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Pilar Jiménez Trejo

Conmemorarán los 100 años del nacimiento de Dolores Castro con su Voz Viva, con programas en el Canal 22 y con niños que leerán los versos de la poeta.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments
[Sequía]
Quiero decir ahora
que yo amo la vida,
que si me voy sin flor,
que si no he dado fruto en la sequía,
no es por falta de amor.

 

Quiero decir que he amado
los días de sol, las noches,
los árboles, el viento, la llovizna….
Dolores Castro de Cantares de Vela 1960

Foto-de-®Borzelli

Este 12 de abril la poeta Dolores Castro habría cumplido 100 años, le faltaron dos años más de alegría e inspiración por enseñar y aprender para llegar al 2023, pero su sonrisa y sorpresa de niña se mantuvo hasta el último momento de su vida. Una semana antes de morir, ese 30 de marzo de 2022, como cada sábado desde hacia varios años, dio su taller literario que ofrecía en la Carlos Septién, un taller que por la pandemia había sido trasladado a la tecnología del zoom, que la maestra manejaba muy bien, con la ayuda de hija Lolita, y en el que ya leídos los textos de sus alumnos que los mandaban unos días antes, los iba comentando para adentrarlos en el mundo de la metáfora y la escritura poética.

 

Ahora la UNAM tiene también su voz en la colección Voz Viva, pues con esa energía que la caracterizaba, llegó pocos días antes de cumplir 89 años, por sus propios medios a Universum, Museo de las Ciencias, para grabar en el estudio del recinto algunos de sus poemas y formar parte de la legendaria serie que nos ha permitido escuchar, de viva voz, a los grandes escritores de México e Iberoamérica. Ella eligió los poemas que leería, y también el título que tendría su grabación que era el mismo de uno de sus poemarios: Qué es lo vivido

Qué es lo vivido.

¿Qué es lo vivido,
en qué poro ha quedado
o en qué ráfaga?

Puente a la oscuridad
o la pendiente veloz
de una sonrisa
que se apaga,
pero también calor
en medio de la sombra,
acomodo
de criaturas que buscan suavemente
su modo de dormir
mientras una ventana
se va cerrando hacia el oriente
y la luz de la tarde
se unta silenciosa.

El Canal 22 también se suma a las celebraciones para esta gran poeta que hoy cumpliría 100 años. Programas documentales y de entrevista que exploran la vida y obra de la también ensayista y catedrática, conforman la programación especial en honor de la autora de Algo le duele al aire. Programas especiales en los que la ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014 habla en primera persona de su vida y obra. Así Dolores Castro. Palabras y tiempo se transmitirá este Miércoles 12 a 17:30 horas, un programa especial que presenta la entrevista realizada por el investigador Andrés Reyes a la poeta mexicana, quien conversa sobre diversos aspectos de su vida y obra, como su infancia en Zacatecas, la conformación del grupo de los Ocho Poetas Mexicanos al que ella perteneció, la figura del periodista Javier Peñalosa con quien compartió vida, así como las concepciones de la creadora en torno al quehacer poético, la denuncia social que se encuentra en sus obras y los temas pendientes de su poesía. El Promocional Dolores Castro. Palabras y tiempo, La tierra está sonando. Conversaciones con Dolores Castro se transmitirá el jueves 13 de abril, 18 horas, se trata de un largometraje realizado por estudiantes de la Universidad del Valle de México (UVM), que honra la carrera de la escritora y hace un acercamiento a su trascendencia en las letras mexicanas a través de una amena charla con la escritora, además de entrevistas con familiares, amigos y estudiosos de su obra, entre ellos su nieto Javier Peñaloza, el escritor Alejandro Toledo y el maestro Benjamín Barajas Sánchez. A lo largo del programa se hace hincapié en la importancia que representa Dolores Castro para los poetas jóvenes, su postura ante la poesía nueva y el proceso de creación literaria. Asimismo, se mencionan las claves para entender su obra, la cual se considera dotada de intuición, sensibilidad, inteligencia y honestidad. El sábado 15 de abril a las 14:45 horas, se transmitirá Dolores Castro Varela. En el aire un perfume cápsula realizada por la Universidad Autónoma de Aguascalientes que destaca la importancia de la imagen de Dolores Castro dentro de la vida cultural nacional y su difusión, y como promotora de las nuevas generaciones de poetas mexicanos. Asimismo, se da cuenta de la Cátedra Dolores Castro creada por esta institución en honor de la poeta.

Y el viernes 14 de abril, a las 18:00 horas podremos ver de manera virtual a niñas y niños que leerán sus versos con de manera virtual, a través de las cuentas de facebook de la Coordinación Nacional de Literatura y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Así Nina Beck de 11 años leerá el poema Fluir escrito por Dolores Castro en 1997; Alexa Beck  de 7 años qué nos dirá los versos de El huitzi escrito en 2010; Rodrigo Nieto Cruz  de 8 años dirá el poema Fugas escrito en 2003; Hugo Adrián Nieto Cruz  de 7 años participará con Luz compuesto por la poeta en 1960 y Fernanda Martínez Nava de 14 años dedicará su lectura a Recóndita de 2004. Con un homenaje simbólico el INBAL, en tiempos de poco presupuesto para la cultura, recordará a una de las poetas más entrañables de México, maestra y formadora de varias generaciones de escritores, que siempre mantuvo palpitante su capacidad de asombro de una niña que supo contemplar el mundo, y en su vida adulta  combinar su gentileza y su maestría de encantar, para acércanos al milagro y la belleza que es la poesía.

Dolores Castro nació en Aguascalientes el 12 de abril de 1923, a los 40 días viajó con sus padres a Zacatecas donde creció escuchando los relatos de la Revolución, luego entró en contacto con la literatura a través de los cuentos de Hans Cristian Andersen que su padre le leía en voz alta. Fue través de la contemplación que adquirió el conocimiento.

Llegó a la ciudad de México a los 9 años, y empezó a escribir. En tercero de secundaria conoció a Rosario Castellanos y ahí nació una gran amistad. Ambas ingresaron a la UNAM, en un tiempo donde no era común ver a las mujeres en las Universidades. Primero estudiaron leyes, y marcadas por la pasión por la literatura ingresaron a la Facultad de Filosofía y Letras en Mascarones para formarse en literatura española. Allí estaban Augusto Monterroso, Ernesto Cardenal, Ramón Xirau, Jaime Sabines, Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández, Luis Rius, Margarita Michelena y Juan Rulfo entre otros escritores.

Publicó sus primeros poemas en la revista América dirigida por Efrén Hernández y Marco Antonio Millán. Formó parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos, reunidos en una antología publicada por Alfonso Méndez Plancarte en la que también estaban Alejandro Avilés, Rosario Castellanos y Javier Peñalosa Calderón, con quien se casó y desde ese momento fue además esposa, madre, ama de casa, e incansablemente trabajadora.

La sangre derramada.

Al borde del camino
lo encontramos
el mismo pantalón, la blusa blanca:
sobre su espalda

amapola de sangre.
Llaman de gracia al tiro
que enmudeció su boca,
ahogó su amor

y me dejó baldada.
El estallido
de aquel tiro de gracia
aún retumba
y aúlla en el aire, aúlla.

Su primer libro El corazón transfigurado, apareció en 1949. En 1951 viajó a España con Rosario Castellanos y cuando regresó a México se dedicó a trabajar en temas relacionados con las letras, en la radio, en revistas y en la impartición de talleres literarios.

A su obra le siguieron una veintena de libros de poesía como Cantares de vela, Soles o Qué es lo vivido; ensayos como Dimensión de la lengua y su función creativa, emotiva y esencial; y la novela La ciudad y el viento (publicada en 1962) una obra en la que está los recuerdos de su infancia en Zacatecas, que empezó a escribir en 1954, tras su matrimonio con Peñalosa con quien procreó, siete hijos, que le han dado 13 nietos y varios algunos bisnietos. Contaba que ella y su marido jugaba carreras a ver quién nacía primero: un hijo o un libro.

Tras la muerte de su marido, Dolores Castro, tuvo que trabajar para sacar adelante a su familia. Fue fundadora de Radio UNAM y colaboró en Difusión Cultural de la Universidad. Fue jefa de redacción en la revista Poesía de América. Condujo el programa Poetas de México en el Canal 11. Y fue maestra fundadora de la ENEP Acatlán, recuerda que desde niña jugaba a la escuelita, y seguramente por eso su vocación por compartir con otros la literatura a través del magisterio no ha menguado. Ha dado clases en la Escuela de Escritores de la SOGEM, el INBA, la Universidad Iberoamericana y en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en dónde cada sábado continua dando un taller de poesía, ahora a través de zoom sigue generando universos literarios. En 2010 el FCE editó su obra hasta entonces publicada en la antología: Viento quebrado. En 2014, cumplidos los 91 años recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de literatura; ya antes había recibido otros Premios. Su nombre da título a dos premios de poesía, uno que otorga el estado de Tlaxcala con la Secretaria de Cultura, y otro, el Premio Dolores Castro de Narrativa y Poesía Escrita por Mujeres que otorga Aguascalientes.

En 2015 publicó: Algo le duele al aire, un retrato poético del México de la inseguridad, la violencia y el narcotráfico, donde día a día, cada que respiramos, algo le duele al aire: algo que va más allá del reclamo, algo que es más bien la interioridad del hombre.

Algo le duele al aire.

Algo le duele al aire,
del aroma al hedor.

Algo le duele
cuando arrastra, alborota
del herido la carne,
la sangre derramada,
el polvo vuelto al polvo
de los huesos.

Cómo sopla y aúlla,
como que canta
pero algo le duele.

Algo le duele al aire
entre las altas frondas
de los árboles altos.

Cuando doliente aún
entra por las rendijas
de mi ventana,
de cuanto él se duele
algo me duele a mí,
algo me duele.

Dolores Castro fue una de las poetas más importantes de este país, su aporte a la poesía fue y es enorme; sin usar la agresión o la violencia fue una de las primeras feminista de México hace más de 70 años, su obra nunca quiso ser de «genero», pero sí con el sello de la vida de una mujer, que nos obliga a sentir la realidad.

Su poesía es inteligencia, palabra y canto. Sus lectores fueron y son fieles ante una mujer que decía: “Dios me dio una gran capacidad para querer a los demás”.

Dolores Castro nunca fue una mujer triste a pesar de las adversidades que le presentó la vida… cuándo se le pregunta si era una mujer feliz, ella respondía con una sonrisa iluminada—Mira me da vergüenza decirlo, pero si, soy una persona feliz. Y La mayor parte de mi felicidad, se la debo a la literatura.”

Reflejos.

Bullir, palabra antigua como mi recuerdo.
Búllete, decía la madre de mi madre, mujer traslúcida
y bullente como el hervor del agua.

Esa palabra del español antiguo
parecía elevarse, fluir en el espacio
de la niña
que observa como vuelan las moscas
en vez de acomedirse
a servir.

El vuelo de las moscas,
el vuelo de las niñas, con espacio más amplio pero sin alas, huye por los aromas,
intenta no caerse del nido
y elevarse
mientras escucha,

o se contempla
en el charquito que dejó la lluvia
en el patio.

¡Búllete, niña, acomídete, búllete.
No te quedes allí!.

¿Bullirse, o reflejar el torrente del mundo?

Con la maestra Dolores Castro a finales de 2021 en su casa.

 

Jardín Interior de Leticia Vieyra: La naturaleza intervenida amorosamente por la artista.

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La artista visual Leticia Vieyra presenta su exposición Jardín Interior, una muestra compuesta por 14 piezas y una instalación de gran dimensión, algunas trabajadas o intervenidas por casi dos décadas en las que prevalece su relación amorosa con materiales de la naturaleza que estaban en vías de degradación por el tiempo: la hoja que ha perdido su verdor, la raíz que ya se salió de la tierra, el tronco de árbol sumergido en un lago; piezas en las que trabaja con semillas; chile; chocolate; texturas de papel amate, de tule; cortezas; fibras; madera; cenizas; esqueletos de nopal, de magnolias, de elote; aire, fuego, carbón y cenizas colocadas en cajas iluminadas, bajorrelieves, semiglass e instalaciones con troncos de bambú, en las que logra en una reconciliación con el medio ambiente que rescata de la depredación y concreta en bellísimas piezas.

Jardín Interior, en el que Leticia Vieyra documenta y resignificar los procesos de degradación que sufre la materia viva, mediante esculturas, pinturas, arte objeto e instalaciones, se inaugura el próximo miércoles 29 de marzo a las 19:00 horas en el Museo de la Ciudad de México – José María Pino Suárez 30, Centro Histórico, CDMX- coincidiendo con la Noche de Museos, y estará abierta al público hasta el 28 de mayo de 2023.

El interés de Vieyra por la naturaleza, no está en el estereotipo del preciosismo, ella busca abordar el tema de la naturaleza y el medio ambiente con un enfoque distinto: un arte matérico, un arte neoexpresionista –que no busca lo bello, ni la reproducción fotográfica, de forma académica sino con un lenguaje contemporáneo–. El concepto que trabaja reúne la vida y la muerte al mismo tiempo, como una pieza de la naturaleza en la que se mezclan sentimientos de belleza y perfección, pero en este Jardín la contemplación se magnifica ante la intervención de la artista.

Médico pediatra de primera profesión, fue hace ya varios años que Leticia Vieyra decidió su camino por el arte. “Fue en un viaje que hice a Europa en donde vi al artista Andy Goldsworthy (escultor, fotógrafo y ecologista británico) trabajar con cortezas desprendidas de los árboles; en ese momento decidí dedicarme al arte”, entonces comenzó sus estudios en la artes visuales de la UNAM donde cursó la licenciatura y la maestría.

Para esta artista: “retomar la naturaleza y hablar de ella a través de la sensibilidad y la belleza, es distinto al mundo de la ciencia, desde luego hay cruces entre la apreciación estética y la botánica, pero lo mío tiene que ver con la materia de la naturaleza y mi preocupación la depredación del medio ambiente en aras de la modernidad.  Mi obra pretende retomar esa relación amorosa con lo natural, específicamente con materiales que ya están en vías de degradación o han sido impactados por el polvo, un gusano, lo más humilde la naturaleza como el filamento”, dice en entrevista.

En esta muestra hay minuciosas piezas realizadas con en procesos diversos, algunas que la artista guardó seis o siete años y que ahora serán expuestas con nuevas propuestas, frente a otras que fueron concebidas en cinco meses.

Jardín Interior está compuesta como una reflexión de su trabajo creativo desde sus inicios, una recolección varios años y exposiciones, “como un jardín que se va formando y con el tiempo está más maduro con lo sembrado, de una forma metafórica es mi cosecha, a la que se refiere este jardín” afirma.

Originaria de Ensenada, Baja California, cuando llegó a la Ciudad de México una de las primeras cosas que conoció fueron los meteoritos del Museo de Minería; tras cursar los estudios en arte, visitó la sierra de Oaxaca y en el cauce de un río encontró una pieza de madera con aspecto de roca vegetal que le hizo recordar un meteorito. Decidió rescatar ese tronco e iniciar el proceso desinfectarlo de bacterias y hongos, realizar una intervención con papel amate quemado con fuego, cenizas y viento para ir moldeando la pieza que se exhibe en Jardín Interior. Otra de la obras es la que simula un pendón funerario, como los rescatados por los arqueólogos en el centro de la Ciudad de México, al igual que los mesoamericanos Vieyra utilizó papel amate en 200 fragmentos manipuló lápiz de grafito y carbón para simular las texturas de suaves a fuertes y añadió esqueletos de hojas magnolias siguiendo las nervaduras y los cruces que hay un xolicalli, una pieza que puede observarse por ambos lados.

En el texto de sala Luis Rius Caso escribe: “El bosque interior de Leticia Vieyra crece al interior de nuestra visualidad y de nuestra emoción, pero también lo hace al interior de su propuesta conceptual. Su obra parece una restitución, no sólo de la naturaleza desechada; más bien, del arte que ha sido indiferente a lo minúsculo y humilde. (…) Asombrarse con esta obra es ya un primer paso hacia el arraigo, a re aprender a estar en un mundo que fluye cotidianamente con inusitada belleza. Dios está en los detalles, desde luego, por mínimos, por humildes que sean. Ver con la mirada de Leticia Vieyra es cumplir ese arraigo y es entender el poder redentor del arte”.

La obra de esta artista forma parte de colecciones permanentes, privadas, públicas y de museos, entre los que destacan; la Universidad Nacional Autónoma de México, El Memorial Museum de Aishi Japón, el museo Van Wouw de la Universidad de Pretoria y la colección Bercolade de Bélgica, Secretaria HCP.

La inauguración de Jardín Interior será el 29 de marzo, a las 19:00 horas y estará́ abierta al público hasta el 28 de mayo del 2023 en el Museo de la Ciudad de México.

Un día como hoy, hace 50 años murió el poeta y diplomático José Gorostiza

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¿Quién me compra una naranja?

¿Quién me compra una naranja
para mi consolación?
Una naranja madura
en forma de corazón.

La sal del mar en los labios
¡ay de mí!
La sal del mar en las venas
y en los labios recogí.

Nadie me diera los suyos
para besar.
La blanda espiga de un beso
yo no la puedo segar.

Nadie pidiera mi sangre
para beber.
Yo mismo no sé si corre
o si deja de correr.

Como se pierden las barcas
¡ay de mí!
como se pierden las nubes
y las barcas, me perdí.

Y pues nadie me lo pide,
ya no tengo corazón.
¿Quién me compra una naranja
para mi consolación?

Pausas (1)

¡El mar, el mar!

Dentro de mí lo siento.

Ya sólo de pensar

en él, tan mío,

tiene un sabor de sal mi pensamiento.

 

Elegía

A veces me dan ganas de llorar,
pero las suple el mar.

 

Se alegra el mar

(A Carlos Pellicer)

Iremos a buscar
hojas de plátano al platanar.

Se alegra el mar.

Iremos a buscarlas en el camino,
padre de las madejas de lino.

Se alegra el mar.

Porque la luna (cumple quince años a pena)
se pone blanca, azul, roja, morena.

Se alegra el mar.

Porque la luna aprende consejo del mar,
en perfume de nardo se quiere mudar.

Se alegra el mar.

Siete varas de nardo desprenderé
para mi novia de lindo pie.
Se alegra el mar.
Siete varas de nardo; sólo un aroma,
una sola blancura de pluma de paloma.

Se alegra el mar.

Vida —le digo— blancas las desprendí, yo bien lo sé,
para mi novia de lindo pie.

Se alegra el mar.

Vida —le digo— blancas las desprendí.
¡No se vuelvan oscuras por ser de mí!

Se alegra el mar.

 

Preludio

Esa palabra que jamás asoma
a tu idioma cantado de preguntas,
esa, desfalleciente,
que se hiela en el aire de tu voz,
sí, como una respiración de flautas
contra un aire de vidrio evaporada,
¡mírala, ay, tócala!
¡mírala ahora!
en esta exangüe bruma de magnolias,
en esta nimia floración de vaho
que —ensombrecido en luz el ojo agónico
y a funestos pestillos
anclado el tenue ruido de las alas—
guarda un ángel de sueño en la ventana.
¡Qué muros de cristal, amor, qué muros!
Ay ¿para qué silencios de agua?
Esa palabra, sí, esa palabra
que se coagula en la garganta
como un grito de ámbar
¡Mírala, ay, tócala!
¡mírala ahora!
Mira que, noche a noche, decantada
en el filtro de un áspero silencio,
quedóse a tanto enmudecer desnuda,
hiriente e inequívoca
—así en la entraña de un reloj la muerte,
así la claridad en una cifra—
para gestar este lenguaje nuestro,
inaudible,
que se abre al tacto insomne
en la arena, en el pájaro, en la nube,
cuando negro de oráculos retruena
el panorama de la profecía.
¿Quién, si ella no,
pudo fraguar este universo insigne
que nace como un héroe en tu boca?
¡Mírala, ay, tócala,
mírala ahora,
incendiada en un eco de nenúfares!
¿No aquí su angustia asume la inocencia
de una hueca retórica de lianas?
Aquí, entre líquenes de orfebrería
que arrancan de minúsculos canales
¿no echó a tañer al aire
sus cándidas mariposas de escarcha?
Qué, en lugar de esa fe que la consume
hasta la transparencia del destino
¿no aquí —escapada al dardo
tenaz de la estatura—
se remonta insensata una palmera
para estallar en su ficción de cielo,
maestra en fuegos no,
mas en puros deleites de artificio?
Esa palabra, sí, esa palabra,
esa, desfalleciente,
que se ahoga en el humo de una sombra,
esa que gira —como un soplo— cauta
sobre bisagras de secreta lama,
esa en que el aura de la voz se astilla,
desalentada,
como si rebotara
en una bella úlcera de plata,
esa que baña sus vocales ácidas
en la espuma de las palomas sacrificadas,
esa que se congela hasta la fiebre
cuando no, ensimismada, se calcina
en la brusca intemperie de una lágrima,
¡mírala, ay, tócala!
¡mírala ahora!
¡mírala, ausente toda de palabra,
sin voz, sin eco, sin idioma, exacta,
mírala cómo traza
en muros de cristal amores de agua!

Fragmentos de Muerte sin fin.

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis
por un dios inasible que me ahoga,
mentido acaso
por su radiante atmósfera de luces
que oculta mi conciencia derramada,
mis alas rotas en esquirlas de aire,
mi torpe andar a tientas por el lodo;

lleno de mí —ahíto— me descubro
en la imagen atónita del agua,
que tan sólo es un tumbo inmarcesible,
un desplome de ángeles caídos
a la delicia intacta de su peso,
que nada tiene
sino la cara en blanco
hundida a medias, ya, como una risa agónica,
en las tenues holandas de la nube
y en los funestos cánticos del mar
—más resabio de sal o albor de cúmulo
que sola prisa de acosada espuma.
No obstante —oh paradoja— constreñida
por el rigor del vaso que la aclara,
el agua toma forma.
En él se asienta, ahonda y edifica,
cumple una edad amarga de silencios
y un reposo gentil de muerte niña,
sonriente, que desflora
un más allá de pájaros
en desbandada.
En la red de cristal que la estrangula,
allí, como en el agua de un espejo,
se reconoce;
atada allí, gota con gota,
marchito el tropo de espuma en la garganta
¡qué desnudez de agua tan intensa,
qué agua tan agua,
está en su orbe tornasol soñando,
cantando ya una sed de hielo justo!
¡Mas qué vaso —también— más providente
éste que así se hinche
como una estrella en grano,
que así, en heroica promisión, se enciende
como un seno habitado por la dicha,
y rinde así, puntual,
una rotunda flor
de transparencia al agua,
un ojo proyectil que cobra alturas
y una ventana a gritos luminosos
sobre esa libertad enardecida
que se agobia de cándidas prisiones!

(…)

El mismo Dios,
en sus presencias tímidas,
ha de gastar la tez azul
y una clara inocencia imponderable,
oculta al ojo, pero fresca al tacto,
como este mar fantasma en que respiran
—peces del aire altísimo—
los hombres.
¡Sí, es azul! ¡Tiene que ser azul!
Un coagulado azul de lontananza,
un circundante amor de la criatura,
en donde el ojo de agua de su cuerpo
que mana en lentas ondas de estatura
entre fiebres y llagas;
en donde el río hostil de su conciencia
¡agua fofa, mordiente, que se tira,
ay, incapaz de cohesión al suelo!
en donde el brusco andar de la criatura
amortigua su enojo,
se redondea
como una cifra generosa,
se pone en pie, veraz, como una estatua.
¿Qué puede ser —si no— si un vaso no?
Un minuto quizá que se enardece
hasta la incandescencia,
que alarga el arrebato de su brasa,
ay, tanto más hacia lo eterno mínimo
cuanto es más hondo el tiempo que lo colma.
Un cóncavo minuto del espíritu
que una noche impensada,
al azar
y en cualquier escenario irrelevante
con el vuelo del pájaro,
estalla en él como un cohete herido
y en sonoras estrellas precipita
su desbandada pólvora de plumas.
Mas en la médula de esta alegría,
no ocurre nada, no;
sólo un cándido sueño que recorre
las estaciones todas de su ruta
tan amorosamente
que no elude seguirla a sus infiernos,
ay, y con qué miradas de atropina,
tumefactas e inmóviles, escruta
el curso de la luz, su instante fúlgido,
en la piel de una gota de rocío;
concibe el ojo
y el intangible aceite
que nutre de esbeltez a la mirada;
gobierna el crecimiento de las uñas
y en la raíz de la palabra esconde
el frondoso discurso de ancha copa
y el poema de diáfanas espigas.
Pero aún más —porque en su cielo impío
nada es tan cruel como este puro goce—

(…)

¡Oh inteligencia, soledad en llamas
que todo lo concibe sin crearlo!
Finge el calor del lodo,
su emoción de substancia adolorida,
el iracundo amor que lo embellece
y lo encumbra más allá de las alas
a donde sólo el ritmo
de los luceros llora,
mas no le infunde el soplo que lo pone en pie
y permanece recreándose a sí misma,
única en Él, inmaculada, sola en Él,
reticencia indecible,
amoroso temor de la materia,
angélico egoísmo que se escapa
como un grito de júbilo sobre la muerte
—oh inteligencia, páramo de espejos!
helada emanación de rosas pétreas
en la cumbre de un tiempo paralítico;
pulso sellado

(…)

Ay, pero el agua,
ay, si no luce a nada.

Pobrecilla del agua,
ay, que no tiene nada,
ay, amor, que se ahoga,
ay, en un vaso de agua.

(…)

El sueño es cruel,
ay, punza, roe, quema, sangra, duele.
Tanto ignora infusiones como ungüentos.
En los sordos martillos que la afligen
la forma da en el gozo de la llaga
y el oscuro deleite del colapso.
Temprana madre de esa muerte niña

 

(…)

Desde mis ojos insomnes
mi muerte me está acechando,
me acecha, sí, me enamora
con su ojo lánguido.
¡Anda putilla del rubor helado,
anda, vámonos al diablo!

José Gorostiza, autor de los poemarios Canciones para cantar en las barcas y la monumental Muerte sin fin

Gorostiza fue un diplomático, autor en buena medida de la política exterior mexicana, por ejemplo cuándo la organización de Estados Americanos decide expulsar a Cuba, México, bajo el impulso de Gorostiza es el único país que se opone. Como funcionario sirvió durante 47 años al pais, lo que d lo obligo a relegar su tarea como poeta.

Formó parte del grupo de la revistaría literaria Contemporáneos, en donde estaban Carlos Pellicer; Xavier Vllaurutia, Girbelto Owen, Jaime Torres Boded, Savador Novo, Bernardo Ortíz de Montellano, poetas y críticos que siguen siendo esenciales para la literatura mexicana.

José Gorostiza nació el 10 de noviembre 1901, en San Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco, fue el segundo de cinco hijos de Celestino y Elvira Alcalá. Celestino Gorostiza, el dramaturgo, fue su hermano. Nació en el seno de una familia pobre. Estuvo en un internado a los 12 años, y luego toda la familia se trasladó a Aguascalientes, el suyo era un hogar muy unido y cálido, pero tuvo la desgracia de perder a su padre muy joven y se convirtió en el hijo mayor.

Ya en la ciudad de México, en 1925 publicó su primer libro Canciones para cantar en las barcas, con poemas de un lirismo fino, de gran sensibilidad y una gran preocupación por la forma del verso, para él, el paisaje se puede cantar porque la poesía nace de la voz, la sonoridad y los ritmos que van guiando al lenguaje.

Trabajó como profesor de Literatura Mexicana en la UNAM. A los 26 años ingresó en el servicio exterior de México. Fue canciller de primera en el servicio exterior residiendo en Londres en 1927. Desde1937 hasta 1939, ejerció como segundo secretario de la Legación en Copenhague y como Primer secretario en Roma de 1939 a 1940. Ministro plenipotenciario y director general de Asuntos Políticos y del Servicio Diplomático en 1944, fue asesor del representante de México ante el Consejo de Seguridad de la ONU en 1946. Embajador de México en Grecia en 1950 y 1951, fungió como  delegado en muchas conferencias internacionales entre 1953 y 1964. Subsecretario de la Secretaría de Relaciones entre 1958 y 1963 y secretario en el año 1964. Presidente de la Comisión Nacional de Energía Nuclear de 1965 a 1970.Su deseo fue también viajar conocer otros países y escritores.

En 1939 pública Muerte sin fin, considerado uno de los poemas largos, escritos en español en el siglo XX, fundamentales de la literatura universal.Un poema filosófico con una visión del universo.

Se trata de una obra en la que el poeta se sitúa en la mente de Dios, en el instante en el que debe decir “hágase al luz, la tiniebla, sepárense las aguas de la tierra”. Ese instante en que Dios está en soledad absoluta, nada más acompañado de una emanación suya que puede ser: la sabiduría y la inteligencia, que le aconsejarán un segundo antes de que empiece a crear el mundo y la vida, que se abstenga de hacerlo. Sin escuchar, Dios lo hace y el poema habla de la  condición humana y la creación …

La segunda parte de este poema, es bellísima y terrible, hace una descripción de todo el universo y regresa al fatal origen. El silencio tenebroso. Gorostiza sabe que el mundo está lleno de dolor, que la muerte es un poder absoluto y por lo tanto no tiene fin.

Gorostiza, dicen los que lo conocieron, era un poeta que hablaba y escribía poco pero cuando lo hacía era agudo y profundo.

Hay una anécdota bellísima que cuenta el también poeta y diplomático Hugo Gutiérrez Vega, dice que cuando José Gorostiza era Secretario de Relaciones Exteriores salía caminando a la Fonda Santa Anita a merendar tres quesadillas, una flor de calabaza, una de huitlacoche y una de papa, con un gran baso de agua de limón con chia.

Este autor que escribió también teatro y ensayo, fue electo miembro de la Academia Mexicana de la Lengua el 14 de mayo de 1954 y de número el 22 de marzo de 1955. Ocupó la silla xxxv. Su discurso de ingreso se llama “Notas sobre poesía” y le dio respuesta Alfonso Reyes. Ambos se publicaron en el tomo xv, de 1956, de las Memorias de la Academia. Además de sus dos libros básicos ya mencionados, José Gorostiza publicó también Poesía, FCE, Letras Mexicanas, 1964; Prosa, recopilación, introducción, bibliografía y notas de Miguel Capistrán, epílogo de Alfonso Reyes, 1969, y Suite en dolor de Luz Velderráin, 1990 (Ernesto de la Peña, Semblanzas de académicos). Falleció el 16 de marzo de 1973 en Ciudad de México, México. 

Murió el legendario Ignacio López Tarso a los 98 años de edad.

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El actor Ignacio López Tarso, uno de los mexicanos más destacados, con gran maestría en el teatro, el cine y la televisión, miembro de la academia de Hollywood y quien en 2015 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes, por su talento, pasión y la disciplina;  murió a los 98 años de edad.

El actor ícono del cine y el teatro mexicano, falleció este sábado 11 de marzo en la Ciudad de México a los 98 años, luego de una semana hospitalizado, confirmaron la Asociación Nacional de Intérpretes de México y la Secretaría de Cultura. El emblemático artista, quien dejó un extenso legado que incluye más de 50 películas, más de un centenar de obras de teatro y numerosas participaciones en televisión.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura  decidieron rendirle un homenaje póstumo este domingo 12 de marzo en una ceremonia que se llevó a cabo al interior del Palacio de Bellas Artes. En el máximo recinto cultural de México el actor Salvador Garcini comentó cómo Ignacio López Tarso interpretó al Rey Lear en diferentes escenarios de la República, en total 93 funciones de gira. “Nos enseñó a hacer teatro y nos enseñó que la cultura se reparte en este país, que la cultura es para todos. A mí me pareció una experiencia extraordinaria.  Tenía 56 años y hacía un hombre de 80, extraordinariamente bien, con una entrega, con una categoría, con un talento, con una lucidez extraordinarias. Siempre estaba inspirado, nunca fallaba ninguno de sus textos, ninguna de sus intenciones… Qué se puede decir de un genio, el mejor actor de México”, agregó el director y productor.

López Tarso (Ciudad de México, 1925) fue el primer actor egresado de la Academia de Arte Dramático del Inbal, como estudiante debutó con la obra Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare. Su paso por el cine fue impresionante, con personajes que permanecen en el imaginario colectivo, como es el caso de Macario.

Alcanzó el pleno reconocimiento profesional encarnando al soberano azteca Moctezuma Xocoyotzin en Moctezuma II, de Sergio Magaña. A partir de ese momento se convirtió en un actor imprescindible en las obras de los dramaturgos Emilio Carballido,  Luisa Josefina Hernández y Sergio Magaña, y en los montajes del director teatral de origen japonés Seki Sano. Discípulo de Stanislavski  Seki Sano introdujo en México el método de formación y dirección de actores de su maestro, lo que propició el desarrollo del realismo. Estos artistas formaron un grupo que lideraría la renovación del teatro mexicano en los años cincuenta.

Bajo la dirección de Seki Sano, Ignacio López Tarso trabajó en Las brujas de Salem (1953), de Arthur Miller,   y en Prueba de fuego. Otras obras en las que demostró su solvencia como actor fueron El precio (también de Arthur Miller), Enrique IV (1922), de Luigi Pirandello  y El rey se muere (1962), de Eugéne Ionesco.

En su carrera cinematográfica, López Tarso desempeñó también una labor importante en el desarrollo del cine de México, participando en títulos memorables como Nazarín (1958), de Luis Buñuel; Juana Gallo (1960), de Miguel Zacarías, o Tarahumara (1964), de Luis Alcoriza; con el Roberto Gavaldón rodó un film del que siempre sería recordado por la maestría con la que se desempeño  Macario (1960), hizo también El gallo de oro (1964) y La vida inútil de Pito Pérez (1970) y Los albañiles (1976).

En 1966 debutó en la versión mexicana de Hello Dolly, al lado de Silvia Pinal. Ganó en dos ocasiones el Premio Golden Gate al mejor actor, la primera por su trabajo en El hombre de papel (1963), de Ismael Rodríguez, y la segunda por la ya citada Macario (1960), de Roberto Gavaldón. En los años 70 y 80 participó en varias series históricas de televisión, como El derecho de nacer (1981) o Senda de Gloria (1987), ambientadas en la Revolución Mexicana.

Dio vida, además, a Cri Cri El grillito cantor, así como a El hombre de papel. Grabó ocho discos de versos y corridos y también incursionó en el doblaje. A nivel profesional, su amplia trayectoria inició en 1951 con la obra Nacida ayer, de Garson Kanin. A partir de entonces participó en innumerables obras de teatro, como La CelestinaDon Juan Tenorio Cyrano de Bergerac. Obtuvo premios y reconocimientos, tanto en México como a nivel internacional, entre otros, en 2006 recibió la Medalla de Oro Conmemorativa Bellas Artes que le otorgó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

Con una voz grave y potente, además de sus dotes histriónicos, fue un comprometido lector y en 2015 se integró al ciclo ¡Leo…luego existo!, del Inbal, realizando más de 20 lecturas en Ciudad de México, Hidalgo, Morelos y Tamaulipas. Resalta su participación en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes leyendo, con la actriz Edith González y su hijo Juan Ignacio Aranda, textos de René Avilés Fabila en 2015. El 27 de marzo de 2017 dio lectura fragmentos de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; en 2019 con Melville en Mazatlán, de Vicente Quirarte; además de leer fragmentos en el Complejo Cultural Los Pinos en 2019. Su última participación en este ciclo fue en octubre de 2022 en el Teatro la Danza Guillermina Bravo con una lectura dramatizada en formato de teatro en atril con Macario el ahijado de la muerte, de B. Traven, junto a Juan Ignacio Aranda. 

En múltiples ocasiones refirió que su pasión por la actuación comenzó a los ocho años, cuando vio una función de teatro en una carpa en el barrio de Analco, en Guadalajara, Jalisco. La falta de recursos económicos para continuar sus estudios después de la secundaria lo llevaron a ingresar en el Seminario Menor de Temascalcingo, Estado de México. Allí se inició en el teatro, en el grupo que organizó un sacerdote para realizar representaciones a beneficio del seminario y donde empezó a leer a los clásicos: Lope de Vega y Calderón de la Barca, entre otros.

Además, se convirtió en el lector oficial, por lo que aprendió a recitar poesía con dicción y métrica correctas. A los 20 años abandonó el seminario por falta de vocación y realizó el Servicio Militar durante un año en diferentes regimientos, aunque le auguraban una exitosa carrera militar, también la dejó por no ser de su agrado. Al sufrir una caída, quedó incapacitado por un año, tiempo que aprovechó para leer y descubrir la poesía de Xavier Villaurrutia. Al mismo tiempo se enteró del inicio de cursos de actuación en el Palacio de Bellas Artes, donde uno de los maestros iba a ser Villaurrutia. El poeta y dramaturgo reconoció el interés del aspirante a actor y lo aceptó como oyente y poco tiempo después se integró al grupo.

Es con el grupo de Teatro Estudiantil Autónomo, fundado por Xavier Rojas, como participó en presentaciones al aire libre, en calles, plazas, mercados y tiene contacto con el público. Además de Xavier Villaurrutia, Roberto Rojas, Xavier Rojas y Salvador Novo, Ignacio López Tarso tuvo como maestros a Clementina Otero, Celestino Gorostiza, André Moreau, Seki Sano, Fernando Wagner, Fernando Torre Lapham, entre otros.

El actor estaba siendo tratado por una oclusión intestinal y una neumonía que se agravó.En 2022 el actor había superado una neumonía bacteriana y el contagio de COVID, el cual supero con síntomas leves.  Enfrentaba también al EPOC ya que para él era habitual fumar.“Ha muerto el mejor actor de Hispanoamérica, fue un ser espléndido, maravilloso, un gran actor, maravilloso padre, lo despedimos con mucho amor”, comentó su hijo Juan Ignacio Aranda al llegar a la funeraria este domingo. Detalló que cuando llegó su momento de su muerte, se encontraba al lado de su nieto Antonio Sánchez, músico nominado al Oscar por la banda sonora de la película Birdman.

“Murió muy tranquilo, allí estaba mi hija Jimena (Aranda), luego entró Iván y Susana, pero Toño lo tenía tomado de la mano y le puso música todo el tiempo, estaba dormido”, relató Juan Ignacio Aranda, “quedó mucho trabajo pendiente de mi padre, muchos homenajes pendientes… lamentablemente se concluye aquí una vida espléndida, creativa, productiva, fue sensacional López Tarso”.

El homenaje de Bellas Artes, al cual asistieron el actor Salvador Garcini, la actriz Tina French, el cantante César Costa, la actriz Araceli Arámbula, el comediante Sergio Corona, así como la actriz Leticia Calderón, entre otros, fue acompañado por el cuarteto de cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional, al interpretar obras de Mozart, Manuel M. Ponce, Pietro Mascagni, Juventino Rosas Macedonio Alcalá y Antonio Santoyo; participaron Andrés Castillo y Nancy Cortés, en los violines; Luis Castillo, con la viola y Alejandra Galarza, en el violonchelo.

Ignacio López Tarso le sobreviven sus hijos Susana López Aranda, la mayor de sus herederos y quien es periodista, seguida de Gabriela López Aranda, de quien poco se conoce y Juan Ignacio Aranda, el único de sus tres hijos que siguió los pasos de su padre en la actuación.

Inicia el 23 de febrero La Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería, presencial y con la ciencia en este encuentro literario UNAM

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La Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM) organizada por la Facultad de Ingeniería de la UNAM, regresa al formato presencial y festeja su edición 44 con Guanajuato, como Estado Invitado. El emblemático Palacio de Minería, sede histórica del encuentro literario de los universitarios, abrirá sus puertas al público de la Ciudad de México del 23 de febrero al 6 de marzo de 2023.

La FILPM se inauguró en 1980, es la feria del libro más antigua del país y modelo de las muchas ferias que ahora existen en México. Con el confinamiento provocado por la COVID-19 la Feria supo adaptarse y celebró sus ediciones números 42 (2021) y 43 (2022) en formato digital. Sin embargo, este 2023 la FIL del Palacio de Minería vuelve a su fomato tradicional y contará con la presencia de 180 expositores y 420 sellos editoriales que reunirán autores consagrados y nuevas plumas, asiduos y nuevos lectores, editores, libreros, bibliófilos, académicos e impresores, así como estudiantes de todos los grados, profesionistas y familias enteras.

El regreso de la FIL del Palacio de Minería significa el reencuentro de “un clásico de la ciudad de México” con su asiduo público, el cual,  año con año llega a Tacuba 5 para disfrutar de su amplio y variado programa cultural, que en esta edición tendrá 1192 eventos: 889 presentaciones editoriales de libros, revistas y publicaciones electrónicas; 154 charlas y conferencias; 37 lecturas, narraciones en voz alta y recitales; 27 mesas redondas, 39 talleres, 2 entregas de premios y 46 actividades diversas.

Conscientes de que este es el tiempo de la ciencia y ésta se presente en todas las manifestaciones cotidianas del ser humano, la Feria ha incorporado diversos espacios temáticos de divulgación científica, así el sábado 25 de febrero la física, astrónoma y divulgadora científica Julieta Fierro ofrecerá la charla: El telescopio espacial James Webb, en el que promete echar un vistazo a este espectacular telescopio que nos ha descubierto cientos de nuevas estrellas, nebulosas y cuerpos celestes en lo profundo del universo. La cita es en el Salón de Actos a las 13 horas.

En esta 44 FIL Minería no podía faltar la enriquecedora presencia del Estado Invitado que en esta ocasión es Guanajuato, entidad que ofrecerá al público capitalino “la variada y rica cultura emanada de sus instituciones públicas, universidades, centros culturales y productores de libros”, que en conjunto han concebido un programa integrado por 68 actividades, de entre las que podemos citar, el homenaje por el 40 aniversario luctuoso del escritor Jorge Ibargüengoitia, la mesa de reflexión sobre los Premios Nacionales de Liteatura de Guanajuato: Mauricio Carrera, Imanol Caneyada y Baudelio Camarillo, el Homenaje al poeta José Kozer, la presentación de los libros: 50 años del Festival Internacional Cervantino y Efraín Huerta, Reportajes a Dios dar: un año en Así (1940-1941).

La gran fiesta del libro de la UNAM llega consolidada como punto de encuentro y referencia obligada para los amantes de la palabra escrita, los cuales podrán convivir a lo largo de doce días con más de 800 autores, tales como: Vicente Quirarte Adolfo Gilly, Alberto Chimal, Bernardo Barranco, Gonzalo Celorio, Imanol Caneyada, Juan Villoro, Rolando Cordera, Concepción Company, Eduardo Matos Moctezuma, Lorenzo Meyer, Geney Beltrán, Jaime Labastida y José María Espinasa, entre muchos más.

Si bien las presentaciones de libros son la parte sustancial del programa de actividades, la Feria ha incorporado diversos espacios temáticos de divulgación científica y literaria que tinen el objetivo de fomentar el diálogo entre autores, académicos, intelectuales, editores, investigadores y el público en general. En esta 44 FILPM se llevarán acabo 11 ciclos:  17ª Jornadas Juveniles (27, 28 de febreo y 1 de mazo); 16º Ciclo Científico:  A 200 años, Mendel y la genética visitan el palacio; 14º Ciclo de Divulgación Económica; 10º Ciclo Cultura de la legalidad 2020 y 11º Ciclo Salud Pública.

En el terreno de la literarura: 9º Ciclo Los Críticos Recomiendan. Poetas Mexicanos del Siglo XX; 1erCiclo de Bulevar Arcoíris; Jornada de Novela Negra; Jornada de Literatura de Horror, 10º Jornada de Cómic y 12º Ciclo de Poesía Nacional: Poéticas de diversas latitudes.

Como ya es tradición la FIL Minería conmemorará a escritores nacionales e internacionales y esta vez celebrará efemérides de Rubén Bonifaz Nuño, Álvaro Mutis, Ricardo Garibay, Dolores Castro, Raquel Tibol, Italo Calvino, Wislawa Szymborska, Nadine Gordimer y Norman Mailer. En In memoriam se recordará a Eduardo Lizalde, David Huerta, Xavier Robles, y Javier Marías.

Cabe resaltar que en el marco de la FIL del Palacio de Minería se entregarán:14º  Premio al Servicio Bibliotecario 2023, otorgado por la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y los reconocimientos Comité Mexicano Memoria del Mundo, UNESCO.

La Feria abrirá al público del 23 de febrero al 6 de marzo, en un horario de lunes a viernes de 11:00 a 21:00 hrs (costo de entrada 20 pesos), sábados y domingos de 10:00 a 21:00 hrs (costo de entrada 25 pesos). Palacio de Minería, Tacuba 5, Centro Histórico. Ciudad de México.

Imperdibles

El 24 de febrero a las 17:00 hrs se presenta el Libro PRIMER AMOR. ANTOLOGÍA POÉTICA de Francisco Segovia, Adrián Muñoz y Juan Carlos Calvillo en el SALÓN DE LA ACADEMIA DE INGENIERÍA.

El 25 de febrero a las 13:00 hrs se presenta el libro SARAMAGIA. TESTIMONIOS Y RECUERDOS ACERCA DE JOSÉ SARAMAGO EN SU PASO POR MÉXICO en el AUDITORIO CUATRO. Este mismo día a las 19:00 hrs Presentación de Libro LEÓN FELIPE de Jorge Ruiz Dueñas en el SALÓN EL CABALLITO.

El 26 de febrero al medio día se presenta SOMOS de Fernando Viveros Castañeda en la GALERÍA DE RECTORES.

El 28 de febrero a las 18:00 hrs se presenta el libro DICCIONARIO DE INJUSTICIAS en el SALÓN EL CABALLITO.

El 1 de marzo a las 12:00 hrs, se presenta la Revista EL ESTRIDENTISMO HOY. EDICIÓN FACSIMILAR DE «ACTUAL 3»,de Salvador Gallardo Cabrera en el SALÓN EL CABALLITO; también a las, 12:00 hrs habrá Lectura en Voz Alta RECORDANDO A GRANDES AUTORES: RICARDO GARIBAY, ITALO CALVINO, DOLORES CASTRO, IDA VITALE Y ÁLVARO MUTIS en el CENTRO DE LECTURA

El 2 de marzo a las 17:00 hrs se presenta UN DESEO FRUSTRADO POR LA ETERNIDAD de Kyra Galván en el FORO CEAPE. Imperdible también resulta la presentación de dos libros:  LA FOSA DEL AGUA de Lydiette Carrión y LAS CELDAS ROSAS de Silvia Arvizu, en el SALÓN FILOMENO MATA, el 3 de marzo a las 14:00 hrs; ese mismo día a las 17 horas se presenta LAS CIUDADES DE LOS DESDICHADOS del poeta Marco Antonio Campos en el AUDITORIO SEIS. Y las 18 horas LAS VESTIDURAS DEL PALACIO de Angelina Muñiz-Huberman en el AUDITORIO BERNARDO QUINTANA.

El 4 de marzo a las 13:00 hrs se presentación el libro EL AMOR Y LA CÓLERA de Rubén Bonifaz Nuño en la SALA USOS MÚLTIPLES; a 15:00 hrs en la CAPILLA se presenta POR DESOBEDECER A SUS PADRES de Ana Clavel.

El 5 de marzo a las 12:00 hrs se presenta EL MINUTEROde Ramón López Velarde en la GALERÍA DE RECTORES; ese mismo día a las 14:00 hrs se presenta LA PANZA DEL TEPOZTECO de José Agustín en la GALERÍA DE RECTORES y a las 15 horas ADIVINARIO, de Pablo Boullosa en el AUDITORIO BERNARDO QUINTANA.

Imperdibles del estado invitado Guanajuato

El  24 de febrero a las 14:00 hrs el libro HOMENAJE EN EL CENTENARIO DEL NATALICIO DE RAQUEL TIBOL. HERMENEGILDO BUSTOS, PINTOR DE PUEBLO de Raquel Tibol en el AUDITORIO BERNARDO QUINTANA.

El 1 de marzo a las 19:00 hrs: SEGOVIA. SENTIDO Y RESISTENCIA de Daniel Ayala Bertoglio en el AUDITORIO CUATRO.

Y el 3 de marzo a las 18:00 hrs un libro imperdible es JAZZAMOART. VIAJE AL FONDO DE LA PINTURA del pintor Jazzamoart que se presentará en el AUDITORIO CUATRO.

El 4 de marzo a las 17:00 hrs se presenta el libro A 40 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE JORGE IBARGÜENGOITIA OLAFO Y LOS AMIGOS. JORGE IBARGÜENGOITIA Y EL AVIONAZO DE AVIANCA 83 de varios autores en el SALÓN DE LA ACADEMIA DE INGENIERÍA.

 

Muestra el escultor Rodrigo de la Sierra su primera pintura «Look up» que formará parte de la colección de la Fundación Sebastian.

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El escultor Rodrigo de la Sierra presenta su primera pintura de gran formato Look up basada en una de sus piezas escultóricas en las que su personaje Timoteo muestra que el pensamiento individual, dentro de una masa de gente, logra con inteligencia los grandes cambios.

La obra de cinco metros de largo por tres de alto, será presentada este 10 de enero a las 19:30 horas en Patriotismo 204, San Pedro de los Pinos. CDMX. La entrada será libre

Rodrigo de la Sierra presenta su pintura Look up, una obra en gran formato, realizada  en técnica mixta sobre tela formará parte de la colección que desde hace ya varios años el escultor Sebastian ha creado y que cuenta ya con la participación de casi un centenar de artistas.

“Look up es una pieza que tengo en escultura, pero que al proponerme realizarla en pintura la pude hacer más dramática en el ambiente del escenario, cosa que la escultura no permite. Son varios personajes que están como en un corral y casi todos están mirando al frente como absortos, como si fuera una representación de la mediocridad, pero hay uno que mira hacia arriba, ese personaje representa el pensamiento individual, ese que rebasa al grupo colectivo; porque la gente que actúa como individuo es inteligente, mientras que las personas que mira en masa son estúpidas; tenemos varios ejemplos en donde en colectividad, los pequeños individuos pensantes son los que logran hacer los cambios”, cuenta el artistas en entrevista desde su estudio al narrar el contenido de su pintura.

“En el cuadro hay como una perspectiva en la que se ve a los personajes como en el interior de una viga, por lo que se alcanza a percibir en la parte de abajo, en la que están como recargados, se ven a muchas personas, muchos Timoteos dentro de una penumbra, y  solamente hay un pequeño rayo de luz en el personaje que está viendo hacia arriba”, cuenta este arquitecto que se ha desarrollado profesionalmente como escultor desde el 2005, año en el que creó a Timoteo, su álter ego y personaje más representativo.

Timoteo, también conocido como Timo, es un personaje creado por De la Sierra primero como una crítica personal, no para mofarse de sí mismo, sino de los estereotipos en los caía y que evidenciaba con un toque irónico o cierto sarcasmo en cada obra; pero después dejó de lado su vida privada para concebir al personaje como un observador de la sociedad, logrando que en su diálogo con Timo, éste se convirtiera en un antropólogo visual, una figura que señala los clichés de la sociedad contemporánea.

El nombre de Timoteo es un juego de palabras que De la Sierra utilizó para mostrar la armonía que existe entre cuerpo y alma: “Timo, que significa energía vital en griego, es la parte humana de acción tangible, lo que tocamos. Teo, que los griegos definían como Dios, es la parte emocional, espiritual, donde están los deseos, las frustraciones e incluso los miedos. Por eso cuando Timo está recargado en un esfera, simboliza algo intangible como una emoción, un deseo”, precisa.

De profesión arquitecto, pero también con estudios profesionales en Artes Plásticas, Rodrigo de la Sierra De la Sierra se ha desarrollado profesionalmente como escultor desde el 2005, cuenta con más de trece años de trayectoria en el arte en la que su rápido ascenso y reconocimiento como artista lo llevado a exponer en las ciudades más importantes de países como Italia, China, Corea del Sur, Estados Unidos y México, y ser seleccionado para participar en prestigiosas bienales del mundo. Su obra forma parte ya de varias galerías, colecciones privadas y museos en el mundo.

“La historia del cuadro es larga –precisa al hablar de Look up-.Desde hace tiempo tengo el gusto de contar con la amistad de Sebatian y ya hemos hecho algunos proyectos juntos. Un día me dijo: Me gustaría que hicieras un cuadro para la Fundación. Yo le respondí: querido Sebastián yo no hago pintura. Pero me convenció, me mandó el lienzo y lo acepté como un  experimento. Lo fácil para mí hubiera sido presentar en relieve una escultura de algunos Timos, lo que significaría no salir de mi zona de confort, pero la idea de pintar fue una oportunidad para probarme. Decidí obviamente que debía ser en el marco de lo que yo he hecho, que es Timoteo, por eso lleve una de mis obras escultóricas a la pintura y la adapte a ese formato.  Estudié y trabajé durante más de un año, fueron muchas pruebas error, amigos pintores me ayudaron, fue un cuadro que trabajé mucho porque no tengo esa experiencia y esa habilidad de pintar, fue practicar y practicar hasta quedar agotado, incluso creo que fue más cansado que la escultura, la pintura es algo muy íntimo, muy personal. El lienzo me lo dio Sebastián antes de la pandemia, y lo terminé un tiempo después de que ésta concluyó. Los Timos en esta pintura empezaron siendo color violeta, pasaron a ser medio verdes, entonces hice capas y capas hasta que logré ese tono medio ocre que era lo que buscaba para crear un ambiente muy oscuro. Tras terminar el cuadro, ya he recibido invitaciones para pintar más lienzos”, añade.

La ascendiente carrera de escultor de Rodrigo de la Sierra, que vive y trabaja en la Ciudad de México, le ha permitido exponer su obra en las ciudades más importantes de países como Italia, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Singapur y México, y ser seleccionado para participar en importantes bienales. En 2016 recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma del Estado de México, y La Facultad de Arquitectura y Diseño de la UAEM nombra en su honor la Plaza del Arte Rodrigo de la Sierra “Timoteo”. En el 2018 en homenaje a su trayectoria profesional y su trabajo de asistencia social, la Lotería Nacional dedica su sorteo a Timoteo. Ese mismo año, Timoteo aparece en el Timbre Postal conmemorando “El día Mundial del Correo”. En 2022, su obra monumental “Horizonte” es seleccionada para presentarse en Venecia, Ha expuesto, entre otros recintos, en el Museo de la SHCP, el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, el Museo Jumex, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, el Museo Soumaya y el MACAY. A la lista se suman el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), así como espacios públicos como La Alameda Central CDMX, la Plaza de Armas de Chihuahua, Metepec, y pueblos mágicos como Valle de Bravo, El Oro, Tepotzotlán y Malinalco. Mantiene de manera una actividad filantrópica, apoyando a cerca de 20 fundaciones nacionales e internacionales al año; ha participado con la ONU en temas como: la donación de órganos,  la mejoría del medio ambiente.

Aunque Rodrigo De la Sierra estudió primero arquitectura, está seguro de que la escultura fue la que lo hizo estudiar arquitectura. “Estudiar arquitectura fue resultado del cariño y el amor que tengo por el arte. Trabajé 12 años en proyectos de construcción, bocetos… luego decidí estudiar artes plásticas como una segunda carrera y no me arrepiento porque mi primera profesión me dio mucha experiencia ya que el ritmo, la forma, la armonía  y el color que hay en la arquitectura también son parte complementaria para satisfacer las necesidades propias del ser humano. Quizá son dos disciplinas relacionadas, en mi caso las puedo diferenciar claramente, en la arquitectura debe haber una metodología para resolver un proyecto, en el arte hay ciertos licencias que te puedes dar para alcanzar lo que estás buscando, sin embargo aplico la metodología también en el proyecto escultórico porque sé que mis propósitos son muy específicos, creo que el arte es una búsqueda en la que uno se tiene que aplicar y sentir hondo,  pensar alto y hablar claro”, concluye Rodrigo de la Sierra que invita este martes 10 de enero a las 19:30 horas a la presentación de su pintura Look up en la Fundación Sebastian, localizada en Patriotismo 308, San Pedro de los Pinos, Del. Benito Juárez. CDMX.

México descubre su primer Guerrero de la fertilidad en zona maya.

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Una escultura dual descubierta en Oxkintok (Yucatán) es la primera en su tipo localizada en este sitio maya. La imagen representa a un hombre maya del culto fálico, la cual permitirá abrir una nueva investigación sobre la fertilidad en el concepto general de la vida.

En zona arqueológica de la región Puuc de Yucatán son recurrentes las representaciones de falos, las cuales en la época prehispánica estaban asociadas con la fertilidad no solo humana, sino también agrícola. No obstante, la escultura recientemente hallada por en la Zona Arqueológica de Oxkintok, es la primera de carácter dual recuperada en este sitio, según información del diario Yucateco PorEsto! aparecida el pasado 8 de diciembre y reproducida 20 de este mes en un boletín de la Secretaria de Cultura.

La información ofrecida por el arqueólogo del Centro de Yucatán del  INAH ( Instituto Nacional de Antropología e Historia) y director del proyecto Oxkintok, Luis Pantoja Díaz, contó que el monumento fue descubierto en el marco del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INAH, lleva a cabo en acompañamiento a las obras de construcción del Tren Maya. 

 El arqueólogo explicó que se trata de una efigie cuya dualidad radica en contar con dos representaciones: la de un hombre y la de un falo; “Por el lado frontal, se observa a un hombre desnudo, con rasgos anatómicos desproporcionados que alargan su torso y dan a su abdomen una apariencia flácida, y por la parte posterior, la representación de un falo, donde los glúteos del individuo pueden interpretarse como los testículos, y dos comisuras a la altura de los hombros asemejan un glande”.

La escultura de piedra caliza pesa aproximadamente 150 kilogramos y mide 1.35 metros de altura, por 53 cm de ancho y 25 cm de grosor; dadas sus características, se plantea incorporarla al acervo del Museo de la Ruta Puuc, el cual se construye en la Zona Arqueológica de Kabah, como parte del Promeza.

Sobre el simbolismo de la escultura, el arqueólogo sugirió que  la pieza no puede asociarse con deidad alguna, ya que no presenta atributos suprahumanos distinguibles. “La erosión del material solo nos permite interpretarla como una figura humana decapitada, de cuyos hombros parece colgar una serpiente”.

Dado que no se hallaron los elementos faltantes de la cabeza y los pies, señala, se sugiere que la escultura fue ‘matada ritualmente’ (rota intencionalmente), quizá para marcar el fin de su ciclo o asociarla a la renovación o abandono del espacio donde fue descubierta, el cual los arqueólogos han denominado Estructura DZ-7 del Conjunto Arquitectónico Dzib, en donde la figura estaba acostada bocarriba, asociado al talud de la escalinata de dicha pirámide.

 

 La temporalidad de la efigie se ha establecido mediante la asociación con la cerámica hallada en el contexto, hacia el periodo Clásico Tardío (750- 900 d.C.) .Durante la ejecución del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) también se han descubierto entierros, cerámica y ofrenda. 

Yucatán es un Estado que aún conserva una gran variedad de joyas arqueológicas. Tal es el caso de Oxkintok, un espacio cuyas piezas primitivas se definen como las más originales y destacadas de la zona.

 

 El grupo de mas de 60 trabajadores manuales especializados e investigadores, entre arqueólogos y arquitectos, que colaboran en Oxkintok, como parte del Promeza, ha registrado otros hallazgos notables durante las tareas de exploración y mantenimiento mayor a estructuras de tres conjuntos del sitio maya: Ah Canul, May y Dzib.

Destacan tres entierros humanos: de un individuo masculino de edad desconocida; de un infante, aparentemente de sexo femenino; y de una mujer, quien se estima falleció entre los 20 y 25 años. Esta última, además, se halló asociada a una sencilla ofrenda, consistente en una vasija trípode fragmentada, de estilo Muná, fechada hacia el periodo Clásico Tardío.

 “La relevancia de estos entierros estriba en que son los primeros de gente común que encontramos en Oxkintok. Las exploraciones anteriores se habían centrado en los edificios principales de la elite; sin embargo, al explorar ahora las unidades habitacionales asociadas a esos recintos centrales, podemos ampliar nuestras nociones sobre las y los antiguos pobladores”.

 Otros descubrimientos en estructuras o plazas principales complementan los datos sobre los hábitos y el poder adquisitivo de los jerarcas del señorío maya. Por ejemplo, en un altar del conjunto Ah Canul se localizó una ofrenda compuesta por dos vasijas trípodes, dispuestas una sobre otra, en cuyo interior había un pendiente de cerámica con forma de media luna, un par de conchas marinas y un mosaico de 10 teselas de pirita, “este último es un material que solo pudo ser importado o dejado por grupos que migraron desde áreas con acceso a este mineral”.

 

Todos los elementos aguardan una limpieza y un procesamiento a profundidad que se hará en laboratorio. Es el caso de un par de ollas que se encontraron tapadas, en las cuales deberá realizarse una microexcavación y una cuidadosa consolidación. “Estos vestigios nos permiten recorrer dos etapas de Oxkintok: la del Clásico Temprano (300-550 d.C.), cuando tuvo su auge político y urbanístico; y el Clásico Tardío (750- 900 d.C.), cuando su influencia empezó a decaer y el centro de poder se trasladó a Uxmal”, añadeLuis Pantoja.

 

Winy Amaya convoca a su Posada Flamenca

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El domingo 11 de diciembre a las 19 horas Winy Amaya celebra su Posada Flamenca en  Francisco Sosa 165 en Coyoacán, en donde se pondrá el tablao para esta juerga.

Promete que será un espectáculo de pasión, arte, cante jondo, bailaoras, toque de guitarra, fusión entre Andalucía y la sangre gitana: “La posada flamenca es un espectáculo que realizamos como despedida del año y aprovechamos para celebrar las fiestas navideñas, tenemos artistas invitados de España en este caso Karime y Tati, dos Amaya que llevan la pasión en la sangre de la legendaria Carmen Amaya. Festejamos el poder misterioso del duende del flamenco que todos sienten y que ningún filósofo ha podido explicar”, dice la cantaora y bailaora Mercede Amaya, la Winy, quien está a la cabeza ahora de la Academia de Las Amaya, y es sobrina de Carmen Amaya quien fue considerada la máxima bailaora de flamenco a nivel mundial.

El donativo para disfrutar de este espectáculo de Flamenco es de 600 pesos, incluye una copa de vino. Los boletos se pueden solicitar a los teléfonos, 5543391626 y 55 7576 0946, o buscarlos en los sitios de Academia Las Amaya. Pomona 27, col Roma,  y Los Amantes, Cafe & Bistro en  Felipe Carrillo Puerto 19, Coyoacán.

Winy quien durante ya más de cuatro décadas ha dejado su alma en los escenarios, ha sido una apasionada y entregada bailaora que ha ganado el reconocimiento del público y es considerada ya una figura clave en la historia del flamenco en nuestro país, se ha presentado en los escenarios más importantes de México como el Palacio de Bellas Artes, y ahora trabaja incansablemente en la formación de nuevas bailaoras de flamenco desde la Academia las Amaya.

Karime Amaya

En la Posada participan como invitados especiales Karime Amaya, bailaora, nacida en México en 1985, en el seno de una familia de profunda tradición flamenca. Es sobrina nieta de Carmen Amaya. Con sólo nueve años de edad, debutó en la compañía de sus padres, la bailaora Mercedes Amaya “La Winy” y el guitarrista mexicano Santiago Aguilar; ha llevado su arte por el mundo desde México a España, Japón, Estados Unidos, Costa Rica o Francia, entre otros países.  Luis Santiago “Tati” Amaya guitarrista y compositor, también con los genes del linaje de los miembros de la familia Amaya, comenzó su carrera a los 12 años, inicialmente como percusionista y posteriormente como guitarrista, acompañando a sus padres, es hermano de Karime y como ella ha recorrido el mundo interpretando toque flamenco de tocaores con el picado, la alzapúa, el trémolo o el rasgueo y componiendo está música religiosa y profana con inspiración y absoluto manejo de la técnica para producir emociones y placer. Karime y Tati no llegaron a conocer a la mítica Carmen Amaya, que falleció en 1963, a los 50 años, pero sí a sus tres hermanas, una de las cuales era la madre de su madre la Winy.

Mercede Amaya, la Winy, con sus alumnas

El flamenco, dice Winy Amaya, tienen en común el beneficio de poder expresar a través del mismo sentimientos emociones y crear una conexión con el público, una energía maravillosa, dice esta maestra bailaora que en cada espectáculo que prepara deja parte del alma de ella y de todos los creativos que lo conforman.

“El flamenco al igual que muchas artes, como la pintura, el cine, la literatura, la poesía, la ópera, tienen la similitud de poder expresar y abrir los sentimientos del ser humano y hacerte sentir parte de lo proyectado por los creadores” dice para invitar a esta juerga que encuentra sus raíces en el bagaje cultural que el pueblo gitano arrastró desde su peregrinaje de la India y fue a converger con los sonidos autóctonos andaluces, dando lugar al flamenco.

La cita de esta Posada Flamenca es este domingo 11 de diciembre a las 19 horas en  Francisco Sosa 165 en Coyoacán. El donativo para acceder al espectáculo es de 600 pesos, con una copa de vino de cortesía, y los boletos se pueden solicitar a los teléfonos, 5543391626 y 55 7576 0946, buscarlos en los sitios de Academia Las Amaya. Pomona 27, col Roma,  y Los Amantes, Cafe & Bistro en  Felipe Carrillo Puerto 19, Coyoacán.

 

 

 

Rafael Cauduro el artista que innovó para hablar de la otra realidad.

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Rafael Cauduro nació en la capital de México el 18 de abril de 1950, perteneció a una familia de seis hermanos. Su padre era fanático del renacimiento italiano, tenia muchos libros y le heredo ese gusto. Helena, su madre, era cantante de ópera. Con mucha distancia entre las edades de cada uno, se acostumbró a jugar solo y pasaba muchas horas dibujando sin sentir, desde entonces, ninguna atracción por la escuela y padecía déficit de atención. En un minucioso estudio biográfico publicado en la Jornada, se precisa que el talento y las horas de práctica lo convirtieron en un gran dibujante. Tuvo una influencia para perfeccionarse: las obras ilustradas de La divina comedia con trabajo del artista Doré, lo que lo aproximó a un elemento fundamental de su obra: el erotismo. Discípulo de los jesuitas, sigue las humanidades y las artes; pero se vio obligado por su padre a estudiar la licenciatura en arquitectura y diseño industrial en la Ibero, estudios que abandonó a la muerte de su progenitor. En ese momento que decide ser artistas, artista autodidacta, independiente, encuentra su camino aparte, su propio estilo y se mudó a Cuernavaca, Morelos,

Desde hace unos ocho años una enfermedad sin diagnóstico le afectó el habla y le impedía sostener una conversación fluida, aunque su mente y memoria permanecían intactas, murió a los 72 años con una obra sólida de enorme fuerza como los murales que realizó para Un clamor por la justicia. Siete crímenes mayores ,entre ellos la tortura, el homicidio, la represión, el secuestro y la violación. que ocupa tres pisos del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se trata de una impecable visión crítica de la justicia en México. “La justicia existe, porque existen los crímenes”. No sabía con exactitud cuál de los crímenes era el peor “todos son horrendos, decía, pero quizá el más simbólico sea los procesos viciados, la materia de los juzgadores, por eso hice la imagen de los archiveros con rostro humano, en cada expediente hay una persona humana, esos papeles son almas en espera, un drama que está en cada página que será un destino, y eso lo deben recordar todos los que se dediquen a la justicia”. El tema de la injusticia se quedó permanente en su pintura.

En la madrugada del 3 de diciembre fue precisamente el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)  Arturo Zaldívar, quien en su cuenta de twiyyer, daba a conocer la muerte de uno de los artistas visuales más importantes de México: «Lamento profundamente el fallecimiento del gran Rafael Cauduro. Una enorme pérdida para el arte de México. Su mural en la SCJN será un grito permanente en contra de las injusticias. Mi pésame y un abrazo solidario para Liliana, Elena y Juliana. Descanse en paz»

Cauduro exploró en la experimentación de materiales para su obra una necesidad de investigación, paso del dibujo a las primeras pinturas con aplicaciones de cera, a saber cómo lidiar con acrilatos o pigmentos sólidos, impermeabilizantes y otros materiales utilizados en la construcción. El estudio del arte clásico fue un paso importante, tanto como lo fue el paso posterior: el aprecio del arte comercial, el de la publicidad, el arte gráfico, el graffiti y, particularmente, el cómic.

Encontró su propia voz en las condiciones icónicas de los mensajes en los carteles publicitarios, los anuncios de rock, los vidrios rotos, las paredes que pierden segmentos de pintura; el vidrio para semejar el mármol fragmentado, los usos del color en los múltiples tipos de pigmentación, orientaciones de la luz para definir matices que emulan efigies de fervor religioso, los personajes como espíritus emergidos de las historias que los objetos podrían contar, en ocasiones como trazos perfectos, en otras como los estudios de borradores con materiales corrosivos, delineados en la idea de la perpetuidad que no llega; la madera despostillada era un lienzo, como los hierros oxidados de los vagones de tren, las fachadas viejas, los pizarrones, las telas o los azulejos partidos de los que surgen figuras de alguna memoria inaprensible, quizá sólo visible en la imaginación de Cauduro.

Se interesó por los objetos y su relación con el ser humano a través del concepto del deterioro. “Los seres se van y las cosas permanecen” afirmaba. Construcciones y objetos abandonados alcanzaron otra significación en sus manos, con nuevos habitantes. Grietas, yerbas o pinturas escurridas dan otro rostro a una casa, donde también están los fantasmas en el devenir del tiempo. La mujer que se recuerda sigue en una pared, capturada en el recuerdo que parece vivo. Hizo piezas donde combinó el arte clásico barroco con la modernidad en un estilo propio.

Su primera exhibición fue en 1976 en la Casa del Lago. En 1995 inauguró su más importante exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes, donde se mostró la obra de un artista con un estilo ya maduro.

Aunque la crítica de arte Raquel Tibol lo llamó hiperrealista, a Cauduro no le gustaba el término porque veía más su trabajo como una realidad y una ficción que conviven, en una especie de realismo mágico. Cuando representa a una figura humana en una de sus obras, no implica que sea la realidad, sino la huella, un  fantasma que pudo haber quedado en ese momento. “Si acaso, es una mentira bien dicha, pero no tiene nada de realidad.”

El deterioro tiene un sentido de permanencia. Uno envejece, muere y el objeto puede seguir igual 200 años después, lleno de capítulos que una pintura puede captar. Algo nuevo es inerte, conforme se oxida se mancha, se humedece, entonces vive, tiene una historia qué contar, y le nace musgo, hongos, flores; experimenta su regreso a la naturaleza, poniendo en orden lo que las personas violentan. En su obra los seres humanos se integran con lo que las cosas son. De repente hay figuras que se vuelven parte de las paredes, de las maderas, de los muebles… Los seres humanos vamos de la vida a la muerte y los objetos van de la muerte a la vida. El camino de las personas y los objetos van en un camino opuesto, como afirma el artista. “Hay una paradoja ahí: nosotros nacemos vivos y cada día nos estamos muriendo; los objetos nacen muertos y ese deterioro es la vida de los objetos”. Lo que pinta no son seres de carne y hueso, sino seres huellas, las huellas del tiempo de lo que va sucediendo y vestigio de una vida. Seres que existieron en algún momento.

En su obra también son importantes como los cráneos de evocación prehispánica, los “altares celebratorios” del tzompantli .

Su exposición De ángeles, calvarios y calaveras, tuvo gran éxito en el Palacio de Bellas Artes en 1995, puso en su sitio la estatura de su arte con la atención de la crítica y el conocimiento de un público nuevo que abrazó para siempre el conjunto de su obra. Ésta ha andado el mundo.

En una entrevista su ex esposa, con la que tuvo dos hijas, que continuó siendo su representante hasta el final de su vida contó que Cauduro era tan obsesivo con cada obra que pinta, que por la noches pedía que llevaran a su cuarto el cuadro que estaba pintando y se dormía viendo la obra, soñaba con ella, y durante la noche, en el sueño, el cuadro conversaba con él y le decía que debía continuar pintando.

Su obra es una constante oportunidad de un nuevo e inquietante asombro con su propia poética. Cauduro es el autor del mural del Metro Insurgentes, titulado Escenarios subterráneos, de los metros de Londres y París; así como del mural titulado El Condominio, ubicado en Avenida Veracruz en la Colonia Roma.

            Este año, la editorial Trilce publicó un libro que reúne más de 400 obras, bocetos y anotaciones inéditas que permiten entender cómo creaba el pintor. También se organizó la exposición “Un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro)” en el Colegio de San Ildefonso, que celebró los 50 años de trayectoria artística y que se exhibió de febrero a junio del 2022 “con más 156 obras de uno de los grandes muralistas contemporáneos”. Una muestra a la que el artista no asistió por motivos de salud.

Este lunes 5 de diciembre recibió un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes.

 

 

Federico Silva: «la única forma de hacer arte es buscar el riesgo»

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La madrugada del miércoles 30 de noviembre murió el maestro  Federico Silva murió a los 99 años de edad. Al día siguiente, justo a las 19 horas sería inaugurada su exposición,  Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebeldía en el Palacio de Bellas, el 1 de diciembre el máximo recinto cultural recibió el féretro del maestro Silva para rendirle un homenaje póstumo.

La muestra  retrospectiva, que ahora se está exponiendo, busca homenajear su trayectoria en la antesala al centenario de su nacimiento, a partir de la revisión histórica de su obra producida a lo largo de ocho décadas. A sus 99 años era asombrosa la claridad que Silva tenía para definir su experiencia sensible que el artista tiene ante la sociedad: “La única forma de hacer arte es buscar el riesgo. La forma de continuar y reafirmar la vocación es vincularse con la sociedad en movimiento, la sociedad es el alma y el artista debe establecer vínculos con la sociedad, de otro modo estará vacío”, reitero hace menos de un año en una entrevista de televisón.

Federico Silva nació el 16 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México. Desde niño le interesó el dibujo, de manera autodidacta aprendió las técnicas de encáustica, frescos y temple en los libros.  Realizó estudios de medicina, veterinaria, derecho y antropología. Conoció a David Alfaro Siqueiros y el artista lo invitó a ser su ayudante; uno de los primeros trabajos en que colaboró con Siqueiros, fue el mural Nueva Democracia, que se encuentra en el Palacio de Bellas Artes. Se vinculó con la izquierda de entonces, una generación histórica que creía en la clase obrera. Por esa época, presentó su primera exposición de pintura.

En la biografía sobre su vida que está en la web del Museo que lleva su nombre —que se encuentra en el Centro Histórico de San Luis Potosí— se precisa que Viajó a Europa poco después de iniciada la posguerra y estuvo principalmente en Austria e Italia; de regreso a México, se dedicó a la organización del Primer Salón de Pintura del Instituto Nacional de Bellas Artes. A partir de 1950, empezó a pintar murales, primero en el edificio del Instituto de Capacitación de la Secretaría de Educación Pública y después en el Instituto Politécnico Nacional, el mural titulado la Técnica al Servicio del País. En 1962 presentó una exposición en la Universidad Obrera, en la que reunió obras de ocho años de trabajo de carácter crítico-político. Después pasó a la escultura y el arte cinético —una corriente de arte en que las obras tienen movimiento o parecen tenerlo, por lo que suelen interactuar con elementos «exteriores» como pueden ser el viento o el agua— en los que experimenta y realiza objetos “solares” con prismas, lentes de fresnel, espejos, imanes, rayos láser y diferentes cuerpos suspendidos en el espacio.

Fue un hombre de convicciones ideológicas que están presentes en su extensa producción que comprende la escultura, la pintura de caballete y mural, incursiona más tarde en la gráfica digital. En 1950 ejecutó su primer mural con formas apegadas al realismo naturalista, estilo que más tarde abandonó. Su cambio del muralismo figurativo a la escultura abstracta, dijo, fue inevitable, las cosas van sucediendo y no se puede hacer toda la vida una sola cosa “el geometrismo es un paso adelante un lado de la abstracción pero no hay choque; el fenómeno constantes para el artista es el cambio”. En 1981 al realizar los murales de la facultad de ingeniería de la UNAM, recurrió a una expresión geométrica-abstracta que utilizaría de nueva cuenta en los murales de la capilla de la exhacienda de San Andrés Tectipan en el Estado de México. Estas obras vinieron a constituir algo así como el antecedente de los murales de la cueva de Huites, un largo túnel perforado en una de las montañas de la Sierra Madre Occidental, como parte de los trabajos de construcción de la presa hidroeléctrica del Río Fuerte, situado al norte del estado de Sinaloa; en 1992 inicia el proyecto y la termina en 1996, pintando más de seis mil metros cuadrados en la superficie rugosa de la roca, considerado como el mural más grande del mundo..

Su trabajo como investigador de la Coordinación de Humanidades de la UNAM a lo largo de más de veinte años, lo ha llevado a profundizar sobre el sentido del arte y el artista en la sociedad. Producto de estas reflexiones son sus libros: El viaje del Nahual de Tonacacíhuatl, 1989 o Cuadernos de Amaxac, 2006.

Promotor del ya emblemático Espacio Escultórico en Ciudad Universitaria. La historia cuenta que en 1977 diseñó el proyecto, con el apoyo del Dr. Jorge Carpizo, coordinador de Humanidades de la Universidad. Fue Silva el orquestador, propuso que hicieran obra insólita en términos interdisciplinarios. En ella participarían ecólogos, biólogos, escultores, arquitectos. Se trataba de una escultura monumental colectiva en la que participaron Helen Escobedo, que era la directora general de Artes Plásticas; Mathias Goeritz, profesor de la Facultad de Arquitectura; Sebastián y Hersúa, maestros de dibujo auxiliares en la Facultad de Arquitectura; Manuel Felguérez, y el Federico Silva. Así nació el Espacio Escultórico. “Nadie recibió dinero extra de su salario, era una obra regalada, con material del lugar. No existe en el mundo un espacio así, tiene una escala perfecta. Se convirtió en un centro ceremonial donde está resumida, en un lenguaje contemporáneo, una voz antigua de nuestra cultura. De verdad dan ganas de atribuírsela, pero no está bien, es como las pirámides, no están firmadas”, recordó en una entrevista realizada hace años en La Gaceta de la UNAM.

A partir de 1985 estableció su taller en Amaxac de Guerrero, Tlaxcala, transformando la ex fábrica de hilo la Estrella en una factoría de obras de arte, utilizando los más variados materiales de la región proporcionando una renovada presencia de la escultura en el arte mexicano. Ingresó a la Academia de Artes el 8 de julio de 1993. En 1995, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1993, es nombrado Creador Emérito del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. En 2010, las Universidades de San Luis Potosí y la UNAM  le otorgaron el Doctorado Honoris Causa.  En noviembre de 2016 recibió la Medalla de Bellas Artes. Apenas el pasado 8 de noviembre fue nombrado como creador emérito en el arte contemporáneo nacional por el Congreso Local de Tlaxcala a propuesta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.

Su obra escultórica más importante se encuentra en Ciudad Universitaria, y a lo largo de su trayectoria realizó  más de media centena de exposiciones individuales y otras tantas colectivas, conservándose una cuantiosa obra pública en Baja California, Ciudad de México, Tlaxcala, en Kingston, Jamaica; en Washington, EUA; Tokio, Japón; Estocolmo, Suecia; Ciudad Real la Mancha en España; Ville de Pathenay en Francia. Su trabajo lo realiza en madera, aluminio, acero, cemento, fierro y piedra.

Algunas de sus más hermosas obras son: Ocho Conejo o “el chapulín” (1980, piedra volcánica. Sendero Escultórico, UNAM, CDMX); Aluxe de la Muerte (Plaza de las Tres Culturas, CDMX); La Muerte Presente (1988, concreto armado. MUAC, CDMX) y Serpientes del Pedregal (1986, piedra volcánica. Sendero escultórico, UNAM, Ciudad de México)