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Sobre 2 ruedas

Períodos de las bicicletas confiadas a la memoria

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

Textos y fotografías: Wilfredo Carrizales

Bicicletas en un callejón de Beijing, la capital de China

Regresaron, allí las vemos en diferentes lugares, lejos del pedaleo. Aguardaban el avance de una señal, el movimiento de una transmisión de pensamiento para ponerse en evidencia y formar parte del cuadro, de la escena acaso fortuita o quizá guiada por una cadena de un azar en desarrollo.

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Si contáramos las prendas de vestir que colgaban, secándose, tal vez habría coincidencia con la cantidad de bicicletas estacionadas, cada una a la espera de su dueño que en ese momento almorzaba o tomaba una siesta. Después cada vehículo de dos ruedas salía y se dirigía por el callejón, ora al este, ora al oeste, según su costumbre. Los que iban hacia el sector oriental recalaban a las puertas del viejo templo taoísta y allí se dedicaban a jugar partida tras partida de ajedrez hasta que el ocaso los convocaba de vuelta a su albergue. Los que se dirigían al sector occidental iban lanzados con el manillar guiándolos a la tertulia de la Torre de la Campana, donde nunca faltaban chismes y noticias curiosas, mientras el vuelo cíclico de las bandadas de palomas ponía una nota no discordante en el ambiente.

Ya en casa, las bicicletas se ordenaban, unas junto a las otras, en dos segmentos, y compartían las experiencias del día y las ilusiones y los sueños que, entre rondas de piñones, se demarraban por las estrechas curvas de los antiguos barrios arbolados.

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Trajeron a las señoras del mercado de fin de semana y al presente las aguardan, restregándose mutuamente. Las dos bicicletas podrían partir solas, pero prefieren estar a la expectativa e imaginarse el recorrido que se forjará dentro de poco.

Primero deambularán, a la escapada, por las más recónditas callejuelas, aquellas que, de modo súbito, te ofrecen jardines adosados a vetustas paredes de ladrillos grises, donde las macetas se apiñan y rivalizan por mostrar sus colecciones de pétalos o donde bambúes enanos se doblan y se yerguen al compás de brisas sin horarios.

Luego vagarán por angostillos en pos de los gatos callejeros más extraordinarios y observarlos tomando el sol, trepados a terrazas o tendidos debajo de gruesos árboles, lamiendo sus heridas y maullando u ocultando las uñas si no hay ratones en las cercanías.

Finalmente cruzarán con ligero pedaleo los antiguos puentes que aún quedan en pie y ofrendarán sus saludos a los animales de piedra que los custodian y habrá tiempo –antes del ocaso- para detenerse en alguna de las pocas casas de té sobrevivientes y disfrutar de las variadas infusiones, mientras se mastican pipas de girasol y se oyen las voces de los mirlos enjaulados.

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Bello Jade, reclinada contra el granado, me ve llegar trepado sobre una bicicleta “hembra” y no sonríe. Me mira con fijeza y es cuando su hermosura resalta hasta turbarme. Mi lente atrapa su querida figura y enseguida me le acerco, le acaricio su oscura cabellera y le doy un beso y el sabor del granate asciende con rapidez a mi cerebro. Compartimos  gajos de sonrisas y ella, con un gesto de una mano, me indica un gran pedazo de papel blanco pegado de la pared, donde esbozó el recorrido que haríamos ese sábado y que en su totalidad sería para nosotros.

Disponemos nuestras respectivas bicicletas y enrumbamos hacia el cercano Altar de la Tierra. Dejamos las bicicletas en la entrada principal, las encadenamos juntas y les proveemos de suficiente agua. Bello Jade entra cantando una tonada tradicional de Hubei, su provincia natal, de la cual sólo puedo disfrutar la suavidad de la rima. A continuación nos ubicamos en el antiguo lugar destinado a las ofrendas a la Tierra y ella posa ante las cabezas de dragón que protegen los accesos al sitio.

Encontramos a las bicicletas algo sudadas, aunque todavía la primavera no ha concluido. Ponemos las proas de nuestros vehículos orientados hacia el sur y acudimos al encuentro con el próximo puente que salva un canal y que nos empuja, con suavidad, hasta el muro largo y violeta del Lamasario de Beijing. Ella desciende de la bicicleta y se pone a caminar, muy despacio, sin quitarme la vista de encima. No pierdo tiempo y la retrato con su falda siendo agitada por una leve brisa. En silencio me lo agradece y en silencio me invita a almorzar en un restaurante cuya especialidad es la carne de ovejo cocida en un caldero con agua hirviente y vegetales.

Ahítos, nos ponemos remolones para el regreso, pero las bicicletas han cumplido su círculo de horas y deben marcharse. Las despedimos y las vemos alejarse entre chirridos y nosotros nos abrazamos y prometemos volver a encontrarnos cuando vuelvan a florecer los granados.

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Cada vez que pasaba por el frente de esa antigua mansión ella estaba allí, solitaria y con la rueda delantera medio sesgada y un brillo tenue en el cubrecadena. Me le acercaba y le oía musitar:

Ayer he pedaleado hasta la Torre del Tambor y he visto a las oropéndolas trasmigrando a través de los tejados cubiertos de pajas, mientras el abuelo del infaltable paraguas se me ha quedado mirando con su cara de inusitado estupor y los triciclos que, sin cesar, llevaban y traían turistas casi me atropellaron…

Hace cinco días atrás me sentí un poco agotada, pero aun así salí a dar una vuelta por el sector más alejado de Houhai y me puse a espiar a los nadadores furtivos en el lago y admiré la magnificencia del suave oleaje y los reflejos infinitos de los sauces llorones sobre el agua un tanto turbia…

La semana anterior me atreví a aventurarme por las orillas húmedas de los canales que han sido habilitados para que vuelvan a surcarlos las barcazas y he conseguido embarrarme las ruedas y, cosa de magia, el lodo se secó de forma extraña y no me hizo descarriar…

Hoy estoy a la espera y anhelo que me empunten hacia el establecimiento donde caigo bajo el poder de los sahumerios y me pronuncio con un timbre que posee  todas las contumacias…

Y de tal guisa ella proseguía su hilera de oraciones y yo me declaraba apto para retirarme y volver.

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…Y después de haber rodado no se sabe cuántos cientos de kilómetros, arriba al muro gris, medianero y poco elocuente, y se le recuesta para escuchar sus cuitas, ¡que son las mismas de todos los muros de esa condición! Mientras tanto, alguien que no se percibe, barre el polvo, los polvos acumulados por las constantes refacciones que van a depositarse dentro de un balde en actitud sumisa.

…Y la bicicleta no ha traído ni agua en su cesta y cuando la sed la acose tendrá que pedalear con rapidez hasta el pozo oculto detrás de la alta pared y al cual no es fácil acceder, a menos que… ¡A menos que se posea un asiento azul que enamore al líquido del aljibe y le haga ondear de emoción!

La atardecida va adquiriendo una coloratura terriza y la bicicleta no quiere jugar en ese terreno y se arriesga a irse sin interponer vanas despedidas, porque su espíritu es portátil y otorga beneficios a quien lo comprenda. Al rato, sólo permanecen los vestigios del tránsito de la bicicleta y un tenue olor a grasa.

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Bicicletas en la calzada, frente a un río que enmudece a destiempo. En el aire, las cometas que han elevado los signos de la trashumancia y el revoloteo. ¿Será posible que en algún momento ellas intercambien sus funciones? ¡Sería fenomenal disfrutar del espectáculo de bicicletas voladoras, penetrando el vacío de modo libérrimo y sin cortapisas!

Empero las bicicletas son seres de la tierra y a ella se amoldan hasta para convertirse en tránsfugas y alcanzar los predios del sueño y la imaginación.

Milagrería repentina: los biciclos transforman su quietud en enlaces rotatorios y se dedican a cascabelear durante horas y horas y a encajar en otro orden derivativo, el mismo que se encanala para que múltiples ruedas surquen los horizontes mediatos y, palmo a palmo, desasirse de las rutinas. ¡Ya no más clausuras ni encierros! ¡La revuelta ha comenzado con inmejorable guía!

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Tembló y se cuarteó el piso. La bicicleta sintió mucho miedo y se replegó, buscando un asidero, un lugar seguro. Continuaron las réplicas del sismo y ella se sintió perdida. Entonces recurrió a sus ingénitas fuerzas y perpetró su audacia y salió con potencia de la callejuela.

El pánico había ganado a la mayoría de las bicicletas que se desplazaban alocadas sin rumbo ni destino. “Nuestro” vehículo de ruedas deslumbrantes, puro flujo magnético, se sobrepuso al miedo y reluchó y como un artista del equilibrio, atravesó vías zambullidas en el marasmo, planchadas tirando a desaparecer, aberturas que hacían perder los estribos y tentar el acabose.

A medianoche, exhausta, pero optimista, ella alcanzó su refugio en las afueras de la ciudad. El firmamento estaba teñido de púrpura y se oían lamentos por doquier. Reposó y no tuvo pesadillas y su manillar se orientó hacia los reconstruidos momentos venideros y una melodía le brotó, masiva, desde el interior de su estructura que no conocía desfallecimientos y sí sunchos de firmeza.

Eduardo Lizalde

Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’, en la casa, la voz de la poesía mexicana que se silenció a los 93 años.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

Por Pilar Jiménez Trejo

 

Lizalde fue uno de los escritores de mayor presencia en la literatura mexicana

Hoy murió el poeta Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’ en la casa, esta voz de la poesía mexicana se silenció a los 93 años. Lizalde fue uno de los escritores y de los poetas de mayor presencia en la literatura mexicana. Su partida duele a México y al mundo literario. «Autor de una obra poética de atroz belleza», como la calificó el escritor Salvador Elizondo. Fue apodado «El Tigre» por la recurrente presencia de ese felino en su obra. Con su libro El tigre en la casa mostró al verdadero poeta que nos acerca a la historia del alma humana.

Fue un hombre de literatura y música, incursionó en el periodismo cultural, y fue un gran conocedor de ópera con una voz grave y fuerte, con la que también llego a cantar; publicó innumerables reseñas particularmente de ópera, de la que fue un ferviente admirador, incluso publicó el libro La ópera hoy, la ópera ayer, la ópera siempre, que forma parte de un importante proyecto para documentar nuestra memoria teatral. La literatura y el ingenio de las palabras fue quizá su más grande pasión como poeta.

La muerte de ‘El tigre’, premio Carlos Fuentes y medalla de oro Bellas Artes, fue confirmada por su hijo en redes sociales

“A todos les comparto una mala noticia. Hoy por la mañana murió mi señor padre. Eduardo Lizalde Chávez”, posteó en su cuenta de Facebook el músico Eduardo Lizalde Farías. “Un poeta magnífico y un pensador esencial”, definió a El Tigre, como era conocido su padre.

“Me queda decir aquí ¡qué viva la vida!”, finalizó Elizalde Farías su breve mensaje.

Eduardo fue hijo del ingeniero Juan Lizalde y de Elena García de la Cadena, quienes procrearon seis hijos uno de los cuales uno de sus hermanos fue el actor Enrique Lizalde; también era primo del cantante Óscar Chávez, fallecido en 2020 a causa del Covid 19. El poeta mexicano aprendió a leer a los cinco años. Empezó con autores como Julio Verne o Emilio Salgari y para los 12 años ya leía a Honoré de Balzac o Émile Zola. Siendo muy joven también aprendió a escribir sonetos con la ayuda de su padre y a los 30 publicó su “primer libro importante”, Cada cosa es Babel. Lizalde decía que “la poesía es la muñeca fea entre las literaturas”.

Lizalde nació en Ciudad de México en 1929. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició junto a Enrique González Rojo y Marco Antonio Montes de Oca un movimiento, el poeticismo, con el que pretendían combatir la imprecisión verbal y conceptual de la poesía. Tiempo después, sin embargo, el poeta criticaría el movimiento en su libro Autobigrafía de un fracaso (1981). En la década de los sesentas, Lizalde fundó con el escritor José Revueltas la Liga Espartaco Leninista, un movimiento político alternativo al Partido Comunista. Poeta, ensayista, narrador y traductor, Lizalde también fue profesor y director de la Biblioteca de México, y hasta director de la Compañía Nacional de Ópera al terminar la década de los 80 —de niño, soñaba con ser músico y egresó de la Escuela Superior de Música del INBAL—. El apodo de Tigre le llegó con la publicación de diferentes obras con referidas al felino que tanto le fascinaba: Memoria del tigre (1983), ¡Tigre, tigre! (1985), La caza del tigre (1998), Otros tigres (1995).

Sus obras más representativas son: El tigre en la casa (1970), La zorra enferma (1974), Caza mayor (1979), Tabernarios y eróticos (1989), Rosas (1994),  Nueva memoria del tigre (2005), entre otras.

Además de sus ensayos y poesía, fue el primer entrevistador de Julio Cortázar en el país, y contribuyó notablemente a la traducción de autores como Shakespeare y William Blake.

La figura del tigre se ha dicho, le llegó a Borges por William Blake y a Lizalde por Rubén Darío, esto puede ser cierto, de Jorge Luis Borges se sabe su gusto por el trocaico tigre que “en las selvas de la noche es un brillo ardiente” y en Lizalde se recuerda su diálogo con Darío en “las fieras se acarician, Rubén, / bajo las vastas selvas primitivas” que nos remiten al poema “Estival”; sin se cree que es del texto “Obra maestra” de Ramón López Velarde que viene su final filiación. Vicente Quirarte apuntó a principios de la década de los noventas sobre la poesía de Eduardo Lizalde: “El tigre es el gran mendigo cósmico, el solterón lopezvelardeano, el de la inaudita belleza que atrae y que repugna”; y en otro momento Ramón Xirau se refiere así a El tigre en la casa: “Nace, ahora cercana a López Velarde —nuevamente punto de partida— “la amada”, pero surge en el “resentimiento” —¿se trata de un re-sentimiento, un nuevo sentir?”.

¿De dónde surge un poeta como  Eduardo Lizalde (México, 14 de julio 1929- 25 de mayo 2022)? Como todo auténtico creador, fundamentalmente de él mismo y sólo de él mismo.
Un escritor de su generación, Salvador Elizondo, escribió acerca de El tigre en la casa: «…todo aquí está investido de una violencia y de un sentimiento nihilista que se expresa por imágenes de una atroz belleza que no tienen, ciertamente, paralelo en la historia de nuestra poesía».
La originalidad de la voz poética de Lizalde —sólo comparable en la poesía mexicana actual, a la de algunos casos más, como Jaime Sabines o Gerardo Deniz— corresponde a la individualidad irreductible de su temperamento, su sensibilidad, su inteligencia, y claro, de su manera personal de asimilar y trascender una formación cultural y vital compleja que va de Dante a Pessoa, de Platón a Wittgenstein, del ajedrez y el dominó a la carpintería, y de la ópera a la vinicultura francesa y las mujeres. (No por casualidad su poesía es tan culta e intelectual como profundamente vital y sensual.) Como lo atestiguan en sus poemas las referencias intratextuales o las citas que van a la cabeza, Lizalde sabe con clara conciencia que la literatura es un diálogo con la tradición literaria universal, un diálogo riguroso sobre los temas de siempre (las palabras y las cosas, el infortunio amoroso, la fatal futilidad de todo lo humano, la muerte individual y de la especie, las miserias morales y los impulsos bajos en general: el rencor y el odio, el placer redentor; en el caso de este poeta), en que se crean las coyunturas estéticas y vivenciales para aportar una intervención original (sea desde el punto de vista del lenguaje o del significado, o sea, del estilo, la forma o del contenido).

Juan Gelman, Hugo Gutiérrez Vega, Rubén Bonifaz Nuño, Eduardo Lizalde y Alí Chumacero. Archivo de Hilda Rivera.

«El reconocimiento de Eduardo Lizalde se dio con El tigre en la casa, convirtiéndolo en el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés: de Rutebeuf y Villon, de Baudelaire y Rimbaud, de Lautréamont y Artadud. De todos, sin duda, su influencia múltiple, su verdadero dios, ha sido, como lo fue para Rimbaud o Nelligan, Charles Baudelaire», escribió el poeta Marco Antonio Campos al reseñar este libro.

Con El tigre en la casa estamos ante el desbordamiento interior de un río: caudal transformador del poeta y al mismo tiempo del lector. Lizalde es sin duda la estalagmita poética en la caverna de los elegidos. Él ha bebido las mismas aguas turbias que Maldoror, las estancadas aguas de Poe o aquellas de sutil perfume en Rilke.  El conjunto de transgresiones gramaticales, poéticas y retóricas de Lizalde lo hacen un poeta eficaz e inigualable. Un lector entrenado reconoce su voz con una muestra pequeña de versos:   ‘‘La perra más inmunda / es noble lirio junto a ella. Las estructuras, relaciones,  sonoridades se revelan en Lizalde con el hilo fino de la ironía, como la repetición llevada a sus últimas consecuencias, como la antítesis de los amantes o con el ritmo, peso y coloratura de la música vocal, se advierte en un análisis del libro en Círculo de Poesía.

El tigre en la casa consta de seis secciones solidarias y dinámicas. En las que se ve esa metamorfosis cuando se consideran las relaciones entre sus secciones, entre el poema y su contexto social, entre la obra y las convenciones poéticas de la tradición lírica mexicana en la segunda mitad del siglo XX.

En su aventura vital y estética, cambian el lenguaje y el tono poéticos, cambian las cosas y motivos de la poesía y Lizalde consuma su poemario más resonante y definitivo, El tigre en la casa (1970). Como escribió Octavio Paz, «Fue el año de su aparición, en el sentido fuerte de la palabra: la aparición de un poeta verdadero tiene algo de milagroso».
Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Todo El tigre en la casa está recorrido por el gran leitmotiv heideggeriano del serpara-la-muerte (Sein-zum-Tode), es decir, por la convicción de que la muerte no es la última escala en el viaje de nuestra vida —como la entendemos de manera cotidiana, vulgar y cobarde— sino la posibilidad más radical de nuestra existencia e inherente a ella en todo momento; un tigre que nos acecha y «desgarra por dentro». Y la muerte es «un enorme gato encerrado/ en todo esto», porque esta posibilidad radical, personal, intransferible y oculta cotidianamente, es terrorífica y misteriosa, es lo desconocido que cae sobre nosotros, como en la selva cotidiana la silueta negra y salvaje de un tigre.

El amor es, pues, en su sustancia más honda, muerte; el sexo es sólo la pequeña muerte; y el hombre: desgarradura, «soltero, huérfano y desgraciado», «tigrillo» devorado poco a poco por el tigre mayor del amor y la pasión inútiles (Sartre), el infortunio y la muerte.
El tigre es la muerte, nuestra muerte individual, pero también la muerte del amor.
Fragmento tomado del Material del Lectura, UNAM, realizado por Luis Ignacio Helguera
Lizalde cuya obra suma medio centenar de títulos, se autodefinía como un “poeta y cazador de tigres, pero solo en los libros”. Consideraba a la poesía como una bomba de tiempo “porque a la larga, los más inéditos y desconocidos autores, si son importantes, sobreviven y pasan a la celebridad”.
Entre los cargos que llegó a ocupar fue la de director de Radio Universidad; secretario general del Consejo Nacional de Cultura y Recreación para los Trabajadores; director general de Medios Audiovisuales de la SEP; subdirector de publicaciones del Conacyt; director general de Televisión de la República Mexicana, de Publicaciones y Medios de la SEP y de la Compañía Nacional de Ópera del INBA, entre otros. Lizalde, que con El tigre en la casa obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia 1970, comenzó a publicar en 1956 con La tierra de Caín, a la que le siguieron La mala hora, Odesa y Cananea, La cámara, Luis Buñuel. Odisea del demoledor y Cada cosa es Babel: poema, entre otros.
Durante el homenaje “Eduardo Lizalde: el tigre en casa”, efectuado por la Biblioteca de México en 2018, en ocasión de sus 90 años, el bardo declaró: “la poesía la leen los poetas (…) el destino de la poesía es ser leída por gente capacitada para leerla; es un instrumento que presenta ciertas dificultades, es producto del manejo de elementos de mucha complejidad y abstracción”.

Más adelante, sobre su propia obra dijo: “he escrito prosa, pero nunca tuvieron mis trabajos prosísticos la aceptación que, por fortuna y suerte, tuvieron mis versos. A veces, en alguna lectura, en alguna biblioteca o en un homenaje latinoamericano, en Colombia, Panamá o Chile, me encuentro con lectores que se saben mi memoria mis poemas de la juventud. Esas cosas ocurren (…) no me puedo quejar de que hayan sido relativamente pocos los lectores de mi obra; creo que son bastantes y soy afortunado por haber producido esta obra”.

Poema: Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses... De: El tigre en la casa
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.
Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho, se desplome.
Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.
Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.
Que tanto y tanto, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.
Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.
Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.

Derrocar al sistema a través del teatro, la propuesta de Baile, amor y muerte en las noches de Mexicú

By Sobre 2 ruedasNo Comments

El Centro Nacional de las Artes (CENART), institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, recibe a la compañía teatral Un colectivo de duendes con la obra Baile, amor y muerte en las noches de Mexicú, dirección y dramaturgia de Erwin Veytia sobre el libro El Maestro y Margarita del escritor ruso Mijaíl Bulgákov.

Se trata de una aventura fantástica situada en la ciudad imaginaria de Mexicú, donde el diablo y su orquesta visitan la urbe y se disponen a cerrar el carnaval para coronar a la reina del infierno. Unos amantes, un dramaturgo frustrado y una mujer liberada se ven involucrados en un complot anarquista para derrocar al sistema a través del teatro, refrendando que el amor es más fuerte que la muerte.

Mijaíl Bulgákov escribió, entre 1928 y 1940, la que ha sido considerada la novela suprema de la literatura rusa del siglo XX: El Maestro y Margarita, publicada de manera incompleta en 1967. Erwin Veytia, actor, docente, investigador y director egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral y de la London Academy of Music and Dramatic Art., toma como base ese texto para crear una estrambótica obra que tiene lugar a la mitad de la distancia entre México y Moscú: Mexicú.

Un colectivo de duendes es un grupo de creadores escénicos que trabaja en hacer teatro desde la horizontalidad, con el compromiso de desarrollar sus propias capacidades como interpretes en cada montaje a través del entrenamiento de sus habilidades, así como el desarrollo del arte escénico en México, buscando nuevas maneras de gestar, producir, investigar y representar espectáculos teatrales que respondan al mundo en que vivimos.

En esta obra participan con sus actuaciones Alex Gesso, Daniela de los Ríos, Roám León Olvera, Marya Sotelo, Nora del Cueto, Adela Ibarra, Emmanuel Pavía, David Zambrano, Alexis Briseño Jaramillo, Alfonso Domingo, Alberto Eliseo y Erwin Veytia.

Baile, amor y muerte en las noches de Mexicú es un proyecto apoyado por la Secretaría de Cultura, a través del CENART y del proyecto prioritario Chapultepec, Naturaleza y Cultura, por medio de la Convocatoria PADID 2021.

Las funciones se llevarán a cabo del 14 al 29 de mayo, los sábados y domingos, a las 17:00 horas, en la Plaza de la Danza del CENART. La entrada es libre y el cupo está limitado a 250 personas.

Liliths de mayo. Invitadas del Paraíso

By Sobre 2 ruedas

Por Pilar Trejo

Exposición colectiva

La galería La Mercantil invita a esta exposición en la que participan mujeres artistas con el propósito de mostrar que el 10 de mayo tiene una mirada distinta, y que ser madre es un acto de total libertad, no un deber biológico y social, si no uno más de los muchos roles femeninos.

Ser mujer no es sinónimo de ser madre. Ser mujer es mucho más que procrear, se puede igualmente dar a luz con frutos sublimes y valiosos en muchas otras áreas de la vida como las obras de arte que veremos de estas mujeres que en pleno el siglo XXI siguen evocando a la mítica Lilith —que los sumerios esculpieron desde el 2000 años a.c.—; esa imagen que en la tradición judaica tomó para representar a la primera esposa de Adán, creada por Dios a partir del barro, como él y no de su costilla, y quien se niega a que su destino sea estar debajo de Adán, por eso decide marcharse del Edén y ser libre.

Sin embargo en México, a diferencia de algunos países desarrollados donde ambos padres comparten por igual los deberes de la crianza, en México todavía se considera a la maternidad como una obligación para la cuál la mujer fue creada y es la encargada de todos los deberes que esta implica. En nuestro país cientos de mujeres que son madres deben realizar una doble jornada: trabajar fuera de casa y encargarse de la crianza.

La mirada de estas obras no busca ser una crítica a quienes deciden por la maternidad, sino una expresión para mostrar que la desigualdad de género, por lo menos en nuestra sociedad, sigue presente en la familia, la sexualidad, el trabajo, la política, la religión e incluso el arte.

Las mujeres actuales ya no son el mito de la madre «santa» y «abnegada». Sus intereses son mayores que la mera maternidad y ahora quieren, en el mismo rango, tener logros académicos, laborales, viajar, elegir distintas parejas o disfrutar de su soltería.

Se trata de una especie de conversación como un diálogo de sonoridad y de alianza que lleve a concientizar la imperiosa necesidad de crear una sociedad en la que el espiral machista cesen se cobrarse la vida de 11 mujeres al día y los atroces feminicidios dejen de ser la indignantes noticia cotidiana en México.

La técnica de las obras será libre: pintura, fotografía, acuarela, litorgrafía, etcétera. Participan: Magali Ávila, Chica Ayala, Ana Fuentes, Vanesa García Lembo, Pilar Goutas, Christa Klinckwort, Alina López Cámara, Cecilia Rodarte Nunik Sauret, Mariana Yazbek, Teresa Zimbrón.

La inauguración es el jueves 5 de mayo a las 18 horas en Fernández Leal 107, colonia La Concepción en Coyoacán.

. La entrada es libre, y la exposición estará abierta hasta el 28 de mayo, y puede visitarse de lunes a domingo de 10 a 18 horas.

La galería La Mercantil de Diseño ha preparado la exposición “Liliths de mayo. Invitadas del paraíso”, en la que solamente participan artistas mujeres, con motivo del 10 de mayo, intentando darle una mirada distinta a este día en el sentido de que ser madre es un acto de total libertad y no un deber biológico y social, si no uno más de los muchos roles femeninos.

Que la maternidad sea vista como un deber y una misión de la mujer es una creencia religiosa y una presión social que va perdiendo sentido, cada vez la maternidad es una opción para las mujeres, libre de clichés y romanticismo u obligaciones, y lejos de esa idea que caracterizaba hasta hace muy pocos años la vigencia del mito de la madre «santa» y «abnegada».

Si tener un hijo es un derecho y una opción, el interrumpir el embarazo también tendría que serlo; lo mismo que dar voz a las mujeres que han «elegido» voluntariamente no ser madres, y que han tomado también ese derecho como parte central del impulso del movimiento feminista, al decidir libremente ejercer su sexualidad.

A diferencia, de algunos países desarrollados donde ambos padres comparten por igual los deberes de la crianza, en México todavía se considera a la maternidad como una obligación para la cuál la mujer fue creada y es la encargada de todos los deberes que esta implica. En México cientos de mujeres que son madres deben realizar una doble jornada: trabajar y ser mamás. Un país en el que el patriarcado sigue imperando y los feminicidios se incrementan, de enero a marzo de 2022 se registraron 229 presuntos feminicidios en el país, la cifra oficial de feminicidios —que se define como el «asesinato intencional de mujeres por ser mujeres»— no ha dejado de crecer desde 2015.

Sin embargo, son mayores los intereses de las mujeres y la maternidad va quedando, incluso, en un último plano, y ya no pueden ser juzgadas o tachada de egoísta solo porque no quieran convertirse en madres, y sí tener logros académicos, laborales, viajar, elegir distintas parejas o disfrutar de su soledad.

La maternidad es una decisión importante porque implica para la mujer un cambio de vida, pero también un significativo cambio físico; el embarazo, el parto o la lactancia dejan una huella en el cuerpo de la mujer; se caracteriza por explosiones extremas de hormonas sexuales e involucra cambios drásticos, incluso algunos estudios ha mostrado una reducción sustancial en el volumen de materia gris en el cerebro de algunas madres primerizas.

Ser mujer no es sinónimo de ser madre. Ser mujer es mucho más que procrear, por eso, aún si decidimos no hacerlo, podemos igualmente dar a luz, dar frutos sublimes y valiosos en muchas otras áreas de la vida. La sociedad esta urgida de mejores profesionistas donde los derechos civiles y políticos de las mujeres y los hombres sean igualmente respetados y protegidos.

Una proyección sobre la belleza

Nosotras somos el tiempo. Una proyección sobre la belleza

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Por Pilar Jiménez Trejo

Una proyección sobre la belleza

Una proyección sobre la belleza

*El sábado 30 de abril y el viernes 6 de mayo a las 8:30 pm la compañía Pentimento proyectará en la Explanada del Centro de Cultura Digital el video performático que cuestiona la belleza femenina Nosotras somos el tiempo.

Nosotras somos el tiempo es una pieza documental de la creadora escénica Isabel Toledo que muestra el material de archivo de seis mujeres habitantes de la Ciudad de México, las cuales entrelazan sus relatos corporales y abren espacio para otras corporalidades.

La proyección, desde la intervención callejera y el lenguaje audiovisual elabora la reapropiación del concepto de belleza que hasta ahora se ha impuesto; construye un espacio de resistencia, creando puentes con otras mujeres, transeúntes y ciudadanas, además de mostrar otras maneras de habitar la ciudad y recuperar algo aún negado para las mujeres: el goce de las calles en colectividad.

Nosotras somos el tiempo propone un juego de capas a partir de la relación que se establece con la cámara y el registro y cómo cambia la relación con la cámara cuando es otra persona quien pone la mirada sobre una. El cuerpo más representado en la publicidad y en las redes sociales es el de las mujeres, ¿cómo podemos construir una relación distinta con la acción de registrar nuestros cuerpos?

Proyectar en los muros de la ciudad abre espacios de representación para otras corporalidades: cuerpos disidentes que se escapan de la norma, llenos de historias, cicatrices y vivencias. Les interesa pensar que sacar al espacio urbano estos materiales que forman parte de si configuración íntima creará puentes con otras mujeres, transeúntes y ciudadanas, que se reconocerán en su piel. Crear otras maneras de habitar juntas la ciudad les parece fundamental, urgente y necesario.

En Nosotras somos el tiempo, busca recuperar lo que a las mujeres les ha sido negado: el presente de sus cuerpos y el disfrute de sus calles en colectividad.

 

Dirección y fotografía: Isabel Toledo, Diseño de multimedia: Miriam Romero, Producción ejecutiva: Ximena Sánchez de la Cruz, Gestión: Isabel Toledo, Asistencia de producción: Lourdes Zamo

ra Urbán, Producción audiovisual: Jessica Calderón de la Barca, Asistencia de dirección: Daniela Miranda, Edición: Un poco de utopía

Performers: Karen Basurto, Edurne Goded, Daniela Luque, Michelle Menéndez, Tae Solana y Mirel Yolotzin.

Una producción de Pentimento en colaboración con Un poco de utopía.

Micrositio del proyecto, Centro de Cultura Digital

https://centroculturadigital.mx/actividad/Nosotras-somo-el-tiempo-l74vBA95D

Sitio web de Pentimento
http://www.pentimentoteatro.com/

 

Pentimento

Compañía mexicana de teatro performático fundada en el 2013 y dirigida por Isabel Toledo. La búsqueda por abrir vías de comunicación entre desconocidxs a través del teatro las lleva a desarrollar dispositivos escénicos íntimos en los que lxs espectadorxs participan en la construcción de la pieza. Las integrantes de la compañía estudiaron en el CUT de la UNAM y el posgrado en Artes Performáticas de la UNA en Buenos Aires, Argentina.

En sus casi 10 años de trayectoria han sido beneficiarias del FONCA y participado en festivales y residencias internacionales en México, Suiza, Bélgica y Estados Unidos. Participaron en el Programa México: Encuentro de las Artes Escénicas 2018, en la 39 Muestra Nacional de Teatro (México), en Teatro UNAM, en la Cátedra Bergman (UNAM, México) y el Festival Internacional Cervantino (México). Desde su creación han realizado ocho piezas performáticas en México y en Buenos Aires.

Recientemente presentaron su último proyecto Cartas sonoras para cuerpos celestes en el Museo MET de Nueva York.


Isabel Toledo
Dirección, fotografía y gestión de Nosotras somos el tiempo
Feminista, actriz, directora escénica y gestora cultural. Egresada del CUT de la UNAM y tesista de la Maestría en Teatro y Artes Performáticas de la UNA, Buenos Aires. Desarrolla su trabajo escénico en el marco de la compañía Pentimento, de la cual es directora desde el año 2013. Su trabajo como directora se ha presentado en Teatro UNAM, el Museo Universitario del Chopo, la Muestra Nacional de Teatro, ENARTES y el Festival Internacional Cervantino. Ha participado en residencias y festivales internacionales en México, Suiza, Bélgica y Estados Unidos. En 2014 fue beneficiaria del Programa Creadores Escénicos del FONCA y en dos ocasiones, en el 2017 y en el 2021, del Programa Jóvenes Creadores del FONCA. Es co fundadora de Las Desconocidas y del Centro de Cinematografía y Actuación Dolores del Río A.C. con sede en la ciudad de Durango. Actualmente continúa consolidando a Pentimento como iniciativa cultural en el Programa de Acompañamiento Piso 16 de la UNAM.

TV UNAM estrena la serie documental La creación de Pola Weiss

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Redacción/Cultura en Bicicleta

  • Del lunes 2 al jueves 5 de mayo, a las 22:00 horas, TV UNAM transmite la serie documental La creación de Pola Weiss, pionera del videoarte y la videodanza en México
  • Cuatro capítulos sobre su vida, contada a través de textos, dibujos, cartas y fotos que conforman su archivo personal y revelan la gran importancia y vigencia de su obra y legadoPola Weiss (Ciudad de México, 3 de mayo 1947 – 6 de mayo 1990), fue una productora independiente de televisión que estudió la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

Pola Weiss (Ciudad de México, 3 de mayo 1947 – 6 de mayo 1990), fue una productora independiente de televisión que estudió la carrera de Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde fue la primera persona en titularse con una pieza de videoarte. Antes de morir dejó escrito en su testamento que su obra debía ser resguardada por TV UNAM, en cuya videoteca se preserva en las condiciones adecuadas.

Para conmemorar los 75 años del nacimiento y 32 del fallecimiento de Pola Weiss, pionera del videoarte y la videodanza en México, TV UNAM estrena la serie documental La creación de Pola Weiss, de Alejandra Arrieta, con la producción y edición de Sabino Alva Pulido que se transmitirá del lunes 2 al jueves 5 de mayo, a las 22:00 horas. Consta de cuatro capítulos que se realizaron con la colaboración de TV UNAM, quien apoyó en la digitalización del material; el FONCA (Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales); Arcadia –Muestra Internacional de Cine Rescatado y Restaurado y el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

Pola Weiss fue una artista visionaria que anticipó muchas preocupaciones estéticas del siglo XX. Su obra, en su mayoría, es autobiográfica, lo que conlleva la necesidad de comprenderla a través del conocimiento de su vida, a lo que responde esta serie documental a través de una investigación mucho más extensa que cualquier otro proyecto previo. Los capítulos se enfocan en los aspectos más importantes de su producción artística: la subversión del medio televisivo, la integración de la cámara al cuerpo y la relación entre el cuerpo femenino y el espacio urbano.

La serie inicia con el capítulo La flor cósmica, donde se realiza una introducción a la vida de Pola Weiss, que explica cómo decidió convertirse en la primera teleasta de México. Además de presentar su primer video, Flor cósmica (1977), se analiza la relación entre arte y televisión y se contextualiza la obra de Weiss a nivel nacional e internacional, con testimonios de Humberto Terán, Alberto Robles, Edna Torres Ramos, Fernando Llanos, Gabriela Aceves, Haydé Lachino, Lucitzel y Sol Henaro.

En el segundo capítulo, que se transmite el 3 de mayo, Se papalotl (una mariposa), se presenta el trabajo de videodanza en la obra de Pola Weiss, a través de tres videos: Papalotl (1979), Cuilapam de Guerrero (1979) y Xochimilco (1979), con testimonios de Edna Torres Ramos, Fernando Llanos, Lucitzel, Rosa Martha Fernández, Haydé Lachino, Sol Henaro, Cuauhtémoc Medina, Gabriela Aceves y Mónica Mayer.

El tercer capítulo, que se transmite el 4 de mayo, Ciudad-Mujer, muestra la influencia de la Ciudad de México en la obra y vida de Weiss, dirigiendo su producción artística hacia reflexiones de identidad y género con el lema feminista: “lo personal es político”. Durante el episodio se analizan los videos Somos mujeres (1978) y Ciudad-Mujer-Ciudad (1979) con testimonios de: Haydé Lachino, Mónica Mayer, Edna Torres Ramos, Gabriela Aceves y Aline Hernández.

La serie finaliza el 5 de mayo con la transmisión del capítulo Mi corazón, que muestra y analiza la obra cumbre de Weiss: Mi ojo es mi corazón (1986), con testimonios de Edna Torres Ramos, Fernando Llanos, Lucitzel, Rosa Martha Fernández, Haydé Lachino, Sol Henaro, Cuauhtémoc Medina, Gabriela Aceves y Mónica Mayer.

La realizadora, Alejandra Arrieta, es documentalista, escritora, curadora y académica interesada en la imagen en movimiento como una expresión teórica, artística y filosófica. Es maestra en artes con especialidad en Estudios de Cine y Pantalla por Goldsmiths, University of London. Y el productor, Sabino Alva Pulido, es egresado de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas y especializado en el largometraje documental biográfico. Ha editado la vida y obra de Fernando del Paso para Canal Once; Miguel Contreras Torres, con el documental ganador del LASA film festival 2016; La historia negra del cine mexicano, y la vida de la cantante Rita Guerrero en Rita, el documental (2019)nominado al premio Ariel, entre otros trabajos.

No te pierdas el estreno de la serie documental La creación de Pola Weiss, del lunes 2 al jueves 5 de mayo, a las 22:00 horas, un homenaje a la artista, pionera del video en México, la autodenominada teleasta.

El Centro Nacional de las Artes invita a la Celebración del Día del Niño

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Redacción/Cultura en Bicicleta.

 

El 30 de abril, el Teatro Raúl Flores Canelo, la Plaza de las Artes, el Pabellón Circense y las Áreas Verdes serán escenarios de espectáculos infantiles

Música, danza, teatro, un taller y la transmisión en línea de las obras Sueños de PimpolinaSerenata excéntrica y The Super Special Disability Roadshow, conforman la oferta artística para toda la familia. Algunas actividades tendrán costo de entrada, pero otras se llevarán a cabo con entrada libre para que nadie se quede sin disfrutar de este día tan especial para la infancia.

El Teatro Raúl Flores Canelo será escenario de las actividades con costo, $100 pesos cada obra, iniciando a las 12:30 horas con Cuéntamelo bailando, Pedro, con la Compañía Ballet Coliseo, dirección artística y coreografía de Sofía Alcaraz. Esta obra narra, a través de los roles de la música y la danza, la historia de Pedro, un joven ruso que vive con su abuelo en lo profundo de un hermoso bosque. Un día, al salir Pedro de su casa, seguido por los animalitos que con él habitan, comienza una épica aventura en la que tendrán que huir de inesperados peligros y aprender a ser un equipo. El valor de la amistad será su principal apoyo para salir adelante.

A las 15:30 horas, la compañía Punt0Cero presentará Lula la libélula, bajo la dirección de Lía Viridiana Domínguez. Aquí se cuenta la historia de una libélula que por accidente pierde su capacidad de volar. ¿Cómo hará para recuperar su vuelo y libertad? Sus ganas de seguir adelante y su facilidad para hacer amigos la llevan a vivir aventuras a través de lo desconocido; el subsuelo y sus habitantes le enseñarán cosas nunca vistas y sorprendentes. ¿Qué le esperará? Quizá encontrará obstáculos o música, seres insospechados o peligros, saberes nuevos o situaciones retadoras, diversión o caminos extraños. Sólo adentrándose en el camino de baile, canto, emociones, descubrimientos y diversión que recorre nuestra libélula amiga podrán saberlo.

De tin marín de do pingüé es una producción Rojo-Danza Arte Escénico, bajo la dirección de Jerika Brito, que se presentará a las 16:30 horas en el Teatro Raúl Flores Canelo. Esta puesta en escena es una aventura multidisciplinaria e interactiva, un acercamiento sensible a las emociones de niños, jóvenes y adultos a través de las palabras, imagen, movimiento y sonido. Es un viaje a través del juego haciendo uso de nuestro recurso más efectivo: la imaginación.

A las 18:00 horas cierra la programación en ese foro con Gallo verde copetón, una coreografía de Irene Martínez, con la música original de Leika Mochán. Presentada por la compañía Mandinga Mar, esta propuesta se presenta como danza participativa a partir de la pintura juguetona e intensamente vital del pintor tapatío Chucho Reyes (1880–1977). “Caminamos, saltamos, sonamos, exprimimos, cantamos, soltamos y giramos para escuchar a las niñas y los niños reverenciando con todo nuestro corazón su ingenio, sinceridad y frescura. Agradecemos profundamente las bondades del arte en momentos de fragilidad. ¿Jugamos?”.

Como parte del Festival reVuelo, la Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil Alas y Raíces presentará en el Cenart tres actividades de entrada libre. En la Plaza de las Artes, a las 12:00 horas, estará la Orquesta Basura en concierto, una agrupación muy peculiar que ofrecerá un repertorio ecléctico e hilarante con instrumentos informales hechos de basura. ¿Te gustaría conocerlos?

En el mismo escenario, pero a las 17:00 horas, la compañía La Vereda Teatro presentará el espectáculo Cuentos de boca en boca, en el que conocerás a los extraños Duendes mariachis de los Altos de Jalisco, que rondan a las niñas y los niños cuando se quedan solos; al travieso Tío conejo que brincotea por Veracruz haciéndole travesuras a todo el que se deja. Éstos y otros cuentos encontrarás en esta vereda llena de historias.

En las Áreas Verdes del Cenart, los narradores Zandy Nova y Erick Guerrero presentarán Cuentos de Xi’paal, historias donde un colibrí, un gato, una abeja, una actriz y un músico se reúnen para jugar con las palabras, los sonidos, los silencios y las canciones. Todo el mundo, todas las especies caben en las historias que habitan en una maleta color carmesí. La cita es a las 13:00 horas.

El taller Presencias inesperadas de Leonora Carrington, impartido por Sofía Orduña Cámara, invita a niñas y niños de entre 6 y 12 años a participar en una serie de dinámicas corporales divertidas y realizadas al aire libre, al tiempo que conocen y reproducen algunas de las imágenes fantásticas de la obra de la artista Leonora Carrington, a propósito del 105 aniversario de su nacimiento. Se ofrecen dos sesiones por día, a las 13:00 y 14:00 horas y se reciben a 15 personas por sesión. La cita es en el Pabellón Circense y la entrada es libre.

La programación en línea se podrá seguir a través de la plataforma interfaz.cenart.gob.mx, a partir de las 13:30 horas, con la transmisión de la obra Serenata excéntrica, el nuevo espectáculo de La Gan Pompa conformado por una serie de actos cómicos, musicales y destrezas circenses que divertirán a toda la familia. A las 17:00 horas se transmitirá Sueños de Pimpolina, una propuesta escénica en la que confluyen la pantomima blanca, la técnica del clown y la comedia física, de la autoría y dirección de Andrea Christiansen. Esta obra parte de una rutina tradicional de circo para entretejer una historia que nos habla de temas de gran actualidad: la violencia de género, el autoritarismo y la arbitrariedad, la libertad y el derecho a soñar.

Para quienes están interesados en conocer cómo las personas con discapacidad enfrentan esa condición, el Cenart, en colaboración con el British Council México, transmitirá en línea la obra The Super Special Disability Roadshow. ¿Cómo es ser una persona con discapacidad? Descúbrelo en esta obra basada en las historias de niñas, niños y adultos con discapacidad. Claro, con el humor y el corazón que caracterizan a las obras de Birds of Paradise Theatre, compañía de Glasgow, Escocia, enfocada en el reconocimiento a los artistas con discapacidad. La cita es el sábado 30 de abril, a las 18:30 horas, a través de interfaz.cenart.gob.mx.

El Museo del Prado exhibe Annibale Carracci. Los frescos de la capilla Herrera

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María Esther Beltrán Martínez Fotos: Museo del Prado

Madrid, España.- Se reúne por primera vez desde 1833, un conjunto de pintura mural de excepcional importancia y que puede considerarse el gran desconocido del catálogo de Annibale Carracci: los frescos que se conservan de la capilla de la familia de Juan Enríquez de Herrera en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma.

Andrés Úbeda, Director Adjunto de Conservación del Museo Nacional del Prado, explica que la reciente restauración de los siete frescos conservados en el Prado y la colaboración del Museu Nacional d’Art de Catalunya y la Gallerie Nazionali di Arte Antica Palazzo Barberini de Roma han permitido el estudio, conocimiento y puesta en valor del conjunto.

“El extraordinario montaje de la exposición permitirá al visitante recorrer las diferentes alturas de la capilla y recrear su decoración”.

Detalla que en los primeros años del siglo XVII, Annibale Carracci (Bolonia, 1560 – Roma, 1609) se comprometió con Juan Enríquez de Herrera a pintar al fresco la capilla de su familia en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma. Carracci ideó todo el conjunto y llegó a ejecutar algunos frescos antes de que en 1605 sufriera una grave enfermedad que le apartó del proyecto, delegando la ejecución de las pinturas en Francesco Albani. A pesar de que se trata del encargo más importante recibido por Carracci en el final de su carrera, estos frescos, que reproducen escenas de la vida de san Diego de Alcalá, franciscano andaluz fallecido en 1463, son prácticamente desconocidos en su conjunto para el gran público debido, entre otras circunstancias, a su dispersión.

El arranque de las pinturas de los muros de la capilla a causa del deterioro de la iglesia, provocó que, de los diecinueve fragmentos de pintura mural existentes, solo dieciséis llegarán a España (7 fragmentos se conservan en el Museo Nacional del Prado y 9 llegaron a la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi desde donde fueron depositados en el MNAC), y los tres restantes se depositarán en la iglesia romana de Santa María de Montserrat, donde no han podido ser localizados. Allí se trasladó también el cuadro del altar, donde hoy continúa.

En la exposición el público verá siete frescos, los primeros son los cuatro trapecios que decoraban la bóveda de la capilla y que narran asuntos relativos a la vida del santo protagonista: San Diego recibe limosna, la Refacción milagrosa, San Diego salva al muchacho dormido en el horno y San Diego recibe el hábito franciscano. Además, tres de los óvalos que se situaban en las pechinas: San Lorenzo, San Francisco y Santiago el Mayor.

Además otras nueve pinturas murales, las dos que se situaban en el exterior por encima del acceso a la capilla, la Asunción de la Virgen y los Apóstoles alrededor del sepulcro vacío de la Virgen, y otras cuatro, arrancadas de las paredes laterales del interior, la Predicación de san Diego, la Curación de un joven ciego, la Aparición de san Diego en su sepulcro y el Milagro de las rosas.

Junto a estas pinturas se exponen dibujos relacionados, estampas que reproducen los fragmentos perdidos y libros de exequias de los reyes de España donde se reproduce el interior de la iglesia.

Cara a cara. Picasso y los maestros antiguos, exposición que se exhibe en Málaga

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María Esther Beltrán Martínez

Fotos: J.Carlos Santana

 

Málaga, España.- El Museo Picasso Málaga en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Sevilla presentan la exposición Cara a cara y los maestros antiguos, en la que se muestran pinturas de El Greco, Francisco Pacheco, Giovanni Battista Caracciolo, Francisco de Zubarán, Cornelius Norbertus Gijsbrechts, Bernando Lorente Germán y Diego Bejarano junto con obras de Pablo Ruiz Picasso.

“Esta exposición ofrece al visitante una oportunidad única de descubrir vínculos entre la obra de Picasso y una selección de obras de grandes maestros del pasado, al yuxtaponer sus pinturas a las de El Greco, Francisco Pacheco, Giovanni Battista Caracciolo, Francisco de Zurbarán, Cornelius Norbertus Gijsbretchs, Bernardo Lorente Germán y Diego Bejarano. Estos emparejamientos no solo permiten al espectador establecer comparaciones específicas entre la obra de Picasso y la de los maestros antiguos para comprender el profundo arraigo del arte del pintor malagueño en las tradiciones españolas, sino que, además, las yuxtaposiciones nos permiten discernir cómo Picasso transformó estas tradiciones en el arte revolucionario del siglo XX.”, explica José Lebrero, director artístico del MPM.

En el recorrido por la exposición se ve la relación pictórica que forma diálogos con diversos artistas, entre ellos está El Greco, representaba al mismo tiempo las más altas cimas alcanzadas por los maestros españoles y una libertad frente a la tradición que le sirvió de inspiración para crear el cubismo. Encontramos la contraposición con Olga Khokhlova con mantilla (1917) y Cabeza de hombre (1971) de Picasso con la obra de Francisco Pacheco Retrato de dama y caballero orantes (1623). Al respecto explica Lebrero cómo queda patente el profundo arraigo del pintor malagueño en la tradición realista de la retratística española.

“También comprobamos su voluntad de transformar dicha tradición en sus propias interpretaciones, a veces lúdicas y a veces serias. Picasso se valió a menudo de temas violentos tomados del arte religioso para plasmar los acontecimientos trágicos de su tiempo y meditar sobre ellos con humor sombrío, como puede apreciar el visitante frente a su Composición (1933) y su Naturaleza muerta con gallo y cuchillo (1947), expuestas junto al óleo Salomé con la cabeza del Bautista (ca. 1630) de Giovanni Battista Caricciolo”.

Vemos también Busto de hombre (1970) de Pablo Picasso, presentado en contraposición con el Retrato del Infante don Felipe (1729-1735) de Bernardo Lorente Germán.

Explican cómo la obra del pintor español Picasso ha desmontado las fórmulas del retrato de gran estilo y las ha reconstruido de una forma radicalmente nuevas donde se destaca la pincelada notablemente libre por encima de una representación detallada.

Está exposición tiene la singularidad que es la primera que se hace en colaboración con el Museo de Bellas Artes, lugar donde se ha exhibido por primera vez está muestra pictórica y alcanzó un número importante de visitas.

En el contexto de la exposición se ha organizado el Seminario Cara a Cara, en formato online y presencial, que ahondará en la relación de la obra de Picasso con los maestros antiguos. Dicho encuentro consta de dos jornadas. En la primera, el 23 de marzo (online), de la mano de su comisario, Michael FitzGerald, se reflexionará sobre la reciente publicación del volumen IV de la biografía de John Richardson dedicada a Pablo Picasso. Por otra parte, la segunda sesión, el 6 de abril (presencial), se centrará en la revisión de la tradición española y su vinculación con la obra de Pablo Picasso. Las inscripciones a todas estas actividades pueden ya realizarse a través de la página web www.museopicassomalaga.org y en las taquillas del museo.

Autor de Prueba

Paisaje Continuo, exposición e instalación de María Paula Suárez

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Pilar Jiménez Trejo

 

La Mercantil de Diseño presenta la obra de María Paula Suárez, una artista Colombiana, radicada en la ciudad de Nueva York; maestra en Artes Visuales de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá), que se considera una artista multidisciplinaria que sabe que el arte es una poderosa herramienta capaz de aportar nuevas formas de autoconocimiento y reflexión: una especie de conversaciones silenciosas.

En esta muestra titulada Paisaje Continuo veremos 12 piezas de orquídeas, o fragmentos de estas, bordadas y lápices de color sobre papel a pequeña, mediana y gran escala como una suerte de recorridos mentales realizadas por Suárez, artista certificada como ilustradora por el School of Visual Arts de NYC, y cuenta con un diplomado de pedagogía alternativa de la Universidad de Harvard. Actualmente cursa una maestría en Negocios del Arte en el Instituto de Arte de Sotheby’s.

También se podrá ver su instalación A Escala, un ejercicio de memoria y exploración donde el color y la deriva guían el proceso con pequeños fragmentos de flores bordadas persiguiendo “capturar una maraña de recuerdos codificados, desarrollando las flores a medida que avanzan, hasta que hablaba en sus propios términos, en una especie de lenguaje que tiene para mí en formas bellas e inexplicable”, cuenta Suárez cuya obra ha sido expuesta en Bogotá, Miami, y Nueva York, en galerías como Ki Smith Gallery y Big Arts Sanibel, y que por primera vez podremos ver en México.

Esta artista, que explora la resiliencia como eje central de su investigación a través de técnicas como el bordado y la ilustración con lápices de color, cuenta con la representación nacional de su obra en la galería Otros 360 grados, en Bogotá y está encargada de las relaciones publicas de la galería See Me, basada en Nueva York.

La exposición estará abierta del 17 de marzo hasta el 26 del mismo mes, y la instalación podrá verse hasta el 8 de abril en La Mercantil de Diseño en Fernández Leal #107, Barrio de la Concepción, Coyoacán, que abre todos los días de 10 a 18 horas.

Paisaje Continuo

María Paula Suárez ha enfocado su investigación en la resiliencia, el autoconocimiento y el amor. En sus obras, aborda complejos bordados en capas y evocadoras imágenes de la naturaleza y el lenguaje sobre diferentes tipos de papel.

A través de su práctica, la artista extrae múltiples historias, sistemas y creencias para crear un lenguaje visual que desdibuja el límite entre la abstracción y la figuración.

Suárez se inspira en los procesos personales y las diferentes etapas de la vida, para contar historias sobre experiencias individuales y colectivas.

Paisaje continuo, es una muestra en la cual las series tituladas “Profundo” , “A Escala” y “Derivado” Suarez nos muestra el recorrido de conversaciones silenciosas de sus diferentes estados emocionales, donde deconstruye imágenes que previamente ha explorado en su trayectoria, para proponer nuevas narrativas y en palabras de la artista renacer de las experiencias.

“ Me gusta mucho lo conocido, me hace sentir segura… así mismo siento que a medida que hurgo mas profundo en aquello que resuena conmigo puedo proponer ideas diferentes y mostrar las diferentes imágenes de un mismo eje de investigación”.

Paisaje Continuo está compuesto por de 12 obras en papel a pequeña, mediana y gran escala los recorridos mentales de la artista intrínsecos en sus procesos de investigación. Con estas obras, el artista utiliza formas lineales para explorar paisajes naturales y psíquicos. Sus composiciones dinámicas y enérgicas se basan en las orquídeas colombianas, y bocetos de híbridos de estas.

Si bien estos trabajos en papel parecen en gran parte abstractos, están profundamente comprometidos con los encuentros y recuerdos de María Paula de diferentes escenarios domésticos donde constantemente veía arreglos florales, orquídeas y ramos de rosas.

El título de la serie Profundo, hace referencia al proceso físico y el tiempo implicado en la realización de cada obra.

La instalación A Escala, es un ejercicio de memoria y exploración donde el color y la deriva guiaron el proceso.

“Traté de capturar esta maraña de recuerdos codificados, desarrollando las flores a medida que avanzaba, hasta que en un punto sentí que me hablaban en sus propios términos, en una especie de lenguaje que tiene algún sentido para mí en formas que no puedo explicar”, cuenta.

Derivado, explora como su lenguaje sobre cómo se siente vivir, qué es ver las cosas de muchas maneras a la vez, imperfectas y bellas“.

Obras que contienen mensajes que buscaban ser encontrados, cuyo poder deriva de la sutileza y la sugerencia.

“Para mí, la línea es infinitamente misteriosa; a veces se esfuerza y me incomoda, pero en otras partes se detiene, se rompe o se marchita, se vuelve frágil, y es difícil saber por qué… Este diálogo me recuerda a los humanos, las relaciones, la vida interior de una persona, y los ecosistemas que conformamos”.

Esta muestra expone la personalidad de las líneas y el bordado, una muestra que reúne el trayecto de la artista y el poder de capturar la esencia de sus pensamientos.

Declaración de búsqueda

Mi obra reflexiona sobre la resiliencia, la cual entiendo como la capacidad de poder reinventarnos y superar momentos traumáticos de nuestras vidas.

Siempre he creído que el arte se aplica a la vida cotidiana como una forma de generar modelos capaces de brindar nuevas formas de autoconocimiento y reflexión. Lo que muestro ahora es el desglose de mi investigación sobre la resiliencia, dividida en tres etapas: el dolor, el amor propio, y la sanación. El dolor, desde el punto de quiebre, la sanación como el proceso y el amor propio como el resultado.

Constantemente realizamos ese proceso en nuestro paso por el mundo, y considero que la naturaleza que nos rodea es un ejemplo de ello, yo le llamo resiliencia cíclica. Las imágenes que exploro responden a las infinitas posibilidades de entender esos ciclos, y de ahí que las plantas y el lenguaje sean un tema recurrente en mi obra.

Desde afuera, hacia adentro, y desde adentro hacia afuera. Sigo buscando, y sigo encontrando.

Autor de Prueba