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Pilar Jiménez Trejo

Dan a conocer a los ganadores del Premio Nacional de Artes y Literatura 2021, sin fecha aún para la entrega. En el campo de Lingüística y Literatura se reconoció al poeta Óscar Oliva

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En el campo de Lingüística y Literatura se reconoció la obra del poeta chiapaneco Óscar Oliva.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, dio a conocer la noche de este miércoles 20 de julio, a los ganadores del Premio Nacional de Artes y Literatura 2021: el campo de Lingüística y Literatura se reconoció al  poeta chiapaneco Óscar Oliva; en las Bellas Artes el galardón fue para Sergio Ismael Cárdenas Tamez, compositor de un catálogo que rebasa el centenar de obras; en el campo de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, por su contribución al campo del Derecho, el elegido fue Fernando Alberto Lázaro Serrano Migallón; y en lo concerniente al campo de Artes y Tradiciones populares, se concedió el premio al Colectivo Taller Leñateros, fundado 1975 por la poeta Ambar Past, establecido en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, formado por mujeres y hombres indígenas tzotziles y de otros pueblos originarios, cuyo trabajo propone «reivindicar el arte maya contemporáneo».

Este Premio Nacional fue instituido en 1945 por el entonces Presidente de la República Manuel Ávila Camacho, y desde entonces se otorga anualmente, es considerado el máximo galardón que otorga el gobierno de México para reconocer el esfuerzo de valiosos mexicanos en distintas disciplinas. «Se otorga a quienes por sus creaciones, producciones o trabajos docentes de investigación o de divulgación hayan contribuido a enriquecer el acervo cultural del país o el progreso de la lingüística y la literatura, las bellas artes, la historia, las ciencias sociales, la filosofía y las artes, las tradiciones populares, y expresiones artísticas en general» anuncio en un comunicado de la Secretaria de Cultura, que advirtió que aún no hay fecha para la entrega de los premios.

En el campo de Lingüística y Literatura se reconoce a Óscar Mario Oliva Ruiz, por ser uno de los grandes poetas del siglo XX; autor comprometido, cercano a los pueblos originarios, formador de varias generaciones de escritores y poetas, que le da voz al sur y a la protesta cívica. Su obra se manifiesta contra la opresión y la violencia ejercida desde el poder.

Óscar Oliva,  estudió Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México e Historia en la Universidad Veracruzana, donde ha sido profesor de literatura. Fue jefe del Departamento de Literatura del INBA, del Departamento de Cultura de la Dirección de Cultura y subdirector de Culturas Populares de la SEP, director de la Revista de Bellas Artes, Revista ICACH y Cultura Sur, así como director general del Consejo de Cultura y Artes de Chiapas.

Su obra abarca los títulos La voz desbocada en el libro colectivoLa Espiga Amotinada, 1960; Áspera Cicatriz enOcupación de la palabra, también colectivo, 1965; Estado de sitio, 1972; Trabajo ilegal, poesía 1960-1984, 1985; La realidad cruzada de rayos, 1988; Óscar Oliva. Voz viva de México, 1989; Antología poética, 1998; la antología bilingüe Ecouter le monde/ Escuchar el mundo, 1999; Lienzos transparentes, 2003, y en 2010, Estratos. En 2015, publicó Iniciamientopoesía reunida, 1960-2014, en dos volúmenes, y, en 2017, el poemario titulado Lascas.

Ha sido creador y coordinador de talleres de poesía en diversas ciudades del país. Entre sus reconocimientos destacan: Premio Enrique González Martínez, 1969; Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, 1971, por su libroEstado de sitio; Premio de Poesía del ddf, –hoy Ciudad de México– 1981, por Plaza Mayor; Premio Chiapas de Literatura Rosario Castellanos, 1990; Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, 2000; el estado de Chiapas lo distinguió con la Medalla Rosario Castellanos, en 2012, y en 2013, por auspicio de la Universidad Autónoma de Zacatecas, fue homenajeado en el Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde, en donde se le galardonó con la medalla Ramón López Velarde y el Premio Internacional de Poesía .

En el campo de las Bellas Artes, el galardón fue Sergio Cárdenas

Por su parte, en el campo de las Bellas Artes, el galardón es para Sergio Ismael Cárdenas Tamez, por su singular trayectoria como creador, director musical, pedagogo, promotor cultural y fundador de importantes agrupaciones musicales. Cárdenas reúne los atributos para ser considerado un mexicano ejemplar.

Cárdenas Tamez nació un 17 de junio en Ciudad Victoria, Tamaulipas; es compositor de un catálogo que rebasa el centenar de obras, muchas de las cuales han sido estrenadas con éxito en Alemania, Austria, Italia, Francia, Polonia, Suiza, Estados Unidos, Bélgica, Egipto, Taiwán, Corea del Sur, Japón, España y México. En 1975 se tituló con mención honorífica en Dirección Orquestal por la Escuela Superior de Música Mozarteum (hoy Universidad de la Música) de Salzburgo, Austria.
De sus piezas destacan el ciclo Oigo latir la luz, para barítono, clarinete, viola y contrabajo, compuesto para el Festival SchauplatzMuseum de Berlín, Alemania, y basado en siete poemas de Octavio Paz, interpretado por primera ocasión en 2000 en la capital alemana; Monólogos con las estrellas, para quinteto de cuerdas, presentada por el ensamble Ópera Nova de la Ópera de Zurich, Suiza, el 18 de mayo de 2003, y Beethoven visita México, encargo del Festival Internacional Cervantino, estrenada mundialmente en Guanajuato el 20 de octubre de 2006, bajo la conducción del propio autor.

Asimismo, Fernando Alberto Lázaro Serrano Migallón fue el galardonado en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, por su contribución al campo del Derecho, su labor docente, sus reconocimientos nacionales e internacionales, sus aportaciones al enriquecimiento de la investigación jurídica e histórica de México, el impulso y desarrollo de las instituciones en las que ha colaborado, así como por la difusión de las ciencias sociales y las humanidades.

Serrano Migallón licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); obtuvo el certificado de Estudios Superiores en el Instituto Internacional de la Administración Pública de París y en la Academia de Derecho Internacional de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Es doctor en Historia por la UNAM.

Ha sido abogado general de su alma máter, y director de la Facultad de Derecho; es miembro de las academias mexicanas de Historia y Jurisprudencia y Legislación; asimismo, ha formado parte de las juntas de gobierno de El Colegio de México, del Centro de Investigación y Docencia Económica, de la Universidad Veracruzana, y del Colegio de Veracruz, entre otros; del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y miembro honorario del Seminario de Cultura Mexicana.

Entre sus obras destacan: Isidro Fabela y la diplomacia mexicana, (1981); La Propiedad Industrial en México, (1992); Toma de Posesión: El Rito del Poder, (1995); Nueva Ley Federal del Derecho de Autor, (1996); El asilo político en México, (1998); México en el orden internacional de la propiedad intelectual, (2000); …Duras las tierras ajenas… un asilo, tres exilios, (2002); Los barcos de la libertad diarios de viaje, mis recuerdos del Ypiranga (mayo-julio de 1911), (2006); La ley y su proceso, (2007); El grito de independencia: historia de una pasión, 2007; La vida constitucional de México, (2007); Historia mínima de las constituciones en México, (2013); Teoría de la Constitución, (2015). Además de diversas publicaciones en diarios como El Universal y Excélsior.

De las distinciones que ha recibido, cabe citar la Orden Nacional al Mérito del Gobierno de Francia en 1987 y en 2014; el Reconocimiento a la Promoción y defensa del Derecho de Autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la Organización de las Naciones Unidas 2004; la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica de España 2007. La Universidad Paulo Freire de Nicaragua le entregó el grado de doctor honoris causa en 2007. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara le otorgó el reconocimiento al Bibliófilo en 2015 y la Universidad de Sinaloa un reconocimiento en la Feria del Libro de Mazatlán 2016.

Fernando Alberto Lázaro Serrano Migallón recibió el Premio Nacional en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.

En lo concerniente al campo de Artes y Tradiciones populares, se concede el premio al Colectivo Taller Leñateros por su larga, valiosa y original trayectoria como colectivo conformado principalmente por mujeres mayas, con principios ecológicos, además de su labor en documentar, enaltecer y difundir los valores culturales de su comunidad a través de la literatura, las artes plásticas y la extracción de colorantes naturales para la realización de sus obras.

El Taller Leñateros, fundado en 1975 por la poeta Ambar Past, y es un colectivo formado por mujeres y hombres indígenas tzotziles y de otros pueblos originarios,  con su trabajo se proponen «reivindicar el arte maya contemporáneo». Sus libros destacan por su cuidado artesanal, exquisitos en ilustraciones y encuadernados. El Taller ha publicado los primeros libros escritos, ilustrados, impresos y encuadernados (con papel de su propia manufactura) por el pueblo maya de ancestral historia.

Dentro de sus objetivos está  documentar, enaltecer y difundir los valores culturales autóctonos y populares como la literatura en idiomas indígenas, las artes plásticas, los códices pintados. Los Leñateros se dedican a rescatar técnicas antiguas en vías de desaparición como es la extracción de colorantes de hierbas silvestres y la recuperación de lenguas autóctonas. El Taller favorece la ecología, reciclando desperdicios agrícolas e industriales para transformarlos en libros de arte mundialmente reconocidos. Su trabajo puede conocerse en www.tallerlenateros.com.

El Taller Leñateros, fundado en 1975 por la poeta Ambar Past en San Cristobal de las Casas, Chiapas.

Este importante Premio Nacional de Artes y Literatura es otorgado por el Gobierno de México a través de la Secretaría de Cultura -ahora a través de su Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales- y busca refrendar el compromiso por impulsar y difundir el trabajo de artistas, investigadoras e investigadores del todo el país.

“Ofrendas Ocultas” exposición de Fernando Aceves Humana en el Centro Cultural San Pablo en Oaxaca de Juárez.

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8 temblor y la Señora Agua, óleo sobre masonite 25 x 35 cm 2020

8 temblor y la Señora Agua, óleo sobre masonite 25 x 35 cm 2020

“Ofrendas Ocultas” de Fernando Aceves Humana, es una exposición integrada por 43 piezas (42 óleos, algunos sobre tela o masonite, y una litografía) que conforman una serie de paisajes en gran formato, y una selección de apuntes al óleo realizados en diversos contextos y zonas arqueológicas que Aceves Humana trabaja en contacto directo con la naturaleza, con la experiencia de llevar su taller en la mochila, pintando a cielo abierto el entorno, la atmósfera, el contexto y la luz del instante en el que cada pintura fue realizada o descubierta en sitios arqueológicos como Monte Albán y Atzompa; el Proyecto Templo Mayor; la cueva de Balamkú, en Yucatán; el Huei Tzompantli, una impresionante ofrenda realizada en la antigua Tenochtitlan: la capital del imperio mexica.

Manglar, óleo sobre tela 135 x 200 cm. 2018

La muestra se abrió el pasado 9 de julio, de manera paralela al inicio de la principal fiesta popular de Oaxaca: La Guelaguetza, y permanecerá hasta octubre del 2022, en el Centro Cultural San Pablo, en Oaxaca de Juárez ubicado en Miguel Hidalgo 907, Centro, 68000, en la ciudad de Oaxaca; un edificio que agrupa iniciativas de la Fundación Alfredo Harp Helú, y que fue el primer convento dominico de la ciudad, restaurado en 2012 por los arquitectos Gabriela Carrillo y Mauricio Rocha.

Ofrenda 126, óleo sobre tela 274 x 197 cm. 2017

Patio enterrado 5 PM , óleo sobre masonite 25 x 40 cm.2020

Rio subterraneo,oleo sobre tela 130 x 200 cm 2017

Aceves Humana, quién actualmente vive en Oaxaca, trabaja cotidianamente en estas zonas con la pasión que solamente el artista que revela y observa logra plasmar en unos instantes, su maestría lo ha llevado a colaborar con los más destacados arqueólogos de nuestro país, que decididamente confían en su trazo y precisa descripción de lo que se descubre. “Pero debo añadir que para las zonas que visito para pintar al aire libre, muchas veces consultó al Dr. Eduardo Matos Moctezuma a quien le estoy infinitamente agradecido por sugerirme algunos de los sitios que he pintado pintar”.

Aceves Humana también ha colaborado con arqueólogs como Nelly Robles, Leonardo López Luján, Guillermo de Anda, Raúl Barrera, Director del Programa de Arqueología Urbana, PAU, y  Lorena Vázquez Vallin, entre otros”.

Así describe Aceves Humana el trabajo que presenta en “Ofrendas Ocultas”: “Estoy mostrando experiencia de plasmar al óleo el ambiente único de los espacios rituales de las civilizaciones precolombinas; la exploración a lugares de difícil acceso, en sitios públicos o no, asesorado por los arqueólogos a quienes agradezco me hayan permitido pintar los hallazgos en las excavaciones, y a los equipos de investigadores, todas imágenes en el entorno de trabajo mientras indago con mi trazo el contexto del lugar y ofrezco al tiempo el testimonio de un instante trascendente de la arqueología mexicana».

Huei Tzompantli 3, óleo sobre masonite 25 x 35 cm .2020

Huei Tzompantli vista general , óleo sobre masonite 25 x 40 cm. 2020

Retratar los cráneos de sacrificados del Huei Tzompantli; ver surgir ofrendas sepultadas por los mexicas hace cinco siglos; observar lo hallazgos de tumbas zapotecas intactas y ofrendas mayas al interior de cavernas selladas durante un milenio… allí es en dónde pinta Fernando Aceves Humana en ese momento de hallazgo, excavación, acompañado con el equipo de investigadores y al entorno de esos lugares prodigiosos mientras indaga con su oficio el contexto del lugar y  ofrece al tiempo el testimonio de un instante en la  arqueología mexicana.

“Los mitos nacen del influjo del entorno y de la morfología del territorio procuro, y en estos paisajes naturales, que pinto, se conserva la inspiraron y creación de deidades prehispánicas en sitios naturales que antaño fueron venerados o que aún reciben peregrinos que como yo, pueden observar la grandeza de estas culturas de los que hoy conforma México”, añade.

Aquí podremos ver sus obras realizadas en hallazgos asombrosos que quedarán para siempre guardados en la memoria, incluso para las futuras generaciones que probablemente no podrán ver ya algunas de ellas debido a la urbanización desmedida que vive el planeta.

Monte Alban, díptico, óleo sobre masonite, 20 x 60 cm 2021

Por ejemplo están piezas realizadas en Monte Albán y Atzompa donde ha pintado intermitentemente desde el 2007 hasta el 2020 y tuvo la experiencia de trabajar en la excavación de Atzompa dirigida por la Dra. Nelly Robles, cuando en 2011 salió a la luz la Tumba Zapoteca del Señor 8 Temblor y la Señora Agua.

Monte Alban sept18:10 óleo sobre masonite 21×31.5cm 2007

De 2009 a 2019 este pintor estuvo presente nada menos que en las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, a cargo del Dr. Leonardo López Luján, en donde pudo convivir con su equipo de trabajo y admirar la multitud de ofrendas depositadas por los mexicas al pie de la pirámide del Templo mayor.

Balamkú ofrenda 3 oleo sobre tela 140 x 200cm. 2020

En 2019, tuvo la oportunidad de estar en la expedición dirigida por el Dr. Guillermo de Anda, y descender con él y su equipo al interior de la cueva de Balamkú, en Yucatán, que había estado sellada durante 1000 años donde se hallaron ofrendas de cerámicas e incendiarios de estilo tolteca consagrados a Tláloc y depositados en plena zona Maya, algo que aún se sigue estudiando.

Rio subterraneo, óleo sobre tela 130 x 200 cm 2017

De 2019 a 2020 trabajó al interior de la excavación del Huei Tzompantli, una impresionante ofrenda realzada, con miles de cráneos, en la antigua Tenochtitlan: la capital del imperio mexica; un trabajo a cargo del arqueólogo Raúl Barrera, Director del Programa de Arqueología Urbana, PAU y de la arqueóloga Lorena Vázquez Vallin.

Patio enterrado 10 AM vista noreste . óleo sobre masonite, 25 x 40 cm 2008

La decisión de este artistas, de acercarse a estos grandes arqueólogos, lo hizo conocer estos trabajos y a los equipos de investigadores, mientras tenía la oportunidad de observar la extraordinaria labor que hacen estos científicos por develar el corazón de México y la comprensión de nuestros vastos orígenes.

Equipo Balamkú, óleo sobre masonite, 25 x 35 cm. 2019

Aceves Humana continua con esos “cuadernos de procesos creativos” que han acompañado a la historia de la humanidad en sus descubrimientos, equipos de artistas reunidos para dejar en la memoria sus hallazgos, como aquel que hiciera Raúl Anguiano cuando participó en 1949 en una expedición en la selva  Lacandona, por invitación de Fernando Gamboa, entonces subdirector del Instituto de Antropología e Historia, el arqueólogo y descubridor Carlos Frey, para develarnos nada menos que las ruinas Bonampak. Entre el resto de los integrantes de aquel viaje estuvieron el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, el periodista Arturo Sotomayor de Zaldo, Julio Prieto que era ilustrador y Franco Lázaro Gómez, otro pintor. Esa aventura, en la que también hubo tragedia, fue relatada por el propio Anguiano en una serie de apuntes publicados en el diario Novedades y que después formaron parte de su libro Expedición a Bonampak: diario de un viaje.

Exacación óleo sobre masonite 35 x 25 cm 2019,

“Ofrendas Ocultas” de Fernando Aceves Humana estará abierta desde este 9 de julio y hasta octubre del 2022, en el Centro Cultural San Pablo, en Oaxaca de Juárez ubicado en Miguel Hidalgo 907, Centro, 68000, se trata de una institución de servicios académicos ubicada en el antiguo convento de San Pablo en la ciudad de Oaxaca, un espacio que agrupa también otras iniciativas de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, A.C. Ubicado a tan sólo una cuadra del zócalo de la ciudad de Oaxaca, fue el primer convento dominico de la ciudad, restaurado en 2012 por los arquitectos Gabriela Carrillo y Mauricio Rocha.

Ofrenda grande. óleo sobre tela 237 x 190-cm-2010

Fallece la fotógrafa Lourdes Grobet a los 81 años de edad, una mujer a la que no le gustaba aburrirse.

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Con 81 años de edad, y una vida como fotógrafa en la que la constante fue dejar la historia en imágenes y divertirse siempre con la cultura, Lourdes Grobet murió tras un cáncer que detuvo la energía de esta mujer extraordinaria. Cuentan que unos días antes de morir dijo: «ya me aburrí», y entonces decidió su destino final.
 
Recientemente Grobet había sido homenajeada en el Centro Cultural Los Pinos con la presentación de imágenes de una de las colecciones a las que dedico muchos años y con la edición del libro “Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena: medio siglo de historia” editado por RM, en un auditorio repleto de admiradores y amigos, al que la fotógrafa ya no pudo asistir por problemas de salud, pero pudo ver gracias a las redes sociales.
Durante 40 años Grobet capturó imágenes del teatro campesino e indígena, lo que le valió un reconocimiento pasado sábado 9 de julio, al que la fotógrafa no asistió por su estado de salud, pero cuya presea fue recibida por una de sus hijas.
 

En un comunicado, los hijos de la fotógrafa que plasmó la vida indígena en los teatros comunitarios de México informaron que su madre falleció.

“Lourdes Grobet ha emprendido su viaje galáctico más allá del estrecho de Bering. Con el espíritu libre, divertido y pleno que siempre la caracterizó y de la mano de su siempre acompañante vampiro de la guarda la queremos despedir mañana sábado 16 de julio de 2022 de 16 a 23 hrs en el Salón Los Ángeles”, indicaron.

Grobet también retrató la vida fuera de los cuadriláteros en la intimidad de hombres y mujeres de la Lucha Libre mexicana.
Fue en el mundo de la Lucha Libre en el que la fotógrafa adquirió mayor popularidad, pues en las imágenes que capturó entre 1980 y 2018 plasmó la intimidad y vida cotidiana de los luchadores y las luchadoras que los fines de semana se subían a combatir al ring.
 
Sus imágenes en su momento no eran del agrado de muchos aficionados, pues contrario a la fotografía deportiva, que colocaba a los luchadores como héroes, Grobet los hacia ver cómo lo que realmente eran: personas que tenían una vida y familias.
 
Grobet nació en la Ciudad de México el 25 de julio de 1940 y a lo largo de su vida estudió Artes Plásticas en la Universidad Iberoamericana; Diseño Gráfico y Fotografía, en el Cardiff College of Art y en el Derby College for Higher Education, en Inglaterra e Introducción a la Realidad Virtual y Multimedia en el Centro Nacional de las Artes.
En repetidas ocasiones la artista, que expuso en todo el mundo sus colecciones fotográficas, afirmaba que sus mayores influencias fueron Mathias Goeritz, Gilberto Aceves Navarro y El Santo.
 
 
Lourdes Grobet expuso su obra en importantes espacios culturales como el Museo Quai Branly, de París; la Galería Silverstein, de Nueva York; el Centro Alvarez Bravo, en Oaxaca, y la Casa de América y Galería Xanon, en Madrid, y también e China.
 
Su obra forma parte de las colecciones Helmut and Alison Gernsheim, en la Universidad de Austin, Texas; el Museo de fotografía de San Francisco, California; y el Museo Universitario Arte Contemporáneo, Ciudad de México; entre otras.
 
El homenaje a Lourdes Grobet el pasado 9 de julio en el Centro Cultural los Pinos, su hija recibe la condecoración ya que la fotógrafa no pudo asistir por motivos de salud.

 

Rendirán homenaje a la fotógrafa Lourdes Grobet con la presentación de su libro Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. Medio siglo de historia

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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) rendirán un homenaje por su importante trayectoria artística a la fotógrafa mexicana Lourdes Grobet con la presentación de su libro Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. Medio siglo de historia, que muestra su arte fotográfico y con textos de Luz Emilia Aguilar Zinser.

Este reconocimiento se llevará a cabo el próximo sábado 9 de julio a las 12:00 horas en el vestíbulo de la Casa Miguel Alemán del Complejo Cultural Los Pinos, con acceso abierto al público, siguiendo los protocolos para el cuidado de la salud.

El homenaje será presidido por la secretaría de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero; la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López; la investigadora Luz Emilia Aguilar Zinser, así como la directora teatral Delia Rendón, quienes acompañarán a la maestra Lourdes Grobet.

Como parte de este homenaje será inaugurada la exposición “Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. Medio siglo de historia” -homónima al libro- la cual se podrá visitar frente de la Casa Miguel Alemán, también en el Complejo Cultural Los Pinos.

Asimismo se presentará un fragmento de la obra Los Perros, de la escritora Elena Garro, a cargo del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, originario de los estados de Tabasco y Yucatán.

 

La edición de Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. Medio siglo de historia, libro de 321 páginas (Editorial RM), es una colaboración entre el Inbal con la fotógrafa Lourdes Grobet, así como de la Casa Nuestra, instancia cultural del Senado de la República, la Fundación de Desarrollo Social y Cultural de El Heraldo Media Group, la Fundación del Instituto de Bellas Artes, la Secretaría de Cultura de Tlaxcala, la Fundación BBVA y La Jornada.

Desde el punto de vista de la fotógrafa Lourdes Grobet, el objetivo de la obra es difundir y documentar el legado cultural del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, producto de más de cuatro décadas de labor.

“La propuesta de este libro se ha cocinado a fuego lento durante casi ocho años. Mi acervo fotográfico del LTCI consta de más de 25 mil negativos, por lo que la selección de imágenes no ha sido fácil; se eligieron las más significativas y representativas”, agrega la autora.

“Deseamos que las fotografías junto con la investigación de Luz Emilia Aguilar Zinser y la colaboración de Rodolfo Stavenhagen transmitan en palabras e imágenes esta historia viva. Es un homenaje a María Alicia, al Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, a todos los actores, mujeres y hombres que han colaborado durante más de 40 años y que continúan proyectando los valores y experiencias de su propuesta teatral”.

En el texto introductorio, la secretaria Alejandra Frausto Guerrero señala que parte del valioso material del Teatro Campesino llega en el presente compendio, acompañado de brillantes y emotivos textos que ayudan a documentar la labor que este programa ha desarrollado a lo largo de su historia. “Muestra clara de que el arte puede surgir en cualquier espacio si se cuenta con el talento, la imaginación y la creatividad; de que se puede representar a García Lorca y a Shakespeare en Oxolotán, Tabasco, a la par de historias inspiradas en la Biblia, clásicos del mundo maya o episodios como la Guerra de Castas”.

Refiere que la artista relata con sus fotografías la historia de un teatro autogestivo, un teatro emparentado con la fiesta, con toda la potencia de la naturaleza y con la fuerza de las múltiples culturas que nos habitan. Es la crónica de una tradición que ha sobrevivido a todas las circunstancias, al ir y venir de los apoyos oficiales, y que sigue aquí, con nosotros y para nosotros. Ver sus fotografías es sentarse en las gradas de madera, los escalones de piedra y las ramas de los árboles a observar el delante y detrás del “telón” del Teatro Campesino.

Por su parte, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, afirma que este libro es la memoria visual y el testimonio de varias décadas de creación colectiva, protagonizadas por el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, experiencia generadora de prácticas escénicas donde germinaron teatralidades nacidas de las entrañas de la tierra.

El LTCI impulsó un teatro para la vida, para la reapropiación de las raíces y de la dignidad, a partir de un diálogo con el entorno y las muchas historias de los pueblos. Estamos ante la obra de una fotógrafa que, desde la vanguardia experimental, ha ensanchado el espectro de la fotografía en México, agrega la titular del Inbal.

Pedro Trueba presenta Evolución en Transición una retrospectiva con más de 70 obras.

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Pedro Prueba, arquitecto y pintor, nacido en Minatitlán, Veracruz (23 abril 1967),  presenta la exposición Evolución en Transición, que se inaugura desde este jueves 30 de junio en la galería Casa EME –Sinaloa 217, Roma Norte, Ciudad de México– la muestra pretende ser un testimonio histórico, un recorrido sugerente, híbrido y sincrético a través de un diálogo de armonía y costumbres entre naciones vinculadas por la historia, la cultura, la estética y el arte como lo son México y España, una visión que Trueba ha logrado plasmar a partir de la realidad con fuerza y transformación en obras que transita del impresionismo al expresionismo con la precisión de un artista que también se apropia de lo abstracto.

Evolución en Transición de Pedro Trueba presentará mas de 70 obras de este artista, en grande, mediano y pequeño formato, en el que los espectadores podrán ver acrílicos, acuarelas, mixta sobre tela y glicées – impresiones desde una fuente digitalizada utilizando una impresora de chorro de tinta—a manera de un recorrido por la biografía pictórica de colores y texturas de este creador con más de 30 años de trayectoria.

Algunas de las obras que se exponen son resultado de los meses de soledad y pandemia, una exposición que se ha preparado con esmero, buscando también coincidencias con la pintura de Trueba, como el vino español, el tablao flamenco, o los voladores de Papantla, los ríos y mares de su natal Veracruz, algunas de las obsesiones de este pintor reconocido en el mundo y que el 2020 recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Xalapa por su destacada trayectoria artística, y que ya tiene en su agenda exposiciones en la India, Líbano y Alemania, que fueron pospuestas por la pandemia.

Actualmente vive en la Ciudad de México, y en Xochimilco tiene su estudio en el que pasó la pandemia trabajando en cientos de lienzos de los temas que los obsesionan: la anatomía y movimiento de los animales, el color de los cielos, la atmósfera que rodea a las barcas, y las ciudades que guardan costumbres, personajes e historias interminables.

Pedro Trueba Zepeda, desde muy joven incursionó en el arte y la arquitectura. Estudió Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1994 concluye los estudios y representa con su tesis profesional a su Universidad en la III Muestra Internacional de Arquitectura en Valladolid, España.

Como artista plástico, evolucionó del realismo a la abstracción. Ha expuesto en más de cienocasiones su obra plástica tanto individual como colectivamente en diversos centros culturales, galerías y museos en México.

Internacionalmente ha expuesto en 24 ocasiones: 7 veces en diversas galerías de Nueva York, en la Embajada de México en  Guatemala, en La Antigua Guatemala, en la Embajada de México en Lisboa, Portugal y el Museo Municipal de Faro, Algarve, Portugal, en el Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, en el  Shenkman Arts Centre de Ottawa, Canadá, también en la UNAM Canadá, ubicada en Gattineau y en Montreal; en el Instituto Cervantes de Amman, Jordania, en la Universidad de Tel Aviv, Israel,  en la Fundació Navegació Oceánica de Barcelona, en los Consulados de México en Barcelona y en Miami, en el RIDEA – Oviedo, España, en la Sorbonne Université y la Maison du Mexique, Paris, Francia.Ha realizado más de 9000 obras de arte y publicado 21 libros.

Eduardo Lizalde

Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’, en la casa, la voz de la poesía mexicana que se silenció a los 93 años.

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Por Pilar Jiménez Trejo

 

Lizalde fue uno de los escritores de mayor presencia en la literatura mexicana

Hoy murió el poeta Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’ en la casa, esta voz de la poesía mexicana se silenció a los 93 años. Lizalde fue uno de los escritores y de los poetas de mayor presencia en la literatura mexicana. Su partida duele a México y al mundo literario. «Autor de una obra poética de atroz belleza», como la calificó el escritor Salvador Elizondo. Fue apodado «El Tigre» por la recurrente presencia de ese felino en su obra. Con su libro El tigre en la casa mostró al verdadero poeta que nos acerca a la historia del alma humana.

Fue un hombre de literatura y música, incursionó en el periodismo cultural, y fue un gran conocedor de ópera con una voz grave y fuerte, con la que también llego a cantar; publicó innumerables reseñas particularmente de ópera, de la que fue un ferviente admirador, incluso publicó el libro La ópera hoy, la ópera ayer, la ópera siempre, que forma parte de un importante proyecto para documentar nuestra memoria teatral. La literatura y el ingenio de las palabras fue quizá su más grande pasión como poeta.

La muerte de ‘El tigre’, premio Carlos Fuentes y medalla de oro Bellas Artes, fue confirmada por su hijo en redes sociales

“A todos les comparto una mala noticia. Hoy por la mañana murió mi señor padre. Eduardo Lizalde Chávez”, posteó en su cuenta de Facebook el músico Eduardo Lizalde Farías. “Un poeta magnífico y un pensador esencial”, definió a El Tigre, como era conocido su padre.

“Me queda decir aquí ¡qué viva la vida!”, finalizó Elizalde Farías su breve mensaje.

Eduardo fue hijo del ingeniero Juan Lizalde y de Elena García de la Cadena, quienes procrearon seis hijos uno de los cuales uno de sus hermanos fue el actor Enrique Lizalde; también era primo del cantante Óscar Chávez, fallecido en 2020 a causa del Covid 19. El poeta mexicano aprendió a leer a los cinco años. Empezó con autores como Julio Verne o Emilio Salgari y para los 12 años ya leía a Honoré de Balzac o Émile Zola. Siendo muy joven también aprendió a escribir sonetos con la ayuda de su padre y a los 30 publicó su “primer libro importante”, Cada cosa es Babel. Lizalde decía que “la poesía es la muñeca fea entre las literaturas”.

Lizalde nació en Ciudad de México en 1929. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició junto a Enrique González Rojo y Marco Antonio Montes de Oca un movimiento, el poeticismo, con el que pretendían combatir la imprecisión verbal y conceptual de la poesía. Tiempo después, sin embargo, el poeta criticaría el movimiento en su libro Autobigrafía de un fracaso (1981). En la década de los sesentas, Lizalde fundó con el escritor José Revueltas la Liga Espartaco Leninista, un movimiento político alternativo al Partido Comunista. Poeta, ensayista, narrador y traductor, Lizalde también fue profesor y director de la Biblioteca de México, y hasta director de la Compañía Nacional de Ópera al terminar la década de los 80 —de niño, soñaba con ser músico y egresó de la Escuela Superior de Música del INBAL—. El apodo de Tigre le llegó con la publicación de diferentes obras con referidas al felino que tanto le fascinaba: Memoria del tigre (1983), ¡Tigre, tigre! (1985), La caza del tigre (1998), Otros tigres (1995).

Sus obras más representativas son: El tigre en la casa (1970), La zorra enferma (1974), Caza mayor (1979), Tabernarios y eróticos (1989), Rosas (1994),  Nueva memoria del tigre (2005), entre otras.

Además de sus ensayos y poesía, fue el primer entrevistador de Julio Cortázar en el país, y contribuyó notablemente a la traducción de autores como Shakespeare y William Blake.

La figura del tigre se ha dicho, le llegó a Borges por William Blake y a Lizalde por Rubén Darío, esto puede ser cierto, de Jorge Luis Borges se sabe su gusto por el trocaico tigre que “en las selvas de la noche es un brillo ardiente” y en Lizalde se recuerda su diálogo con Darío en “las fieras se acarician, Rubén, / bajo las vastas selvas primitivas” que nos remiten al poema “Estival”; sin se cree que es del texto “Obra maestra” de Ramón López Velarde que viene su final filiación. Vicente Quirarte apuntó a principios de la década de los noventas sobre la poesía de Eduardo Lizalde: “El tigre es el gran mendigo cósmico, el solterón lopezvelardeano, el de la inaudita belleza que atrae y que repugna”; y en otro momento Ramón Xirau se refiere así a El tigre en la casa: “Nace, ahora cercana a López Velarde —nuevamente punto de partida— “la amada”, pero surge en el “resentimiento” —¿se trata de un re-sentimiento, un nuevo sentir?”.

¿De dónde surge un poeta como  Eduardo Lizalde (México, 14 de julio 1929- 25 de mayo 2022)? Como todo auténtico creador, fundamentalmente de él mismo y sólo de él mismo.
Un escritor de su generación, Salvador Elizondo, escribió acerca de El tigre en la casa: «…todo aquí está investido de una violencia y de un sentimiento nihilista que se expresa por imágenes de una atroz belleza que no tienen, ciertamente, paralelo en la historia de nuestra poesía».
La originalidad de la voz poética de Lizalde —sólo comparable en la poesía mexicana actual, a la de algunos casos más, como Jaime Sabines o Gerardo Deniz— corresponde a la individualidad irreductible de su temperamento, su sensibilidad, su inteligencia, y claro, de su manera personal de asimilar y trascender una formación cultural y vital compleja que va de Dante a Pessoa, de Platón a Wittgenstein, del ajedrez y el dominó a la carpintería, y de la ópera a la vinicultura francesa y las mujeres. (No por casualidad su poesía es tan culta e intelectual como profundamente vital y sensual.) Como lo atestiguan en sus poemas las referencias intratextuales o las citas que van a la cabeza, Lizalde sabe con clara conciencia que la literatura es un diálogo con la tradición literaria universal, un diálogo riguroso sobre los temas de siempre (las palabras y las cosas, el infortunio amoroso, la fatal futilidad de todo lo humano, la muerte individual y de la especie, las miserias morales y los impulsos bajos en general: el rencor y el odio, el placer redentor; en el caso de este poeta), en que se crean las coyunturas estéticas y vivenciales para aportar una intervención original (sea desde el punto de vista del lenguaje o del significado, o sea, del estilo, la forma o del contenido).

Juan Gelman, Hugo Gutiérrez Vega, Rubén Bonifaz Nuño, Eduardo Lizalde y Alí Chumacero. Archivo de Hilda Rivera.

«El reconocimiento de Eduardo Lizalde se dio con El tigre en la casa, convirtiéndolo en el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés: de Rutebeuf y Villon, de Baudelaire y Rimbaud, de Lautréamont y Artadud. De todos, sin duda, su influencia múltiple, su verdadero dios, ha sido, como lo fue para Rimbaud o Nelligan, Charles Baudelaire», escribió el poeta Marco Antonio Campos al reseñar este libro.

Con El tigre en la casa estamos ante el desbordamiento interior de un río: caudal transformador del poeta y al mismo tiempo del lector. Lizalde es sin duda la estalagmita poética en la caverna de los elegidos. Él ha bebido las mismas aguas turbias que Maldoror, las estancadas aguas de Poe o aquellas de sutil perfume en Rilke.  El conjunto de transgresiones gramaticales, poéticas y retóricas de Lizalde lo hacen un poeta eficaz e inigualable. Un lector entrenado reconoce su voz con una muestra pequeña de versos:   ‘‘La perra más inmunda / es noble lirio junto a ella. Las estructuras, relaciones,  sonoridades se revelan en Lizalde con el hilo fino de la ironía, como la repetición llevada a sus últimas consecuencias, como la antítesis de los amantes o con el ritmo, peso y coloratura de la música vocal, se advierte en un análisis del libro en Círculo de Poesía.

El tigre en la casa consta de seis secciones solidarias y dinámicas. En las que se ve esa metamorfosis cuando se consideran las relaciones entre sus secciones, entre el poema y su contexto social, entre la obra y las convenciones poéticas de la tradición lírica mexicana en la segunda mitad del siglo XX.

En su aventura vital y estética, cambian el lenguaje y el tono poéticos, cambian las cosas y motivos de la poesía y Lizalde consuma su poemario más resonante y definitivo, El tigre en la casa (1970). Como escribió Octavio Paz, «Fue el año de su aparición, en el sentido fuerte de la palabra: la aparición de un poeta verdadero tiene algo de milagroso».
Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Todo El tigre en la casa está recorrido por el gran leitmotiv heideggeriano del serpara-la-muerte (Sein-zum-Tode), es decir, por la convicción de que la muerte no es la última escala en el viaje de nuestra vida —como la entendemos de manera cotidiana, vulgar y cobarde— sino la posibilidad más radical de nuestra existencia e inherente a ella en todo momento; un tigre que nos acecha y «desgarra por dentro». Y la muerte es «un enorme gato encerrado/ en todo esto», porque esta posibilidad radical, personal, intransferible y oculta cotidianamente, es terrorífica y misteriosa, es lo desconocido que cae sobre nosotros, como en la selva cotidiana la silueta negra y salvaje de un tigre.

El amor es, pues, en su sustancia más honda, muerte; el sexo es sólo la pequeña muerte; y el hombre: desgarradura, «soltero, huérfano y desgraciado», «tigrillo» devorado poco a poco por el tigre mayor del amor y la pasión inútiles (Sartre), el infortunio y la muerte.
El tigre es la muerte, nuestra muerte individual, pero también la muerte del amor.
Fragmento tomado del Material del Lectura, UNAM, realizado por Luis Ignacio Helguera
Lizalde cuya obra suma medio centenar de títulos, se autodefinía como un “poeta y cazador de tigres, pero solo en los libros”. Consideraba a la poesía como una bomba de tiempo “porque a la larga, los más inéditos y desconocidos autores, si son importantes, sobreviven y pasan a la celebridad”.
Entre los cargos que llegó a ocupar fue la de director de Radio Universidad; secretario general del Consejo Nacional de Cultura y Recreación para los Trabajadores; director general de Medios Audiovisuales de la SEP; subdirector de publicaciones del Conacyt; director general de Televisión de la República Mexicana, de Publicaciones y Medios de la SEP y de la Compañía Nacional de Ópera del INBA, entre otros. Lizalde, que con El tigre en la casa obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia 1970, comenzó a publicar en 1956 con La tierra de Caín, a la que le siguieron La mala hora, Odesa y Cananea, La cámara, Luis Buñuel. Odisea del demoledor y Cada cosa es Babel: poema, entre otros.
Durante el homenaje “Eduardo Lizalde: el tigre en casa”, efectuado por la Biblioteca de México en 2018, en ocasión de sus 90 años, el bardo declaró: “la poesía la leen los poetas (…) el destino de la poesía es ser leída por gente capacitada para leerla; es un instrumento que presenta ciertas dificultades, es producto del manejo de elementos de mucha complejidad y abstracción”.

Más adelante, sobre su propia obra dijo: “he escrito prosa, pero nunca tuvieron mis trabajos prosísticos la aceptación que, por fortuna y suerte, tuvieron mis versos. A veces, en alguna lectura, en alguna biblioteca o en un homenaje latinoamericano, en Colombia, Panamá o Chile, me encuentro con lectores que se saben mi memoria mis poemas de la juventud. Esas cosas ocurren (…) no me puedo quejar de que hayan sido relativamente pocos los lectores de mi obra; creo que son bastantes y soy afortunado por haber producido esta obra”.

Poema: Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses... De: El tigre en la casa
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.
Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho, se desplome.
Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.
Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.
Que tanto y tanto, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.
Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.
Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.