanecen, memorias de amores imposibles, insólitos jardines y pasajeros bizarros en la cola de un tren nocturno para plasmar una idea poderosamente reflexiva “no tendremos nada que decir sobre nuestra propia muerte”. 

Por su parte, Silvia Unzueta presenta Porvenir Perdido, una pieza que toma como tema esencial en su propuesta escénica los personajes más significativos de Instinto de Inez, así como su reflexión sobre los encuentros y la búsqueda de la pasión original, su obsesión por lo imposible de las relaciones, el grito primigenio, el entrecruce de los tiempos y la pérdida del porvenir como una constante en el entramado del discurso escénico. 

Voces del acervo, fragmento del libro Instinto de Inez 

Para conmemorar el 95 aniversario del natalicio del escritor Carlos Fuentes (11 de noviembre de 1928) y como parte de las actividades del ciclo Voces del acervo, la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) transmitirá un fragmento del libro Instinto de Inez, en voz del autor, el miércoles 8 de noviembre de 2023 a las 11:00 horas, a través del perfil de Facebook de la CNL. 

El audio fue tomado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes el 3 de abril de 2001, cuando el escritor presentó esta obra en el máximo recinto cultural del país. En esa ocasión, Fuentes comentó sobre el género de la novela, el lenguaje, la música, la ópera y, finalmente, leyó un fragmento de su obra. 

Los libros en español del noruego Jon Fosse, el Nobel de Literatura 2023.

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Algunas de las obras por la que Jon Fosse ha obtenido el máximo galardón mundial de las letras, es por sus innovadoras obras de teatro y una prosa que da voz a lo indecible, aquí algunos ejemplos:

Septología

Aclamada unánimemente como su obra más importante, la Septología de Jon Fosse comprende los títulos Det andre namnet (El otro nombre), parte I y II; Eg er ein annan (Yo es otro), partes III, IV y V; y Eit nytt namn (Un nuevo nombre), partes VI y VII. Culminada en 2021, está escrita en forma de monólogo y magistralmente sin puntos que separen las frases, de manera que la prosa se despliega como un torrente por las 1.250 páginas de las que consta la versión original en noruego. Novela considerada una de las mejores obras de la literatura escandinava.

¿Cómo habría sido nuestra vida si hubiéramos tomado otro camino? es la pregunta de la que parte El otro nombre, protagonizada por Asle, un pintor anciano que habla a su alter ego del mismo nombre, un alcohólico al que intenta salvar de morir en la nieve; un pintor famoso y viudo que ha dejado el alcohol y reflexiona sobre su vida, enfrentándose a los grandes temas de la existencia: el amor, la muerte, la fe y el poder de la naturaleza. Escrita desde la pulsión de la literatura, busca en los aspectos de nuestro entorno que nos condicionan, Fosse conduce al lector a través de la novela a un estado de meditación hasta llegar a lo más profundo de la condición humana. “Es una narración sugerente y magnífica sobre la naturaleza del arte y de Dios, sobre el alcoholismo, la amistad, el amor y el paso del tiempo”, destaca su editorial noruega, Samlaget.

La obra ha sido traducida a más de 20 idiomas (en español la editó De Conatus) y por ella Fosse ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Brage y el Premio de la Crítica. También ha sido preseleccionado para el Premio Booker internacional y el American National Book Award.

Trilogía

En las tres breves novelas incluidas en Trilogía, Jon Fosse relata una trágica historia de amor que sucede en la Noruega rural: dos jóvenes adolescentes sin recursos, que esperan a su primer hijo, intentan sobrevivir en un mundo hostil, bajo la mirada despiadada de la sociedad. Ambientada en una época medieval indeterminada; es ahora la base de una ópera que se está preparando en Viena.

En este libro hipnótico, Jon Fosse se adentra en una profundidad desconocida a través de un lenguaje sencillo y un narrador único, partiendo de la oscuridad de una situación extrema e iluminando al lector a medida que avanzan las páginas. En Trilogía, Fosse explora tanto la experiencia de no tener nada de los protagonistas, como la ternura del primer amor y el ímpetu de iniciar una vida propia.

La noche canta sus canciones y otras obras teatrales

Sobre esta obra se ha dicho que Fosse hace coincidir contradicciones irreductibles, y las muestra, existiendo unidas en el mismo momento, en el mismo ser vivo; esto es posible solamente en el modo de vida tan particular de lo inconsciente.

En este libro, que incluye seis de sus obras de teatro más destacables (Y nunca nos separarán, El niño, La noche canta sus canciones, Un día de verano, Mientras las luces se atenúan y todo oscurece y Variaciones sobre la muerte), Fosse fusiona el realismo con el extrañamiento, y el discurso político y crítico con la poesía, componiendo una melodía literaria en la que aparecen algunos de los temas más frecuentes del autor, como la soledad, la incomunicación y la imposibilidad de las relaciones humanas.

Y nunca nos separaremos arranca, en el primer acto, con un monólogo de una mujer que espera a su hombre.

Mañana y tarde

Mañana y tarde se desarrolla entre el día que nace un niño al que llamarán Johannes y el día en que muere un anciano llamado Johannes. A lo largo de la historia de este personaje, Foss explora los detalles de toda una vida, empezando por los pensamientos del padre de Johannes el día que su esposa inicia el parto y terminando con las reflexiones del propio protagonista. Mañana y tarde es una obra sobre la ilusión de que nuestras vidas tienen un sentido, que divaga entre el pasado y el presente, los momentos cotidianos y el la velocidad de la existencia. El título representa la dualidad de la vida y la muerte, una preocupación definitiva para el autor a lo largo de su obra. Se trata de su novela más reciente traducida al castellano, se dice que es una obra breve y accesible.

Melancolía

Esta novela cuenta la historia del pintor noruego Lars Hertevig (febrero 1830, Borgøy, Noruega- enero de 1902, Stavanger, Noruega) y sus tiempos como estudiante en la Academia de Arte de Düsseldorf, en Alemania. Atravesado por el dolor de un amor no correspondido y las dudas que le surgen alrededor de su propia creación artística, Lars Hertevig vive una situación límite y se ve abocado a un colapso mental. Tras ser aplaudido por la crítica a propósito de Melancolía, Foss escribió la continuación de la obra Melancolía II, centrada en el día de la muerte del pintor sucedida el 6 de enero de 1902, un artista que fue azotado por la esquizofrenia, internado un tiempo en un hospital siquiátrico en Oslo, sin lograr curar su enfermedad; los últimos treinta años de vida padeció de apuros económicos, Hertervig adoptó sus motivos pictóricos de la zona natural cercana a Stavanger, con sus fiordos, peñascos y bosques de pinos.

La revista estadounidense Publishers Weekly dijo de esta novela que es un libro poderoso en el que Fosse se adentra en la mente de Hertevig a través de una salvaje narración de flujo de conciencia, con una prosa magnífica y conmovedora.

Un poema

La editorial Sexto Piso publicará en 2024 la poesía reunida de John Fosse, reconocido seguidor del poeta Federico García Lorca, con motivo del anuncio del Premio Nobel se dio a conocer un poema inédito traducido al español, incluido en Los movimientos del perro (1990), que a continuación añadimos:

I

también tú

como la lluvia sobre hojas secas

desapareces

cuando yo

te atraigo hacia mí

mientras me alejo

II

pero con el pelo mucho más largo

rozaban

fortuitamente

los dedos el uno del otro

(perro y ángel, perro y ángel).

Jon Fosse gana el premio Nobel de Literatura 2023, un noruego narrador, dramaturgo, ensayista y poeta.

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  • Su obra profundiza en sentimientos como la ansiedad, la inseguridad y las cuestionamientos sobre la vida y la muerte.

En México poco conocemos en del nuevo Premio Nobel de Literatura, el narrador, dramaturgo y poeta noruego Jon Fosse, quien ha sido reconocido en el mundo anglosajón por su obra Un nuevo nombre: Septología VI-VII, que aún no ha sido traducida al español; una pieza autobiográfica de siete partes repartidas en tres volúmenes sobre un hombre que conoce a otra versión de sí mismo, el texto tiene 1.250 páginas sin un solo punto.

Los primeros volúmenes si están traducidos al español: El otro nombre : Septología I, El otro nombre: Septología II y Yo es otro: Septología III-V.  Comenzó a escribir Septología cuando vivía en castillo de Paul Claudel en el sur de Francia, al que había sido invitado por la familia del poeta francés, y concluyó la obra en un pequeño pueblo austríaco en las afueras de Viena, tardo cinco años en realizarlo.

Sus trabajos teatrales aún no son de muy fácil acceso en español, pero se encuentran entre los más representados en algunas regiones de Europa.

Ya puesto en la lista desde hace años en los aspirantes del Nobel de Literatura, la Academia Sueca decidió por fin este jueves darle el galardón a este autor, de 64 años, por “su prosa innovadora y por dar voz a lo que no se puede decir. Su inmensa obra escrita en la forma Nynorsk, un dialecto noruego, con una radical reducción del lenguaje, cubre una gran variedad de géneros, en un caudal de obras de teatro, novelas, colecciones de poesía, ensayos, libros para niños y traducciones». Destacó que es uno dramaturgo que está siendo cada vez más reconocido.

Jon Olav Fosse nació en Haugesund, en los fiordos de Noruega, el 29 de septiembre de 1959, es narrador, poeta, dramaturgo y ensayista. Creció en una familia practicante con una estricta forma de luteranismo, pero se rebeló y se declaró ateo. En 2013 dijo convertirse al catolicismo, pero en realidad se considera agnóstico. Llegó a la escritura a partir de su pasión por la música. “En mi adolescencia tocaba la guitarra y el violín, y hacía letras para canciones. Me encantaba escribir porque sentía que entraba en otro lugar, en un refugio donde estar solo y sentirme seguro. Pronto comprendí que no valía para la música”, contó en 2019 en una entrevista con el diario El País. Inició en 1983 con la novela Raudt, svart (Rojo, negro) una tan pieza rebelde como emocionalmente cruda que aborda el tema del suicidio; viaja hacia adelante y hacia atrás en el tiempo desde varias perspectivas; una novela aún no traducida al español; pieza que en muchos sentidos marcó el tono de su obra posterior. Su primera obra de teatro Og aldri skal vi skiljast (Y nunca nos separaremos) se presentó y publicó en 1994; desde entonces ha publicado más de 40 libros entre los que se incluyen cuentos, poemas, novelas, libros infantiles, ensayos y piezas de teatro, algunas traducidas ya a varios idiomas. Intimista y reflexivo al igual que su literatura, Fosse, es autor de obras innovadoras y difíciles de catalogar que le han hecho casi inventar nuevas formas literarias.

Se matriculó en la Universidad de Bergen (Noruega) y estudió Literatura Comparada, Sociología, Filosofía y Teoría del lenguaje. Es doctor en Filosofía y profesor de la Academia de Escritura Creativa de Hordaland.

Decidió dedicarse a la literatura porque: “Simplemente quise vivir de una manera libre. Por eso la idea de ser escritor me llamaba la atención; no tendría que ir a una oficina. Asumía que siempre sería pobre, pero lo prefería a cambio de la libertad que me otorgaba. Terminé mis estudios en filosofía y teoría del lenguaje, pero no quería ser profesor. Resultaba complicado ganarme la vida, y justo entonces me pidieron que escribiera el comienzo de una obra para una institución cultural noruega muy grande que pagaba muy bien. Querían solo unas cuantas páginas y yo necesitaba el dinero. Me pidieron que entregara una sinopsis, pero no se puede hacer algo así. No con un poema ni con la música, ni con algo que vas a escribir, es como atentar contra tu propia habilidad. Al final escribí la obra entera en una semana y todavía hoy es, de mis 45 piezas de teatro, la que más veces se ha montado por todo el mundo”, añadió en la citada entrevista,

Fosse trabaja la memoria y recuerda muchas historias de su vida de forma poética, la relación con sus padres, sus historias de amor… y todo se convierte «en melodía», aseguró a EFE su editora en español, Beatriz González.

Le encanta escribir a mano, con plumas estilográficas, pero la mayor parte de su trabajo lo escribe en Mac, ordenadores de los que tiene una colección, incluido el primero que tuvo.

Algunas de sus obras que han sido traducidas al español incluyen Alguien va a venir, Melancolía, Trilogía y Mañana y tarde, editados por De Conatus.

En México sus libros pueden adquirirse en algunas librerías, pero sobre todo en línea. En Gandhi están disponibles Trilogía, El otro hombre: Septología I, El otro hombre: Septología II, El otro hombre: Septología III, y El otro hombre: Septología VI y VII. Además, tienen en preventa la versión ebook de Mañana y tarde. El Péndulo ofrece en su tienda en línea los títulos: Un nuevo hombre, El otro nombre, Otro nombre, y Yo es otro. Y en la librería El Sótano están disponibles El Otro nombre, Otro nombre, Trilogía, y Yo es otro. Septología III.

En un comunicado, la academia Sueca señala que el autor “presenta situaciones cotidianas que son instantáneamente reconocibles en nuestras propias vidas. Su radical reducción del lenguaje y su acción dramática expresan las emociones humanas más poderosas de ansiedad e impotencia en los términos más simples”.

“Lo que es especial es la cercanía en su escritura. Toca los sentimientos más profundos: inseguridad, cuestionamientos sobre la vida y la muerte… las cosas que cada humano enfrenta desde el principio. No importa si es drama, poesía y prosa. Tiene el mismo atractivo a estas humanidades básicas”. Sus novelas, según la academia, están “muy reducidas a un estilo que ha llegado a ser conocido como ‘minimalismo Fosse”.

“Es gracias a su capacidad para evocar la pérdida de orientación del hombre, y cómo esto, paradójicamente, puede proporcionar acceso a una experiencia más profunda y cercana a la divinidad, que ha llegado a ser considerado un gran innovador en el teatro contemporáneo”, apunta la academia.

Esto se puede ver en su segunda novela, Stengd gitar (1985), cuando Fosse presenta una desgarradora variación de uno de sus temas principales: el momento crítico de la irresolución. Una joven madre sale de su departamento para tirar basura por el vertedero, pero se queda fuera con su bebé todavía dentro. Al necesitar ir a buscar ayuda, no puede hacerlo porque no puede abandonar a su hijo. Si bien se encuentra, en términos kafkianos, “ante la ley”, la diferencia es clara: Fosse presenta situaciones cotidianas que son instantáneamente reconocibles en nuestras propias vidas.

Los organizadores del Nobel opinaron que Fosse combina fuertes vínculos locales, tanto lingüísticos como geográficos, con técnicas artísticas modernistas. Puede equipararse a otros grandes escritores como el noruego Tarjei Vesaas, el irlandés Samuel Beckett, los austriacos Thomas Bernhard y Georg Trakl y el checoslovaco Franz Kafka.

«Te conmueve muy hondo cuando lo lees…y cuando has leído una obra tienes que continuar», dijo Anders Olsson, presidente del Comité Nobel de Literatura de la Academia.

Si en la literatura noruega Jo Nesbø es el rey de la novela negra, y Karl Ove Knausgård el de la autoficción, Jon Fosse es la figura literaria por antonomasia; uno de los dramaturgos más prestigiosos de Europa. Fosse fue nombrado caballero de la Orden Nacional del Mérito de Francia en 2007; también se ha clasificado con el número 83 en la lista de los 100 mejores genios vivos por The Daily Telegraph. Desde 2011 se le cedió la Grotten, una residencia honoraria propiedad del Estado noruego y ubicado en las instalaciones del Palacio Real, en el centro de la ciudad de Oslo; el uso de la Grotten como residencia permanente es un honor especial otorgado por el rey de Noruega por sus contribuciones a las artes y la cultura noruega, él es considerado una gloria nacional en la letras de su país. Su vida la reparte entre una aldea próxima a la capital austriaca, Viena, una casa en un fiordo y Oslo. El escritor, que ha reconocido que durante una época bebió en exceso, es padre de cinco hijos.

Fosse es el cuarto autor de su país en lograr el Nobel de Literatura, tras Bjørnstjerne Bjørnson (1903), Knut Hamsun (1920) y Sigrid Undset (1928).

La obra de Jon Fosse ha sido elogiada como una de las contribuciones más importantes a la literatura escandinava contemporánea, sin embargo nuestras referencias sobre esta narrativa van en torno a las series policiacas que nos llegan desde distintas plataformas de streaming cuya trama sucede en la región escandinava. Crímenes complejos que azoran a todo un pueblo o una ciudad entera por ser casos extraordinarios y atroces de secuestro, asesinato, un asesino serial o un feminicidio; una situación también tan lejana de la realidad mexicana en donde suceden por lo menos tres homicidios cada hora y se suman 94 asesinatos diarios en promedio. Noruega tuvo 29 asesinatos en 2021, ocupa el puesto 24 en la tasa de homicidios intencionados por cada cien mil habitantes, y su tasa de asesinatos se sitúa en el 0,54 por cada cien mil habitantes, y cada año va bajando.

Presentan: Nostalgia, una era imaginaria, de Gabriela Guerra Rey, y El Camino de Wembra y otras utopías feministas, de Adrián Curiel Rivera.

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Gabriela Guerra Rey y Adrián Curiel presenta simultáneamente Nostalgia una era imaginaria y El Camino de Webra y otras utopías feministras.

Entre utopías y distopías en torno a la nostalgia del exilio y los temas  más polémicos del acontecer actual, se desarrolló la presentación de los libros: “Nostalgia, una era imaginaria”, de Gabriela Guerra Rey y “El Camino de Wembra y otras utopías feministas¨,  de Adrián Curiel Rivera.

Durante la presentación, ambos autores reseñaron y compartieron reflexiones en torno a estas obras literarias.

Adrián Curiel Rivera destacó que Nostalgia, una era imaginaria es un  original y esclarecedor ensayo sobre la nostalgia como sentimiento imperante en la trilogía novelesca del escrito cubano Eliseo Alberto Diego (Lichi), quien se hiciera acreedor, ex aequo, junto con el nicaragüense Sergio Ramírez, del primer premio Alfaguara en 1998 por su obra Caracol Beach.

Agregó que siendo la propia autora, cubana y exiliada, como lo fue Lichi en México, da prueba de una admirable versatilidad para adaptarse al género ensayístico y contagiarnos, con una prosa finamente hilvanada, su pasión por un corpus narrativo conformado por La eternidad por fin comienza un lunes (1992), la referida Caracol Beach y La fábula de José (1999).

En su oportunidad, Gabriela Guerra Rey expresó que El camino de Wembra y otras utopías feministas, es un libro que sorprende de principio a fin.

“Sé que no me será fácil explicar de cuantas maneras esta obra, compuesta por cinco relatos de mediana extensión atrapan al lector”, destacó respecto de “El Camino de Wembra”.

“Este libro es un todo y eso lo hace valioso. La magistralidad con que Curiel construye esos futuros, que ruedan sobre el filo de la palabra utopía y caen en los destinos de cualquier distopía. Al final, parecen la misma cosa, aunque recrean el pasado y el presente pesarosos de la historia de nuestra civilización”, añadió Guerra Rey.

En El Camino de Webra y otras utopías feministas, (Editorial Lectorum), Adrián Curiel Rivera ofrece una compilación de cinco relatos polémicos e hilarantes que despiertan incomodidad, gracia y reflexión sobre cómo abordar los temas de género en la actualidad.

Curiel Rivera explica que esta obra se sustenta en la línea satírica de Voltaire y Jonathan Swift; desde la ciencia ficción, ofrece la posibilidad de imaginar escenarios donde el tema del género como el gran constructo social impuesto por el patriarcado hegemónico cobra nuevos alcances y significaciones.

 Nostalgia una era imaginaria de Gabriela Guerra Rey es un ensayo original, publicado por Editorial Equidistancias, que hace referencia a la historia del exilio cubano y la obra de uno de sus hijos, Eliseo Alberto Diego (Lichi), para desentrañar cómo este sentimiento se transforma en expresión literaria y deviene parte presencial de la historia de un país: el de la nostalgia.

Al igual que Lichi, la autora es una novelista cubana exiliada en México, ganadora en 2016 del premio Juan Rulfo a primera novela por Bahía de la Sal.  A través de una impecable prosa hilvana historias con otros autores de la isla que han sufrido el exilio.

Ignacio Solares el escritor que descubrió su destino en su infancia de lector.

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Ignacio Solares (Ciudad Juárez, Chihuahua, 15 de enero de 1945–Ciudad de México, 24 de agosto de 2023) murió la noche del jueves a los 78 años de edad, y fue velado en Gayosso de Felix Cuevas con una nutrida presencia de familiares, amigos y discípulos. Narrador, ensayista, articulista, dramaturgo, editor, académico y periodista cultural mexicano. Fue colaborador, jefe de redacción y director de algunos de las más importantes suplementos y revistas culturales en México.Su vida y obra estuvo ligada al psicoanálisis, la religión, lo fantasmagórico; y fue un apasionado de la fiesta brava y la novela histórica.

Ignacio Solares, fue uno de nuestros escritores más celebres a quién desde su infancia la historia de México y sus personajes lo llevaron a convertirse en un historiador novelista. Solía contar que fue un niño solitario, lector insaciable desde sus primeros años.

A su velorio fueron llevadas decenas de flores y coronas. «Murió en paz, en el hospital, estuvo inconsciente, pero por momento volvía y pudimos tener conversaciones muy lindas», dijo su esposa Myrna Ortega.

«Dejo listo un libro con sus Minucias que por casi una década publicó en su columna de El Universal», dijo su mujer creadora y directora del sitio web Descarga Cultura.UNAM.

A continuación presento una entrevista que le hice hace algunos años para la Secretaria de Cultura, entonces dirigida por Rafael Tovar y de Teresa.

“Yo recuerdo que aprender a leer para mi fue un descubrimiento para mi maravilloso. Mi papá eso sí me infundió muchísimo la lectura. Tuve la suerte de todavía de tener mi Salgari, mi Julio Verne, mi H.G Wells, mi Robinson Crusoe”, me contó en una entrevista.

Sus primeros estudios los hizo en escuelas de jesuitas, donde robustecieron su formación literaria:

“Los jesuitas me dieron muchísimo, son los mejores maestros, por lo menos que yo he tenido. Eran hombres muy cultos, muy humanos, muy poco fanáticos:  influía mucho el hecho de estar en Chihuahua porque nos llevaban a la sierra tarahumara donde fue una experiencia para mi,  todo el paisaje de Chihuahua se me quedó muy dentro de mi”, me dijo.

En Chihuahua, siendo un adolescente conoció y escuchó al escritor e historiador José Fuentes Mares, quien lo atrojo al tema de la novela histórica: “Esperaba con ansiedad, el día que iba a ir Fuentes Mares a mi casa porque realmente fue un maestro sin ser maestro, pero eso sucede con los grandes espíritus y grandes escritores que no necesitas necesariamente que te den clase, ya su pura plática puede ser una clase”.

Estudio en la UNAM Letras Españolas con varias materias cercanas a la filosofía. Trabajó de todo hasta que el periodismo lo llevó a la literatura; en ese oficio inició con Vicente Leñero, Julio Scherer y Luis Spota. En sus entrevistas indagaba los temas que lo obsesionarían también como escritor: la religiosidad, lo oculto, el misticismo.

Entre sus entrevistados estaban: Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Augusto Monterroso, Álvaro Mutis, Octavio Paz, José Revueltas, Ernesto Sábato, Jaime Sabines y Mario Vargas Llosa, además de los pensadores Iván Illich, Hans Küng, Igor Caruso y Erich Fromm.

“Recuerdo que en una entrevista Jorge Luis Borge me dijo una frase que nunca se me olvidará: dice soy tan escéptico que ya empiezo a dudar de que no exista Dios”.

El interés de este escritor y dramaturgo  en personajes como el general Felipe Ángeles, Francisco Villa, Bernardo Reyes o Plutarco Elías Calles, lo llevó a crear obras como El jefe máximo, en la que muestra el pragmatismo de seres rodeados de fantasmas. En su libro Delirun Tremens aborda el descenso a los infiernos por el  alcoholismo.

“Yo entre a la historia por la puerta trasera, porque realmente estaba escribiendo novelas, pero mi primera novela histórica es Madero, el Otro, porque un amigo, de la familia Madero, tenía en resguardo todas las cartas y allí estaban todos sus escritos espiritas”.

Como otros escritores, sobre todo Aldous Huxley, le interesaron las tradiciones religiosas y espirituales desarrolladas a lo largo de la historia.

“Me ha interesado mucho también el hinduismo, mucho, incluso practico una cosa que se llama la meditación trascendental, en la que mi gurú es Pepe Gordon, a través de un manta que repites veinte minutos, esa repetición del mantra te ayuda a vaciar la mente”.

Interesado también en la psicología, lector de Erich Fromm, Sigmund Freud, y sobre todo a Carl Jung, escribió Cartas a una joven psicóloga; y la obra La moneda de oro ¿Freud o Jung?

Fue por décadas académico y promotor cultural en la Universidad Nacional Autónoma de México de la que no salió por varios años; su ultima misión fue dirigir la Revista de la Universidad.

Por eso le gustaba decir que no era un egresado de la UNAM porque salió casi al final de su vida. Fue maestro de tiempo completo; fue director Coordinación de Teatro y Danza, disciplinas que separó en la coordinación, fue Director de Literatura, coordinador con el rector Juan Ramón de la Fuente, y más de 12 años estuvo como director de la Revista en la Universidad. Su estadía en la Universidad fue casi permanente.

Solares obtuvo distinciones como la beca de John S. Guggenheim Foundation; el Premio Xavier Villaurrutia en 1998 por la novela El sitio; el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares en 1996 por Nen, la inútil, y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura en 2010. También fue reconocido con el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en 2008, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y recibió la Medalla Bellas Artes en 2022. En Chihuahua un premio literario lleva su nombre. Autor de más de decenas de libros, aceptaba decir que para él su novela No hay tal lugar, es su mejor obra.

“Es quizá mi  novela más representativa porque es sobre la muerte pero en Chihuahua, en la sierra Tarahumara, donde hay un jesuita que recibe a los que van a morir”.

Apasionado lector y conocedor del psicoanálisis, Ignacio Solares solía decir que: infancia, es destino: “Como escribí en un pequeño aforismo que yo los llamo minucias: “Después de un largo recorrido y de rodeos, regresó a donde he estado siempre, nunca se movido del lugar donde empezó”.

El último libro publicado por Solares fue un ensayo en con José Gordon, con quien le unía una amistad de 40 años. Novelista de lo invisible. Conversaciones con José Gordon (2023), editado por Grijalbo, es un volumen en el que el autor chihuahuense habla de una de las obsesiones que lo acompañó a lo largo de su obra: recuperar la dimensión sagrada de la vida.

A su velorio llegaron muchos amigos y colegas como: Felipe Garrido, Gózalo Celorio, Sealtiel Alatriste, Vicente Quirarte, Rosa Beltrán, Geney Beltrán, Silvia Molina, David Martin del Campo, Javier Sicilia, Rafael Vargas, por supuesto José Gordon… y el ex candidato priista José Antonio Meade, entre otros.

Casi por una década escribió su columna “Minucias” en el diario El Universal, en las que con pequeñas frases llevaba a grandes reflexiones. Solía enviar por correo a sus amigos y conocidos su colaboración: La última que recibí fue el 29 de noviembre de 2022 en la que escribió:

La irracionalidad de un gobernante repercute como ondas en el agua en la comunidad.

A pesar de la belleza de su nombre, el amor puede ser sinónimo de crueldad.

Nuestra época se regodea en sacar a los monstruos de sus laberintos.

Lo que no hagas aquí, te va a costar más trabajo hacerlo después de muerto.

Nuestros recuerdos más importantes están en el inconsciente.

 

 

Elena Poniatowska obtiene el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria 2023.

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Por su amplia trayectoria y  sus aportaciones a las letras en lengua española, a través del periodismo, la crónica, la entrevista y la novela, el jurado del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023 decidió otorgarlo a la escritora mexicana Elena Poniatowska.
Sus textos han narrado, mediante testimonios y ficción, momentos capitales de la historia reciente de México?, consideró el cuerpo colegiado, integrado por Concepción Company, Javier Garciadiego, Luis García Montero, Reneé Acosta y Margo Glantz, quienes decidieron por unanimidad, entregar el premio a la autora de La noche de Tlatelolco.
Poniatowska se hace acreedora a un diploma, una obra escultórica diseñada por el artista visual Vicente Rojo, así como a una cantidad en pesos mexicanos equivalente a 125 mil dólares estadounidenses.

A sus 91 años, lúcida y con buen humor, ofreció una conferencia de prensa en la casa donde se alberga la Fundación Elena Poniatowska (José Martí 105, entre Av. Revolución y Av. Patriotismo, en la colonia Escandón), para contar que este reconocimiento es también resultado de la larga y profunda amistad que tuvo con el autor de La región más transparente.

Luego reconoció que el premio lo obtiene gracias a su trabajo y aprendizaje continuo como periodista, labor que desempeña desde 1953, entrevistando por igual a María Victoria, Tongolele, María Félix, Octavio Paz, Juan Rulfo, Jaime Sabines que a presos de Lecumberri, estudiantes del 68 y obreros. La autora de La noche de Tlatelolco, habló de las dos pasiones que ha ejercido: periodismo y literatura. “La soledad del escritor, la gran soledad frente a la mesa de trabajo aísla, pero en el caso del periodismo, la sala la de redacción, puede llegar a ser una fiesta, al menos es lo que yo viví en los periódicos”, recordó.

“Conocí a Carlos cuando ni era escritor, era hijo de embajadores. Cuando sus papás no estaban, él daba grandes fiestas, no daba mucha bebida porque no había mucho dinero, pero sí había mucho baile, él bailaba, le gustaba muchísimo; al principio no bailaba bien, daba bastantes pisotones, pero después aprendió”, recordó Poniatowska en la conferencia.

La periodista y escritora que ha sobrevivido a sus contemporáneos y amigos como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Gabriel García Márquez, Rosario Castellanos y Elena Garro ha recibido en los últimos años los máximos reconocimientos literarios en varias regiones del mundo. En 2014 obtuvo el Premio Cervantes por su obra en conjunto entre libros como Tinísima y Hasta no verte Jesús mío.

En la conferencia su hijo, Felipe Haro Poniatowski, director general de La Fundación Elena Poniatowska Amor A.C,  reiteró que para subsistir y conservar la obra, sus documentos, su biblioteca, y continuar haciendo actividades culturales en la Fundación, se apoyan de recursos privados generados por sus actividades académicas y donativos.

Destacó que para la familia “es un honor recibir este premio” y recordó que “El último recado que dejó Carlos Fuentes, el 15 de mayo, fue a Elena Poniatowska, porque pronto sería cumpleaños de Elena e iban a comer juntos. Así de cercana era la relación”.

A la conferencia presidida por Poniatowska, asistieron la titular de la Dirección de Literatura de la UNAM, Anel Pérez, y el Director General de Biblioteca de la Secretaría de Cultura, Rodrigo Borja.

Con ambas instituciones, dijo Felipe Haro, mantienen conversaciones para que el acervo permanezca en el País, y no sólo el de la escritora, sino también el del astrónomo Guillermo Haro (1913-1988), quien fuera su esposo. Señaló que la voluntad de Poniatowska y de la familia es hacer el mayor esfuerzo para que el acervo permanezca en México en condiciones óptimas. “Elena dijo que quiere que se quede todo junto. El acervo es de todos los mexicanos y todos lo pueden consultar”.

Sin embargo reconoció que universidades como Princeton, Stanford y Austin, así como de instituciones de Nuevo León, entre otras, han manifestado su deseo de resguardar los archivos de Poniatowska, pero que a ellos les gustaría que se quedará en México y fuera el gobierno quién se comprometa a cuidarlos y preservarlos.

En cuanto a los temas electorales próximos Poniatowska expresó su deseo de que haya una “transformación abierta” en las elecciones presidenciales de 2024, y que no haya “dedazo” del presidente Andrés Manuel López Obrador para imponer un candidato.

“Espero que se les den más oportunidades a las mujeres que aspiran al poder y que lo harían, yo creo, espléndidamente bien”, enfatizó.  Sin embargo no ocultó su simpatía por su “cuate” Marcelo Ebrard, ante la relación que tiene con su familia y Francia.

Afirmó confiar en el “buen criterio de México pues es un país feliz, dentro de lo que cabe, es un país rico, inteligente”.

La autora se convierte en la cuarta mujer en obtener este galardón en su historia, luego de que la escritora mexicana Margo Glantz lo obtuviera en 2022, la autora chilena Diamela Eltit lo ganara en 2020, y la escritora argentina Luisa Valenzuela lo recibiera en 2019. Los otros ganadores de este reconocimiento han sido Mario Vargas Llosa (2012), Sergio Ramírez (2014), Eduardo Lizalde (2016) y Luis Goytisolo (2018).

 La Secretaría de Cultura federal y la Universidad Nacional Autónoma de México otorgan este premio anualmente a escritoras o escritores que, por el conjunto de su obra (escrita en español en su totalidad o una parte sustancial), hayan enriquecido el patrimonio literario de la humanidad.
Fue instaurado en memoria del escritor mexicano, autor de clásicos como La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz, en 2012, año de su fallecimiento. Busca reconocer el trabajo de quienes, a través de sus letras, enriquecen la literatura universal con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos. En un principio, su periodicidad fue bianual; sin embargo, a partir de 2019 es anual por un acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes.

Elena Poniatowska

Periodista y escritora nació en París, Francia,  el 19 de mayo de 1932, con el título de princesa Héléne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor. Su familia emigró de vuelta a México durante la Segunda Guerra Mundial y Poniatowska se naturalizó mexicana en 1969 al casarse con el astrónomo mexicano Guillermo Haro.

 Como escritora, ha tocado casi todos los géneros literarios: novela, cuento, poesía, ensayo, crónica y también ha escrito cuentos para niños y adaptaciones teatrales. Vive en México desde 1942 y posee la nacionalidad mexicana desde el año de 1969.
Después de una formación inicial en lengua inglesa y castellana, en 1949 realizó sus estudios en Estados Unidos, hasta regresar a México en 1953. En esa época comenzó a trabajar en el periódico Excélsior, donde a partir de entrevistas retrató la realidad de su país en los años cincuenta.
En 1955 publicó su primera novela, Lilus Kikus y en 1971 obtuvo el premio literario Xavier Villaurrutia por La noche de Tlatelolco, aunque lo rechazó. En 1964 escribió  Hasta no verte Jesús mío, y en 1988, La Flor de Lis. Destacan en su amplia bibliografía Querido Diego, te abraza Quiela (1978), De noche vienes(1979), Fuerte es el silencio (1980), Todo México (1990), Tinísima (1991), Paseo de la Reforma (1997), Todo empezó en domingo (1998), Cartas de Álvaro Mutis a Elena Poniatowska (1998), Las soldaderas (1999), Juan Soriano, niño de mil años (1999), La piel del cielo (2004) y El amante polaco (2021).
Entre sus trabajos periodísticos destacan las crónicas del movimiento estudiantil de 1968 (compilados en La noche de Tlatelolco), el terremoto de 1985 en Ciudad de México (reunidas en Nada, nadie. Las voces del temblor), o el conflicto de Chiapas en 1994.
  Ha sido profesora de literatura y periodismo en los institutos Kairós y Nacional de la Juventud (INJ) y del taller literario El Grupo. Fue socia fundadora de la Cineteca Nacional y de la editorial Siglo XXI. Además, ha estudiado la figura de importantes personalidades de la cultura como la poeta mexicana sor Juana Inés de la Cruz y el muralista mexicano José Clemente Orozco, a través de cortos cinematográficos.
 Ha sido colaboradora de Novedades, El Día, El Financiero, The News, La Jornada o El Nacional. Contribuyó con sus trabajos a la Revista Mexicana de Literatura, Estaciones, Abside, Artes de México, Revista de la Universidad de México, La palabra y el hombre, Punto, Equis, Proceso, a las revistas Fem y Debate feminista.

 

Posee un premio literario que lleva su nombre, instaurado en 2007 por el Gobierno de la Ciudad de México y es honoris causa por universidades de varias partes del mundo. En el año 2013 obtuvo el Premio Cervantes.
El pasado mes de abril, el Senado mexicano le entregó la Medalla Belisario Domínguez, uno de los reconocimientos más importantes que puede ganar un ciudadano mexicano.
La ceremonia de premiación de Poniatowska por el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023 será realizada en noviembre.

“Llega hasta donde puedas o mejor llega hasta donde no puedas”. Entrevista con Mauricio Carrera

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

Un acercamiento a la inspiración de nuestros escritores

  • Zorba el griego de Nikos Kazntzakises un clásico que me sigue acompañando en mi vida. 

  • Diría que Hemingway es un escritor para mi fundamental.

  • Leo mucho en la cama y también escribo mucho acostado

Mauricio Carrera (Ciudad de México, 1959) escritor, periodista cultural, guionista y profesor y locutor, cuenta con una obra vasta obra de cerca de 40 libros en los que abarca los géneros del cuento, el ensayo, la poesía,  la novela y el periodismo. Ha recibido múltiples reconocimientos, entre ellos premios literarios importantes a nivel nacional: el Premio Nacional de Ensayo Literario Malcolm Lowry en 2011, por Un rayo en la oscuridad. Jack London en México; el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero en 2015, por La vida sin más; y el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí en 2016, por Infidelidades. Fue ganador del Premio Nacional de Cuento “Beatriz Espejo” en 2020 por su libro El animal más hermoso del mundo. En 2021 publicó Tolvanera, su cuarto libro de poesía vinculado más con la novela y el cuento. Realizó la licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva en la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM) y la maestría en Literatura Española en la Universidad de Washington, se inició en el periodismo en Radio UNAM, donde condujo los programas «Conversaciones» y «La extensión de la noticia». Por mucho tiempo ha sido locutor en Radio Educación.

Como buen escritor y lector, se encuentra rodeado de libros: su casa parece una biblioteca. La sala principal está repleta de estantes y libreros, incluso las obras sobrepasan la capacidad para ser guardadas y se encuentran apiladas en distintos puntos de la casa. Y así, entre libros, sentado, con las luces apagadas pero iluminado por el sol que penetra desde los tragaluces del techo, Mauricio Carrera habla de sus lecturas, autores y sus inspiraciones en esta entrevista.

-La primera pregunta es sobre su más reciente libro Las horas furtivas ¿cómo nació esa novela cuyo eje central es la infidelidad?

Las horas furtivas surgió de una inquietud genuina en torno al tema de la infidelidad, por supuesto, es un tema que puede verse en dos vertientes de algo bueno o algo malo. Es algo gozoso, doloroso y de alguna manera me interesé mucho y a la hora de estar investigando, aparte de hacer una ficción, quise incluir las grandes infidelidades cometidas por conocidos escritores, y uno se sorprendería de este tema y de esta actividad extramarital de muchos escritores y escritoras, hay que decirlo.

Hay muchos libros también al respecto, por supuesto de investigación o escritos por algunos intelectuales, y me fascinó tanto así, que también tengo una obra de cuentos que se titula Infidelidad y otras historias y el adulterio del cual hablo ahí es uno cometido por Carlos Fuentes, supongo que entre muchas, con Jean Seberg, la actriz de origen norteamericano que luego se hizo famosa en el cine francés. En aquel entonces, el escritor estaba casado con la actriz mexicana Rita Macedo, pero conoció a Jean Seberg y se enamoró perdidamente de ella. Fuentes fue de alguna manera aparte de un gran escritor, un bon vivant, un latin lover latinoamericano, y son conocidos algunos de sus romances,  entre ellos éste.

Me permití hacer una versión cuentística ficcional, pero basada en hechos reales y aparte, no estoy mintiendo en aras de la del cuento sino que parte de la historia se basa en un libro escrito por el propio Carlos Fuentes, que se llama Diana o La cazadora solitaria.

Me parece que la infidelidad es un cuestionamiento a esta sociedad patriarcal, monográfica de matrimonios que duran para siempre y que finalmente nos hacen ver que es una ficción. El ser humano se interesa en términos de sexualidad en otras parejas y el matrimonio, pues en ocasiones no lo permite y de ahí empiezan estos problemas. La infidelidad como pecado,  como algo que no hay que hacer, como algo que hay que criticar duramente, por ahí empezó el el origen de este interés.

– ¿A qué reflexión lo llevó escribir esta obra?

-Lo que me hizo sentir y lo que me puso a repensar es el México actual, el libro Las horas furtivas, está plagada, aparte de la historia misma, de citas de distintos autores y autoras que se van intercalando y que tienen que ver con la trama. En ese sentido hay muchas citas que tienen que ver con la manera como distintos escritores y escritoras extranjeros han visto a nuestro México y lo que tenemos es un país  violento, sangriento, de ejecuciones, donde la vida no vale nada, una nación de tumbas que vivimos en la actualidad y que ellos desde tiempo atrás lo vislumbraron y allí están.

Es necesario abordarlo en términos literarios y no solamente desde el género de lo policiaco, desde la narconovela, sino desde el ámbito cotidiano, en este caso el de una pareja, el de una infidelidad, pero también todo lo que sucede alrededor de una nación  peligrosa. Precisamente ocurre hacia el final de la novela una escena que ahí está presente y que en un momento dado ya que esa violencia también nos pueda ocurrir a nosotros mismos. Siempre he dicho que la literatura no sirve para dar mensajes, pero ahí está como algo que está patente en nuestro país y que se ha convertido por lo pronto en esta novela.

-¿Cuál fue el libro que lo acercó a la lectura?

 Tenía libros en la casa familiar, mi papá y mi mamá se ocuparon de comprarlos, de acumularlos, de leerlos, ir comprando a través del sistema de abonos en algunos casos. Teníamos una colección de esta famosa editorial Aguilar con su papel arroz y cuando tenía 16 años, mi papá me acercó mucho más a la lectura, me dice, “oye, ponte a leer porque quisiera no tener que pagar un psicólogo”, ahora da risa, pero en ese momento lo sentí como una enorme presión tener que leer para quitarme el psicólogo y los primeros que leí fueron Narciso y Goldmundo de Hermann Hess y La confusión de los sentimientos de Stefan Zweig, dos obras que he ido perdiendo a lo largo del tiempo. Fueron los dos primeros que leí y yo creo que Narciso y Goldmundo, me dejó muy pero muy marcado, porque cuando termine de leerlo lloré y lloré por la suerte que corrían los personajes en esta novela, me hizo comprender el poder que tiene la literatura para poder conmover para poder tocar corazones para hacernos sentir que no son personajes ficticios, sino que son personajes entrañables, que nos llegan al alma, que nos llegan al corazón. Entonces yo diría que La confusión de los sentimientos y Narciso y Goldmundo son los que me abren la puerta a la lectura, por supuesto antes yo podría decir que hubo otros que son de la biblioteca familiar, como repito había una gran colección de Emilio Salgari, son autores que marcaron mi vocación literaria si no también de cierta manera mi vocación vital.

-Entre tan bella colección ¿cuál es el libro más antiguo que tiene?

 ¿El libro más viejo que tengo? Que pregunta tan interesante porque puede tener dos variantes, una por su fecha de publicación y otra quizá por el primero que compré. Entonces en primer lugar, los más antiguos que tengo respecto a publicación son del siglo 19, pero que en realidad no significan nada, yo no soy un coleccionista en ese sentido, no me interesa acumular riquezas en términos de tener incunables, por ser primeras ediciones, me interesan para poder usarlos.

Respondiendo ahora en cuanto al primero que compré o que obtuve, porque no recuerdo cuál podría ser el primero que compré, yo creo que serían de la colección del Volador, de Joaquín Moritz, lo que sí recuerdo de forma muy clara es pedirle a mis papás que me compraran esa colección. Una colección que desafortunadamente no pude completar, pero sigo conservando, y créame cuando le digo que sigo valorando.

-Un lector arduo como usted debe leer todas las semanas ¿Cuál es el último libro que ha leído?

-Estoy leyendo En tierras bajas de Herta Müller, Premio Nobel de literatura, de origen Rumano, aunque me está costando un poco de trabajo entender por qué recibió el premio Nobel de literatura, a ratos siento que hay algo que se perdió en la traducción, ve mucha intención, buena redacción y buenos personajes, pero hay algo que no me termina por convencer.

-Casi siempre hay un favorito ¿Cuál es su novela favorita?

 –Yo diría que pudieran ser varios, pero hay uno que siempre me gana, y ese es Zorba el griego de Nikos Kazantzakis, ¿por qué me gusta Zorba el griego?, porque tiene mucho que ver con mi propia filosofía de vida, creo que leer me ha dado muchas formas de mirar, de aprender, de acercarme a lo que es está noción de estar vivo y Nikos Kazantzakis me ha ayudado mucho a ver la vida, por ejemplo leyendo Carta al greco, es uno de sus libros y hay una frase que a mí me sigue pareciendo excepcional, que dice «llega hasta donde puedas o mejor llega hasta donde no puedas», eso me impulsa a seguir escribiendo, a seguir viviendo, a seguir viajando. Zorba el griego es un clásico que me sigue acompañando en mi vida. Nikos Kazntzakis decía «hombres como yo deberíamos de vivir mil años, porque nos gusta tanto la vida, nos gusta tanto hacer el amor, nos gusta tanto beber, nos gusta tanto leer, nos gusta tanto estar al sol, disfrutar de viajar que necesitaríamos muchas vidas para poder satisfacer todos eso», aparte de eso Nikos Kazantzakis es autor de obras con maravillosa prosa que tiene algo de política, que tiene algo de filosofía y me encanta, entonces yo diría que ese es mi favorito.

-Hay cosas personales que a uno le cuesta prestar, ¿Qué libro nunca prestaría?

Un libro que me gusta mucho es Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal, uno de los grandes escritores del cono sur de Argentina. Adán Buenosayres, me representa mucho, porque yo deseaba tenerla y estaba en casa de un amigo, siempre le externé el deseo de que me encantaría tenerlo, por distintos motivos no lo pude conseguir y un día, en mi cumpleaños este amigo me sorprendió 20 o 30 años después de mi primera petición de tenerlo y me lo regaló.  Me encanta y es un regalo que aprecio mucho, es un libro que creo que jamás prestaría porque uno sabe que cuando uno presta lo más seguro es que no lo regresen.

-Como lectores llegamos a sentirnos conectados con algunas lecturas o incluso con autores que ya sea por los temas de los que escriben o la forma de redactar nos tienen siempre pendientes a sus próximas novelas ¿Cuáles son sus tres autores imprescindibles?

 –Yo diría que Hemingway, es un escritor, para mi fundamental me gusta. Puedes aprender mucho como escritor, como periodista, de sus nociones literarias y periodísticas, no solamente me gusta su estilo quizá más que a ratos sus historias me gustan, pero algo que me gusta mucho es su fuerza vital, también para mí la literatura ha sido siempre un asidero para la vida y cuando uno lee escritores aventureros como es el caso de Hemingway, no solo te enseñan de literatura, sino que te enseñan a vivir, Hemingway y otros escritores que voy a mencionar a continuación han hecho que yo también me aboqué a una vida aventurera en la cual he  sido marinero, me he aventado de paracaídas, he buceado, en fin.

Otro autor que me gusta mucho es Jack London, lo he leído mucho, lo he estudiado y es un estupendo escritor que tal vez no es muy reconocido, pero es un estupendo escritor que vivió su vida muy rápido, y eso lo hizo tener altibajos, pero es otro autor que tiene aventuras, se lanza a vivir en el ártico, se lanza a cazar focas, se lanza a construir su propio barco y navegar su propio barco, ser corresponsal de guerra, es un autor que me gusta mucho por querer tener aventura en su vida y que la fusiona con la literatura.

Por último pienso en Joseph Conrad, un autor con características similares, escritor de origen polaco, que hablaba francés y se volvió un gran representante en la literatura inglesa, fue capitán de barco y la mayoría de lo que escribió tiene que ver con este mundo marinero.

Entonces serían estos 3 mis autores porque son autores que se unen en la acción, en la aventura y en la gran calidad narrativa de su literatura.

-Cambiando un poco el eje, pero manteniéndonos en dentro de sus libros ¿Cómo tiene organizada su biblioteca?

 -Principalmente por editoriales, también por lugares, yo tengo muchos amigos del norte del país, la mayoría de Tijuana, estos amigos son escritores y a lo largo del tiempo me han ido regalando o he ido comprando sus obras así que tengo un espacio establecido para ellos, de igual manera un lugar que caracteriza mis libros es donde caigan que son aquellos que uno dice los voy a poner aquí para después acomodar pero que con el paso del tiempo la pila se hace más grande y ya no acomodaste.

-Si me lo permite, fuera de las lectura e incluso metiéndonos en un aspecto más personal ¿Qué lo llevó a escribir?

 –Escribir… El descubrimiento de la muerte, de mi propia mortalidad, que sucedió a los 16 años, lo tengo muy claro el momento, mientras transitaba en un camión de la línea Juárez – Loreto, iba rumbo a la preparatoria número uno, que en ese momento estaba en la calle San Ildefonso. ese edificio rojo, cómo lo llamaban  dónde cruce la preparatoria.

En un momento casi epifánico, una revelación, algo me hizo pensar que yo iba a morir, me di cuenta de mi propia mortalidad, esa mortalidad me hizo también tener la noción de dejar huella, de buscar una forma de expresarme, para dejar huella de mí pasó por el mundo es decir si todos somos mortales, si un día no estaré acá porque no dejar esa huella atrás. Para algunos es música, la pintura, la arquitectura, en mi caso fue la escritura. Por un motivo se fue dando todo para que empezara a escribir y desde entonces ha sido ese día el movimiento de mi pasión, el dejar huella, escribo para que alguien en algún momento dado, cuando yo ya no esté aquí, pueda decir, él vivió, amó, viajó, hizo esto y escribió, entre otras cosas.

-¿Qué lo inspira a seguir escribiendo hoy en día?

Hoy en día mi inspiración tiene que ver con lo que observó del mundo, mi cosmovisión, lo que soy yo expresado a través de una historia, de palabras, hay gente que dice que mis obras son autobiográficos, yo diría que no, pero por supuesto hay algo de mí en todos los libros. No son autobiográficos porque sería muy aburrido, si hay cosas que me han ocurrido, entonces podría decir que soy yo pero transformado a través de la literatura, con personajes que no son yo, con historias que no me han ocurrido a mí. En ese sentido es mi cuerpo, mi visión, lo que yo pienso, es lo que yo opino, es lo que creó del mundo, lo que he llegado a conocer, a saber a lo largo de 63 años de existencia, pero expresados a través de la historia, con personajes inventados, con historias ficticias.

-Todo escritor tiene un lugar en el que se siente cómodo ¿Cuál es el suyo? ¿Dónde escribe?

-Básicamente en la cama, es lugar curioso para escribir, pero me gusta, me gusta ponerme en la computadora en el pecho y con la mano izquierda y la mano derecha escribir con un solo dedo de cada mano,  el índice izquierdo va a las mayúsculas, pero siempre escribo con el índice derecho, -soy el dedo más rápido del oeste escribiendo- dice entre risa -y me resulta muy cómodo escribir en la cama, pero cuando me pongo serio- hace una pausa y pega levemente la mesa- escribo aquí donde estamos, esta es mi compañera.

Yo leo mucho en la cama y también escribo mucho acostado, escribir acostado es dejar que mi forma más pura de creatividad surja.