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Poeta

Alberto Castro Leñero inaugura mural en San Idelfonso, lo llama Desplazamiento.

By Sobre 2 ruedasNo Comments

Alberto Castro Leñero es sin duda uno de nuestros más grandes artistas visuales contemporáneos, pintor y escultor, siempre está experimentando también en la fotografía o el video para añadir nuevos elementos estéticos a su obra.

Este artista mexicano ha trabajado durante los últimos dos años en el mural transportable Desplazamiento, de 3.10 de altura por 10.55 metros de largo, que formará parte de las obras monumentales del Colegio de San Idelfonso luego de su inauguración el próximo sábado 29 de marzo a las 13 horas, en ese recinto localizado en la calle de Justo Sierra 16 en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

El tema general del mural tiene que ver con la migración y mezcla diferentes lenguajes en los que resalta lo figurativo. Después de la muerte del poeta David Huerta (octubre de 2022), amigo entrañable del artista, Alberto Castro Leñero fue invitado a hacer ese mural.

“Comencé a trabajar los bocetos cuándo falleció David, y los dejé un tiempo, luego los fui trabajando poco a poco hasta que me decidí a atacar la pintura en grande con lienzos de más de 3 metros que implicaba un ejercicio físico y una gran concentración.  El tema de la migración fue entrando, y sentí que ese tema estaba relacionado con toda la producción de los grandes muralistas que hay en San Idelfonso y tratan contenidos sociales. Entonces la migración que está tan viva empezó a aparecer en el mural, y al final la referencia a David Huerta es casi imperceptible y ambigua, hay un elemento circular en el mural que podrá representar un gran ojo que ve la escena, y que sería David que observa, es el observador”, explica en entrevista el artista.

Va narrando el resto de la imágenes que aparecen en Desplazamiento: “Está la imagen de la Virgen de Guadalupe, porque sentí que era necesario incluirla como un ícono que tiene que ver con la energía popular, con la energía de la gente que está buscando, era casi natural meter esa imagen que además está en diferentes murales de San Idelfonso, fue como establecer un diálogo”.

“Luego está la gente que forma como una mancha urbana y es como una especie de paisaje, busqué videos y captura de pantallas en internet, imágenes del metro que he tomado, de gente camina en la calle y lleva bolsas, imágenes que representan el esfuerzo de un movimiento y que me parecieron muy fuertes, con esto estructuré los puntos más importantes de la composición. También hay trazos figurativos muy libres que forman otro contingentes de personas que puede ser los que estamos atrás”.

Como artista en constante búsqueda Castro Leñero utilizó una paleta muy colorida “casi choqueante” en la que también están colores suaves, no quiso poner el clásico cielo azul, trabajó primero el fondo y el firmamento es rosa donde y en él aparecen piezas muy contemporáneas como drones que simbolizan la vigilancia. Abajo, en un parte, en la tierra, están elementos dolorosos como las cruces que representan los asesinatos.

“Traté de usar fragmentos de la realidad y mezclarla, para que la gente interprete lo que capta y también se refleje. Trabajé el fondo como manchado, con una pintura muy suelta, muy líquida, lo realicé sobre el piso con grandes brochas, cree una atmósfera que luego  me sirvió para iniciar el dibujo figurativo y todas las formas que tienen presencia el mural”.

La pintura del mural es plana, bidimensional. Pero en medio de la composición tiene un saliente triangular, prisma o doblez. A cada lado está la multitud que camina hacia algún lugar de vida mejor.

Invitado a hacer ese mural tras una propuesta de Déborah Chenillo Alazraki, entonces subdirectora operativa del Colegio de San Ildefonso, y Eduardo Vázquez Coordinador ejecutivo de San Idelfonso, que pensaron en una obra que tuviera cierta relación David Huerta, para mostrase en San Idelfonso junto a los murales de este tremendo recinto en el que están obras de Diego Rivera, Fernando Leal, Jean Charlot, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Emilio García Cahêro, Carlos Mérida, Xavier Guerrero, Amado de la Cueva y Máximo Pacheco, se le pregunta a Alberto Castro:

—¿El artista debe ser un comprometido político con su realidad?—haciendo referencia a los murales  Rivera, Siqueiros y, decididamente, Orozco.
—El artista está inmerso en una realidad y en ese sentido la capta o la procesa, pero por otra parte no hay un deber de que “deba hacerlo”, porque el artista busca la libertad. Claro que el mundo contemporáneo que vemos ahora pide comprensión, sintonía de las cosas que vivimos, y al artista también lo siente.

Para Alberto Castro “llegar a San Idelfonso con muralista que desde muy jóvenes pintaron y que tenían un manejo tanto de la técnica como del compromiso social, simplemente Orozco que es como el abuelo de todo el muralismo, para mi es muy estimulante y a la vez riesgoso de qué ¿ahora que voy a decir yo?” reflexiona. Su pieza se exhibirá seis meses junto al fresco La ley y la justicia, de José Clemente Orozco. Castro Leñero piensa que el muralismo se dio en una época en la que hubo alguien que tuvo la visión para proyectarlo al futuro, y ahora debe continuarse con el arte contemporáneo y ahora con su mural en San Idelfonso: «Es como una grieta que se abre, una forma de ligar esta gran tradición a mi generación; es parte de nuestra cultura que le da fuerza al país. Continuar eso es algo que se necesita».

Este mural forma parte también del programa de actividades de divulgación entorno a las expresiones actuales del arte contemporáneo nacional e internacional que hace El Colegio de San Ildefonso, y que este año presenta el mural transportable: Desplazamiento del Alberto Castro Leñero.

La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez convoca al XXI Premio Nacional de Crítica Literaria y Ensayo Político Guillermo Rousset Banda

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*Traductor, editor, poeta, bibliófilo teórico y militante; fue un intelectual refinado, dotado de una vasta cultura y de una impresionante memoria libresca y vivencial. Teórico de la poesía y militante e ideólogo político, notorio también por  sus relaciones afectivas, su bibliofilia y su labor de editor.

La Universidad Autónoma de Ciudad Juárez convoca a participar en el XXI Premio Guillermo Rouseet Banda, en esta emisión dedicado al Ensayo Político, para obra publicada y/o inédita.

Pueden participar mexicanos y extranjeros residentes en México, hayan publicado un libro en la modalidad de Ensayo Político durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2022 y el 31 de julio de 2024, así como trabajos inéditos en esta modalidad que se deben enviar de manera electrónica. Se encuentran excluidas reimpresiones, trabajos multiautorales, reediciones y antologías. Deben enviar cinco ejemplares de la obra escrita, y los ensayos inéditos, con extensión mínima de 90 cuartillas.

Foto: Pilar Jiménez Trejo

Guillermo Rousset Banda (Puebla, 2 de Noviembre1926 – Ciudad de México, 29 de agosto 1996) fue sin duda una de las mentes más brillantes entre los intelectuales del siglo XX. Su reflexión temprana sobre la estética de la escritura le llevó a construir una concepción teórica de la poesía, estructurada en torno a la categoría de verso libre. Con este utillaje introdujo la poesía de Ezra Pound en el país y tradujo la obra de otros poetas no menos importantes como Paul Valery y Rainer Maria Rilke. También fue uno de los primeros intelectuales que repensó la realidad político-social del país, así como las posibilidades de la izquierda, en función del estudio de las principales fuentes del marxismo accesibles en su época. Desde su incorporación a la militancia partidaria, por otra parte, Rousset capitaneó, junto a personajes como José Revueltas, Mario Rivera o David Alfaro Siqueiros, el movimiento de renovación crítica más relevante en la historia del Partido Comunista Mexicano. Inició así un camino original de permanente oposición, reflexión y denuncia del poder y de reflexión sobre el mundo intelectual que no abandonará jamás.

Foto: Pilar Jiménez Trejo

Foto: Pilar Jiménez Trejo

El departamento de Ciencias Sociales y Administrativas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) lanzan su convocatoria para el XXI Premio Nacional de Crítica Literaria y Ensayo Político Guillermo Rousset Banda 2024.

En el concurso podrán participar todas las personas mexicanas y extranjeras que residan en la República Mexicana, que hayan escrito una obra impresa o inédita.

De acuerdo con la invitación, podrán participar quienes hayan publicado un libro en la modalidad de Ensayo Político durante el período comprendido entre el 1 de enero de 2022 al día de cierre de la convocatoria, que es el 31 de julio de 2024.

El 15 de septiembre de 2024 serán publicados los resultados en la página oficial de la universidad www.uacj.mx.

También se recibirán trabajos inéditos en esta modalidad, que se podrán enviar de manera electrónica desde la publicación de la convocatoria hasta el cierre de la misma, informó la institución educativa. Las propuestas deberán incluir cinco ejemplares de la obra.

El premio único será de 150 mil pesos para el escritor, ensayista o literato que gané la convocatoria.

El premio se entregará el 20 de septiembre de 2024 a las 19:00 horas, en la Biblioteca Central Carlos Montemayor del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez o en su defecto en el recinto oficial que para ese fin designe la institución convocante.

En cuanto a las restricciones para participar: no podrán entrar obras que hayan sido premiadas en certámenes similares o hayan sido postuladas en el premio de Ensayo Político Guillermo Rousset Banda 2023. Tampoco se permitirán las antologías, trabajos con múltiples autores, reimpresiones y reediciones.

En caso de que resulte ganadora una obra inédita, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez se compromete a su publicación en formato electrónico, cediendo el ganador o ganadora los derechos de autoría. El plazo para la edición y publicación de la obra es de un año.

Especificaciones de las obras:

En caso de ser trabajos inéditos, estos deberán estar escritos en computadora y deberán cumplir con ciertos criterios de formato en el documento para que puedan ser aceptados. El formato deberá contar con el tipo de letra: Times New Roman a 12 puntos, además debe estar a doble espacio, en papel tamaño carta por una sola cara con los márgenes superior e inferior de 2.5 centímetros, para la cuestión de los márgenes izquierdo–derecho y deberá contar con un espaciado de tres centímetros.

La extensión mínima del documento para que pueda ser tomado en cuenta para el concurso deberá de ser de por lo menos 90 cuartillas.

Las obras deberán ser enviadas a Sergio Pacheco González al correo electrónico spacheco@uacj.mx y también a Servando Pineda Jaimes al correo spineda@uacj.mx.

Para el envío de documentación física deberá ser a la dirección de la Librería Universitaria, ubicada en el Anillo Envolvente José Reyes Estrada 445, zona Pronaf, Ciudad Juárez, Chihuahua, código postal 32315. Se tomará como fecha de envío la del día de la impresión del matasellos.

El jurado calificador estará integrado por académicos de reconocido prestigio, el cual será el único facultado para la evaluación de las obras.

Cualquier caso no considerado por la convocatoria será resuelto por el jurado.

El poeta español Luis García Montero obtiene el Premio Internacional Carlos Fuentes 2024.

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Por su amplia trayectoria y sus aportaciones a las letras en lengua española como poeta y ensayista, el jurado del Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria 2024 decidió otorgar este galardón al escritor español Luis García Montero.
El poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, es galardonado con el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español 2024, uno de los premios literarios más prestigiosos de habla hispana, concedido por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) de México. Este galardón se entrega para “reconocer el trabajo de quienes, a través de sus letras, engrandecen la patria de la Ñ y enriquecen la literatura universal con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos que estimulan la imaginación y el sentido crítico del lector”.
El poeta es el tercer español en recibirlo tras Luis Goytisolo en 2018 y Mario Vargas Llosa en 2012.
García Montero recibe este galardón el mismo año que publica su último libro, ‘Almudena’, donde recopila poemas dedicados a su mujer, la escritora Almudena Grandes que murió en 2021.
El cuerpo colegiado, integrado por las escritoras y los escritores Beatriz Espejo, Rosa Montero, Élmer Mendoza, Fernando Fernández y Elena Poniatowska, ganadora de la edición 2023, decidió, por mayoría, entregar el premio al autor de Además y Mañana no será lo que Dios quiera, por “su extraordinaria capacidad de convertir la vivencia individual en una experiencia colectiva, así como por la belleza, finura y precisión de su lenguaje”.
Acompañaron al jurado el director general de Bibliotecas, Rodrigo Borja Torres, como representante de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, y el coordinador de la Cátedra Carlos Fuentes de Literatura HispanoamericanaEloy Urroz, como representante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y secretario del jurado.
El poeta español se hace acreedor a un diploma, una obra escultórica diseñada por el artista visual Vicente Rojo, así como a una cantidad en pesos mexicanos equivalente a 125 mil dólares estadounidenses.
El autor se convierte en la octava persona en ganar el premio. Se ha reconocido anteriormente a Mario Vargas Llosa (2012), Sergio Ramírez (2014), Eduardo Lizalde (2016), Luis Goytisolo (2018), Luisa Valenzuela (2019), Diamela Eltit (2020), Margo Glantz (2022) y Elena Poniatowska (2023).
La Secretaría de Cultura federal y la Universidad Nacional Autónoma de México otorgan este premio anualmente a escritoras o escritores que, por el conjunto de su obra (escrita en español en su totalidad o una parte sustancial), hayan enriquecido el patrimonio literario de la humanidad.
Fue instaurado en memoria del escritor mexicano, autor de clásicos como La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz, en 2012, año de su fallecimiento. Busca reconocer el trabajo de quienes, por medio de sus letras, enriquecen la literatura universal con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos. En un principio, su periodicidad fue bianual; sin embargo, a partir de 2019 es anual por un acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes.
Luis García Montero

Nació en Granada, en 1958. Es Catedráti­co de Literatura Española. Nombrado Director del Instituto Cervantes en 2018. Entre sus libros de poemas pueden destacarse Y ahora ya eres dueño del Puente de Broklyn (1980), Tristia (en colaboración con Álvaro Salvador, 1982, Hiperión 1989), El jardín ex­tranjero (1983, Hiperión 1989), Diario cómplice (Hiperión, 1987), Las flores del frío (Hiperión, 1991), Habitaciones separadas (Visor, 1994), Completamente viernes (Tusquets, 1998), La intimidad de la serpiente (Tusquets, 2003), Vista cansada (Visor, 2008), Un invierno propio (Visor, 2011), Balada en la muerte de la poesía (2016), A puerta cerrada (Visor, 2017), No puedes ser así. Breve historia del mundo (Visor, 2021) y Un año y tres meses (Tusquets, 2022). Su poesía juve­nil fue reunida en el volumen Además (Hiperión, 1994).

Ha reunido también una selección de su obra en Casi cien poemas (Hiperión, 1997), Antología personal (Visor, 2001), Poesía urbana (Renacimiento, 2002), Poemas (Visor, 2004), Cincuentena (Hiparión, 2009), Ropa de calle (Cátedra, 2011), Almudena (Valparaíso, 2015), Poesía. 1980-2015 (Tusquets, 2015), La buena compañía (Renacimiento, 2016), Poesía. 1980-2017 (Austral, 2018), Una melancolía optimista (Visor, 2019)  y Almudena (Tusquets, 2024). Se le han conce­dido los Premios Federico García Lorca de la Univer­sidad de Granada (1980), Adonais (1982), Loewe de Poesía (1993), Premio Nacional de Poesía (1994), Premio Nacional de la Crítica (2003), Premio de la Crítica de Andalucía (2008), Premio Poetas del Mundo Latino (2010) y Premio Internacional de Poesía Ramón López Velarde (2017), el Premio Carlo Betocchi (2020), el Premio Eugenio Montale. Fuori Di Casa (2020) el Premio Internacional de Poesía Antílope Dorado Tibetano (2021), el Premio Poeta de América. Carlos Pellicer (2023) y Premio Alma Marter. Violani Landi de la Universidad de Bolonia y el Premio de la Crítica de Madrid (2023). Se le ha concedido también la Medalla de Oro de Andalucía y el título de Profesor Honorario y Académico Ilustre de la Universidad de Mar del Plata. Honoris causa en la Universidad de Arequipa, en la Ricardo Palma de Lima, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y en la Universidad Nacional de Córdoba. En 2017 fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. En 2024 el Espacio San Lázaro de la Cámara de Diputados de México le nombró figura excelsa de las Letras de la Humanidad.

Como ensayis­ta ha publicado El teatro medieval. Polé­mica de una inexisten­cia (1984), Poesía, cuartel de in­vierno (1987, 1988, Seix Barral, 2002), ¿Por qué no es útil la literatu­ra? (en colabo­ra­ción con Anto­nio Muñoz Molina, Hiperión, 1993), Confe­siones poéticas (Dipu­tación de Granada, 199­3), El realismo singular (Libros de Hermes, 1993), Aguas territoriales (Pre-Textos, 1996), Lecciones de poesía para niños inquietos (Comares, 1999), El sexto día. Historia íntima de la poesía española (Debate, Madrid, 2000), Gigante y extraño. Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer (Tusquets, 2001), Los dueños del vacío (Tusquets, 2006), Inquietudes bárbaras (Anagrama, 2008), Un velero bergantín (Visor, 2014), Un lector llamado Federico García Lorca (Taurus, 2016), Las palabras rotas (2019)Un orden conflictivo. (La poesía de Jaime Gil de Biedma) (Cátedra Miguel Delibes, 2019), Prometeo (Alfaguara, 2022), La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la poesía (Visor, 2023),  Más flexibles que el mar son las palabras (Los Galeotes, 2023) y edi­cio­nes críticas de Fede­rico García Lorca (Poema del cante jondo, Espasa Calpe, 1992 y 2017), Rafael Alber­ti (Obras comple­tas, Aguilar, 1988), Luis Rosales (El náufrago metódico, Visor, 2005) y Carlos Barral (Cuaderno de Metropolitano, Cátedra, 1997).

Es también autor del libro de prosa narra­tiva Luna del sur (Renaci­mien­to, 1992) y de las novelas Impares, fila 13 (Planeta, 1996), escrita junto a Felipe Benítez Reyes, Mañana no será lo que Dios quiera (Alfaguara, 2009), una biografía novelada de Ángel González a la que se concedió el Premio del Gremio de Libreros al mejor libro del año 2009, No me cuentes tu vida (Planeta, 2012) y Alguien dice tu nombre (Alfaguara, 2014). Ha recogido selecciones de sus artículos literarios en los libros La puerta de la calle (Pre-Textos, Valencia, 1997), La casa del jacobino (Hiperión, Madrid, 2003), Almanaque de fabulador (Tusquets, 2003), Una forma de resistencia (Alfaguara, 2012) y Prometeo (2022) y Más flexibles que el mar son las palabras (Instituto Cervantes, 2023).

[LOS IDIOMAS PERSIGUEN EL DESORDEN QUE SOY]
A Elisa

Mi nombre es Luis,
soy español,
vivo en Madrid,
en el número uno, calle Larra,
me dice usted la hora, por favor,
¿dónde ha nacido usted
y cuántos años tiene?,
buenos días, amigo,
buenos días, mi amor, te quiero mucho.

Confieso que no tengo
facilidad para estudiar idiomas.
He copiado mil veces las frases y procuro
aprender de memoria, poco a poco,
preguntas y respuestas.
Pero me acabo siempre confundiendo
y a los demás les digo
¿dónde está mi te quiero?,
vivo en Luis
y soy las doce y media de la noche.
Nadie ha podido nunca pasear
por el número uno
sin romper el espejo de las horas
y de su propio rostro.

¿Me dice, por favor, qué significan
el tú y el yo, la edad y la palabra España?

Los idiomas persiguen el desorden que soy,
y así los predicados de altas temperaturas
y los verbos de nieve
me tratan sin piedad
igual que a los sujetos derretidos.
No me resulta fácil,

pero a veces entiendo
la nostalgia de orden que tienen mis poemas.

Jaime Sabines, el poeta que cantó a la muerte y a la hermosa vida, murió hace 25 años.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

El viernes 19 de marzo de 1999, víctima de cáncer, murió Jaime Sabines en su casa, al sur de la Ciudad de México, seis días después el poeta habría cumplido 73 años.

“¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!”

El mes de marzo es un periodo para recordar a Jaime Sabines que nació y murió en este mes, que es también el tiempo en el que se celebra el Día Mundial de la Poesía, 21 de marzo.

Sabines es un poeta que nos asombra y nos conmueve a todos los que hemos leído sus versos;  el peatón que nos enseño que “no hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida”. Con sus palabras, encontramos de una u otra manera, por uno u otro camino, el consuelo humano, como  me lo dijo en la primera entrevista que puede hacerle en 1988:

“Lo que uno tiene al escribir poesía es emoción: puede ser alegría, dolor, desesperanza. En ese sentido sí creo mucho en la palabra inspiración, o tal vez no sea inspiración sino alumbramiento…. La poesía no se escribe solamente con la actitud intelectual y reflexiva del hombre, el poema debe ser la emoción del hombre. Si lees un poema no estás buscando palabras sabias, profundas y filosóficas; buscas una emoción humana, y eso es lo que da el arte en general: la emoción de la vida”.

Hoy 19 de marzo, a 25 años de su muerte el mejor reconocimiento que sus lectores pueden hacerle al poeta será releerlo, como él mismo lo dijo: “El homenaje más importante es que me lean. Que mis libros sirvan de algo. Una vez, un muchacho me dijo que mi poesía lo había acompañado durante tres años en la azotea de su casa mientras estudiaba leyes. Cuando se recibió, me dio las gracias por esa temporada”.

Jaime Sabines, nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 25 de marzo de 1926, nos dejó una obra que se mantiene viva. Fue un hombre que nació poeta y eso fue en su vida. Su Recuento de poemas, que reúne toda su poesía sigue siendo lectura indispensable, y objeto de nuevas traducciones. Sus temas fueron la condición humana, la soledad, el paso del tiempo, la muerte, y sin duda el amor, éste último continúan como favorito entre nuevos y jóvenes lectores que ya no conocieron en persona al poeta. En años recientes sus lectores han tomado como hojas sueltas fragmentos del libro de misivas que Sabines le escribió a su novia Josefa Rodríguez, Los amorosos: cartas a Chepita (2009), o testimonios de entrevistas para postearlos o twittearlos como si fueran fragmentos de sus poemas.

Alejado de los círculos literarios, y dedicado a ser vendedor de telas, muebles o alimento para animales, y en dos periodos cortos a la política como diputado, desde su primer libro Horal (1950), Sabines, tuvo una voz propia, y mostró ser un poeta que se revelaba a los lugares.

En 1951 aparece  La Señal. Y en unas vacaciones en Chiapas escribe Adan y Eva, su primer poema largo que sería publicado once años después. Tras el matrimonio con Chepita, viviendo en Tuxtla y trabajando como vendedor de telas, y con la noticia del pronto nacimiento de su primer hijo, escribe su poema: Tarumba (1956), del que decía era «un canto a la sobre vivencia», uno de sus libros cruciales.

Sabines volvió a la Ciudad de México, para trabajar con sus hermanos en una fábrica de alimentos para animales. De establo en establo, recorría la ciudad con su camión repartiendo alimentos, actividad lo acompañará durante 17 años. En esos años la familia Sabines Rodríguez estaba completa: Jaime y Josefa con sus cuatro hijos Julio, Judith, Julieta y Jazmín, todos con nombres con J, para por elección del poeta.

En 1961 publica dos libros: Diario semanario y poemas en prosa y Poemas sueltos. Un año después la UNAM decide reunir su obra, hasta entonces escrita, en el volumen Recuento de Poemas.

Por ese tiempo su padre enferma de cáncer y el poeta, como una imposición natural ante el dolor y la cercanía de la muerte, comienza a escribir los versos que se han convertido en uno de sus más importantes poemas: Algo sobre la muerte del Mayor Sabines. El 30 de octubre su padre fallece y Sabines abandona el poema… Pero en 1964 la imposición del tema de la muerte lo obliga a escribir la segunda parte de ese largo soneto, que se publica hasta 1973. Antes ya había publicado Yuria (1967) y  Maltiempo (1972).

En 1987 la editorial alemana Vervuert  de Alemania publica una antología de Sabines, que lleva por título: Dein Kšrper neben mir (Tu cuerpo está a mi lado). Años después se publican otras antologías en Bulgaria, Cuba, Estados Unidos, Canadá, Chile, Francia y España. Además sus poemas se incluyen en antologías de poesía hispanoamericana editadas en más de una veintena de países. Nuevas publicaciones en italiano, árabe, francés, inglés y chino ha aparecido en años recientes.

En noviembre 1989, durante un viaje a Chiapas, resbaló en un escalón y se fracturó el fémur de la pierna izquierda. A partir de entonces la lesión dañó su cuerpo, que sufrió más de 40 operaciones. Sin embargo, este poeta que canta a la muerte para celebrar “la hermosa vida”, y alejado de los reflectores de la fama, tuvo que acceder en el último lustro a ofrecer varios recitales de poesía a los que asistieron multitudes. La empresa telefónica más grande de México editó una antología de Sabines con un tiraje de 500 mil ejemplares. En los últimos años el poeta fue invitado a viajar a ciudades de México y el extranjero para presentar nuevas ediciones de su obra, traducciones y lecturas de sus poemas. Jaime Sabines fue a festivales de poesía en Nueva York, Rotterdam, París, Madrid, Quebec. En esos años solamente dio a conocer un poema: «Me encanta Dios», y dejó la tarea a sus hijos de seguir revisando sus carpetas en las que escribía sus poemas, para hacer una selección de poemas inéditos a los que el propio Sabines puso nombre: Poemas rescatados, que esperamos se publique a partir de la minuciosa revisión de las carpetas que guarda la familia Sabines Rodríguez.

Dejaré algunos fragmentos de mi libro: Sabines. Apuntes biográficos, que cuenta ya con varias ediciones (coneculta-chiapas 2013 y Tusquets 2014, y en formato de audiolibro se puede conseguir en Audible de Amazón.

La poesía no es más que un medio de comunicación, una manera de contacto humano. Por eso no creo en los poetas que se enamoran de las palabras, que juegan con ellas. Desde luego, la poesía es un problema de palabras: no podemos hacerla con los pies, pero uno debe aspirar a tener las menos palabras posibles para comunicar las emociones más auténticas del hombre.

Tagore es uno de mis grandes maestros: me fascina por su sinceridad, por su ternura; posee un elemento al que yo aspiro: la profundidad de la poesía oriental. Lograrlo ha sido mi meta.

En la poesía es mucho más difícil contagiar la alegría que el dolor, porque la alegría casi es una cosa exclusiva, casi es una cosa cerrada y permanente de nosotros. En cambio, el dolor es un hilo que nos ensarta a todos.

Yo he pensado que la poesía debe ser la sencillez, la claridad; no el simplismo, no la simpleza, pero sí la sencillez.

La poesía trata de instantes, de momentos de la vida en que se debe de transmitir una emoción. Es un descubrimiento de la verdad del mundo, de las cosas que te rodean.

La poesía puede ser una reflexión pero no tiene que ser ni discursiva, ni ideologizada; es el contacto de una emoción contigo mismo: te transmite siempre una emoción. Si no necesitas conmoverte o emocionarte, pues lee un libro de filosofía o de sociología. Si vas a buscar poesía, buscas la emoción del alma humana, el temblor del hombre.

La poesía no es una melcocha que se derrita y eche dulzura por todos lados, sino una emoción bien contenida, no expresada abiertamente.

Siempre he pensado que el poeta es el testigo del hombre y de la vida, que no se puede hacer poesía en una campana neumática donde el poeta esté totalmente aislado de la realidad; aparte de que escribe de manera cotidiana los sucesos, pienso que lo único que hace uno con la poesía es dejar testimonio del paso del hombre sobre la tierra.

La poesía no fue un paliativo para la tristeza, pero sí muchas veces una catarsis.

La poesía es una droga que se tomó una vez, un veneno vital que puso otros ojos al hombre y otras manos, y le quitó la piel para que sintiera el peso de una pluma. Quiero decir con esto que el poeta es el condenado a vivir…

Nunca he pensado que la poesía sea nada más juglarismo, canto. El canto es importantísimo, hay que saber cantar, pero la poesía es también la búsqueda de la verdad humana.

La poesía se realiza en la satisfacción de descubrir que hay alguien a quien le sirvió para vencer un momento de soledad o una angustia o un pesar, por contagio de los pesares del poeta, por sentir alivio de que el sufrimiento no está nada más en uno.

Uno sabe que va a morir, es un hecho certero, pero no sabe en dónde, ni a qué hora, ni cómo. Ésta es la conclusión de toda la poesía de Jaime Sabines: hay que vivir intensamente, ardorosamente todos los días mientras uno viva.

Lo que hace la poesía es revelar el mundo.

Conmemorarán los 100 años del nacimiento de Dolores Castro con su Voz Viva, con programas en el Canal 22 y con niños que leerán los versos de la poeta.

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[Sequía]
Quiero decir ahora
que yo amo la vida,
que si me voy sin flor,
que si no he dado fruto en la sequía,
no es por falta de amor.

 

Quiero decir que he amado
los días de sol, las noches,
los árboles, el viento, la llovizna….
Dolores Castro de Cantares de Vela 1960

Foto-de-®Borzelli

Este 12 de abril la poeta Dolores Castro habría cumplido 100 años, le faltaron dos años más de alegría e inspiración por enseñar y aprender para llegar al 2023, pero su sonrisa y sorpresa de niña se mantuvo hasta el último momento de su vida. Una semana antes de morir, ese 30 de marzo de 2022, como cada sábado desde hacia varios años, dio su taller literario que ofrecía en la Carlos Septién, un taller que por la pandemia había sido trasladado a la tecnología del zoom, que la maestra manejaba muy bien, con la ayuda de hija Lolita, y en el que ya leídos los textos de sus alumnos que los mandaban unos días antes, los iba comentando para adentrarlos en el mundo de la metáfora y la escritura poética.

 

Ahora la UNAM tiene también su voz en la colección Voz Viva, pues con esa energía que la caracterizaba, llegó pocos días antes de cumplir 89 años, por sus propios medios a Universum, Museo de las Ciencias, para grabar en el estudio del recinto algunos de sus poemas y formar parte de la legendaria serie que nos ha permitido escuchar, de viva voz, a los grandes escritores de México e Iberoamérica. Ella eligió los poemas que leería, y también el título que tendría su grabación que era el mismo de uno de sus poemarios: Qué es lo vivido

Qué es lo vivido.

¿Qué es lo vivido,
en qué poro ha quedado
o en qué ráfaga?

Puente a la oscuridad
o la pendiente veloz
de una sonrisa
que se apaga,
pero también calor
en medio de la sombra,
acomodo
de criaturas que buscan suavemente
su modo de dormir
mientras una ventana
se va cerrando hacia el oriente
y la luz de la tarde
se unta silenciosa.

El Canal 22 también se suma a las celebraciones para esta gran poeta que hoy cumpliría 100 años. Programas documentales y de entrevista que exploran la vida y obra de la también ensayista y catedrática, conforman la programación especial en honor de la autora de Algo le duele al aire. Programas especiales en los que la ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014 habla en primera persona de su vida y obra. Así Dolores Castro. Palabras y tiempo se transmitirá este Miércoles 12 a 17:30 horas, un programa especial que presenta la entrevista realizada por el investigador Andrés Reyes a la poeta mexicana, quien conversa sobre diversos aspectos de su vida y obra, como su infancia en Zacatecas, la conformación del grupo de los Ocho Poetas Mexicanos al que ella perteneció, la figura del periodista Javier Peñalosa con quien compartió vida, así como las concepciones de la creadora en torno al quehacer poético, la denuncia social que se encuentra en sus obras y los temas pendientes de su poesía. El Promocional Dolores Castro. Palabras y tiempo, La tierra está sonando. Conversaciones con Dolores Castro se transmitirá el jueves 13 de abril, 18 horas, se trata de un largometraje realizado por estudiantes de la Universidad del Valle de México (UVM), que honra la carrera de la escritora y hace un acercamiento a su trascendencia en las letras mexicanas a través de una amena charla con la escritora, además de entrevistas con familiares, amigos y estudiosos de su obra, entre ellos su nieto Javier Peñaloza, el escritor Alejandro Toledo y el maestro Benjamín Barajas Sánchez. A lo largo del programa se hace hincapié en la importancia que representa Dolores Castro para los poetas jóvenes, su postura ante la poesía nueva y el proceso de creación literaria. Asimismo, se mencionan las claves para entender su obra, la cual se considera dotada de intuición, sensibilidad, inteligencia y honestidad. El sábado 15 de abril a las 14:45 horas, se transmitirá Dolores Castro Varela. En el aire un perfume cápsula realizada por la Universidad Autónoma de Aguascalientes que destaca la importancia de la imagen de Dolores Castro dentro de la vida cultural nacional y su difusión, y como promotora de las nuevas generaciones de poetas mexicanos. Asimismo, se da cuenta de la Cátedra Dolores Castro creada por esta institución en honor de la poeta.

Y el viernes 14 de abril, a las 18:00 horas podremos ver de manera virtual a niñas y niños que leerán sus versos con de manera virtual, a través de las cuentas de facebook de la Coordinación Nacional de Literatura y el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Así Nina Beck de 11 años leerá el poema Fluir escrito por Dolores Castro en 1997; Alexa Beck  de 7 años qué nos dirá los versos de El huitzi escrito en 2010; Rodrigo Nieto Cruz  de 8 años dirá el poema Fugas escrito en 2003; Hugo Adrián Nieto Cruz  de 7 años participará con Luz compuesto por la poeta en 1960 y Fernanda Martínez Nava de 14 años dedicará su lectura a Recóndita de 2004. Con un homenaje simbólico el INBAL, en tiempos de poco presupuesto para la cultura, recordará a una de las poetas más entrañables de México, maestra y formadora de varias generaciones de escritores, que siempre mantuvo palpitante su capacidad de asombro de una niña que supo contemplar el mundo, y en su vida adulta  combinar su gentileza y su maestría de encantar, para acércanos al milagro y la belleza que es la poesía.

Dolores Castro nació en Aguascalientes el 12 de abril de 1923, a los 40 días viajó con sus padres a Zacatecas donde creció escuchando los relatos de la Revolución, luego entró en contacto con la literatura a través de los cuentos de Hans Cristian Andersen que su padre le leía en voz alta. Fue través de la contemplación que adquirió el conocimiento.

Llegó a la ciudad de México a los 9 años, y empezó a escribir. En tercero de secundaria conoció a Rosario Castellanos y ahí nació una gran amistad. Ambas ingresaron a la UNAM, en un tiempo donde no era común ver a las mujeres en las Universidades. Primero estudiaron leyes, y marcadas por la pasión por la literatura ingresaron a la Facultad de Filosofía y Letras en Mascarones para formarse en literatura española. Allí estaban Augusto Monterroso, Ernesto Cardenal, Ramón Xirau, Jaime Sabines, Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández, Luis Rius, Margarita Michelena y Juan Rulfo entre otros escritores.

Publicó sus primeros poemas en la revista América dirigida por Efrén Hernández y Marco Antonio Millán. Formó parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos, reunidos en una antología publicada por Alfonso Méndez Plancarte en la que también estaban Alejandro Avilés, Rosario Castellanos y Javier Peñalosa Calderón, con quien se casó y desde ese momento fue además esposa, madre, ama de casa, e incansablemente trabajadora.

La sangre derramada.

Al borde del camino
lo encontramos
el mismo pantalón, la blusa blanca:
sobre su espalda

amapola de sangre.
Llaman de gracia al tiro
que enmudeció su boca,
ahogó su amor

y me dejó baldada.
El estallido
de aquel tiro de gracia
aún retumba
y aúlla en el aire, aúlla.

Su primer libro El corazón transfigurado, apareció en 1949. En 1951 viajó a España con Rosario Castellanos y cuando regresó a México se dedicó a trabajar en temas relacionados con las letras, en la radio, en revistas y en la impartición de talleres literarios.

A su obra le siguieron una veintena de libros de poesía como Cantares de vela, Soles o Qué es lo vivido; ensayos como Dimensión de la lengua y su función creativa, emotiva y esencial; y la novela La ciudad y el viento (publicada en 1962) una obra en la que está los recuerdos de su infancia en Zacatecas, que empezó a escribir en 1954, tras su matrimonio con Peñalosa con quien procreó, siete hijos, que le han dado 13 nietos y varios algunos bisnietos. Contaba que ella y su marido jugaba carreras a ver quién nacía primero: un hijo o un libro.

Tras la muerte de su marido, Dolores Castro, tuvo que trabajar para sacar adelante a su familia. Fue fundadora de Radio UNAM y colaboró en Difusión Cultural de la Universidad. Fue jefa de redacción en la revista Poesía de América. Condujo el programa Poetas de México en el Canal 11. Y fue maestra fundadora de la ENEP Acatlán, recuerda que desde niña jugaba a la escuelita, y seguramente por eso su vocación por compartir con otros la literatura a través del magisterio no ha menguado. Ha dado clases en la Escuela de Escritores de la SOGEM, el INBA, la Universidad Iberoamericana y en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en dónde cada sábado continua dando un taller de poesía, ahora a través de zoom sigue generando universos literarios. En 2010 el FCE editó su obra hasta entonces publicada en la antología: Viento quebrado. En 2014, cumplidos los 91 años recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de literatura; ya antes había recibido otros Premios. Su nombre da título a dos premios de poesía, uno que otorga el estado de Tlaxcala con la Secretaria de Cultura, y otro, el Premio Dolores Castro de Narrativa y Poesía Escrita por Mujeres que otorga Aguascalientes.

En 2015 publicó: Algo le duele al aire, un retrato poético del México de la inseguridad, la violencia y el narcotráfico, donde día a día, cada que respiramos, algo le duele al aire: algo que va más allá del reclamo, algo que es más bien la interioridad del hombre.

Algo le duele al aire.

Algo le duele al aire,
del aroma al hedor.

Algo le duele
cuando arrastra, alborota
del herido la carne,
la sangre derramada,
el polvo vuelto al polvo
de los huesos.

Cómo sopla y aúlla,
como que canta
pero algo le duele.

Algo le duele al aire
entre las altas frondas
de los árboles altos.

Cuando doliente aún
entra por las rendijas
de mi ventana,
de cuanto él se duele
algo me duele a mí,
algo me duele.

Dolores Castro fue una de las poetas más importantes de este país, su aporte a la poesía fue y es enorme; sin usar la agresión o la violencia fue una de las primeras feminista de México hace más de 70 años, su obra nunca quiso ser de «genero», pero sí con el sello de la vida de una mujer, que nos obliga a sentir la realidad.

Su poesía es inteligencia, palabra y canto. Sus lectores fueron y son fieles ante una mujer que decía: “Dios me dio una gran capacidad para querer a los demás”.

Dolores Castro nunca fue una mujer triste a pesar de las adversidades que le presentó la vida… cuándo se le pregunta si era una mujer feliz, ella respondía con una sonrisa iluminada—Mira me da vergüenza decirlo, pero si, soy una persona feliz. Y La mayor parte de mi felicidad, se la debo a la literatura.”

Reflejos.

Bullir, palabra antigua como mi recuerdo.
Búllete, decía la madre de mi madre, mujer traslúcida
y bullente como el hervor del agua.

Esa palabra del español antiguo
parecía elevarse, fluir en el espacio
de la niña
que observa como vuelan las moscas
en vez de acomedirse
a servir.

El vuelo de las moscas,
el vuelo de las niñas, con espacio más amplio pero sin alas, huye por los aromas,
intenta no caerse del nido
y elevarse
mientras escucha,

o se contempla
en el charquito que dejó la lluvia
en el patio.

¡Búllete, niña, acomídete, búllete.
No te quedes allí!.

¿Bullirse, o reflejar el torrente del mundo?

Con la maestra Dolores Castro a finales de 2021 en su casa.

 

Los fetiches y el arte

By Bicimundo / ViceversaNo Comments

El arte y los fetiches
Un fetiche es, según el diccionario , un objeto de culto al que se le atribuye el poder de gobernar una parte de las cosas y de las personas. Hacia 1906, al visitar el museo de Etnografía del Trocadéro en Paris, el joven Picasso tuvo la revelación de su vocación . Lo cuenta a André Maltaux : “ todos los fetiches servían para lo mismo. Eran armas. Para ayudar a la gente a dejar de obedecer a los espíritus, a volverse independientes. Herramientas. Si les damos una forma a las herramientas, nos hacemos independientes. Los espíritus, el inconsciente ( aún no se hablaba mucho de él) , la emoción .Es lo mismo. Entendí por qué yo era pintor.”
Así, para Picasso, más allá de la teoría del arte como sublimación que esta declaración reconoce como válida, el hecho de crear formas , de añadirle algo al mundo material a través del arte, nos libera de los prejuicios, de la sumisión voluntaria, de nuestros instintos destructivos incluso. 
En este museo donde se reunían los primeros objetos de lo que luego se llamaría el arte africano, el pintor andaluz pensó que el arte , como los amuletos, las máscaras o los talismanes , era un exorcismo contra la ignorancia, un instrumento de liberación.

El poeta Guillaume Apollinaire en el taller de Picasso en 1910.

Bicicleteando entre flechas azules

By Sobre 2 ruedasNo Comments
Textos y dibujo-collage: Wilfredo Carrizales

Textos y dibujo-collage: Wilfredo Carrizales

1

Por allí, a la derecha, no, hacia arriba. ¡No, no! Retrocedan y a la izquierda… Bici, bici y ella pedalea y palidece. Bici, bici y él se lanza en ascenso y queda deslucido. Señala, señálalos: que la oscuridad no los envuelva. Apunta con tu dedo índice y que ellos dos logren bicromía.

2

¡Inventen de nuevo el pedal! Observa: él casi duplica las ruedas. Ataca la subida, se acopla, busca los piñones con la velocidad de las agujas de los pinos. ¿Y ella? De prisa va de compras y llenar quiere su cesta. No son muelles sus tensiones. ¿Y por qué entre ellos dos no forman cadena y se propulsan raudos? El horizonte se les horquilla y les sella los sillines. Tu voz no les alcanza.

3

Luz roja postrera en el semáforo. ¡Cuidado! ¡Atención! ¡Ojo avizor! No llevan equipaje y han perdido las bolsas. ¿Y ahora? ¡Llanto de las llantas! Deben inflar su ánimo y cambiar hacia una velocidad no tan peligrosa. ¿Quién manda a quién? ¿La palanca del desánimo? Si hubiera un tambor para brujulear su ruta con total éxito y a tiempo. ¡Transmíteles tu opinión! ¿No escuchan? ¡Que no queden en lo blanco! ¿Acaso van balbucientes, con la base de las quijadas floja?

4

Los manubrios se comenzaron a endurecer. ¡Alerta! Ella parece que lo notó y respira aliviada. Pero, ¿él? Frena en el ascenso y eso lo torna poco flexible. ¡Acerquemos un farol para ambos! La calle se raya, se cubre de sombras raras. ¡Hay que volar trepados encima de los pedales y basta de puntos muertos! ¡Que se nivelen y se acoplen al mandato de las horas, a su perfecta circulación!

5

Una gran carrera por llegar sin retraso al mercado. ¡En casa ya no hay víveres y los niños tienen hambre y exigen comida! Aumentan el pedaleo: veloces como una cámara de cine. El desarrollo de la acción continúa y las luces proyectan sus figuras bidimensionales, carentes de altura, pero plenas en su bicromía. ¡Y van pensando en los platos que prepararán de vuelta al hogar!

6

Ese par de ciclistas, gregarios en su ronda, fortificados en el vaivén de los colores. ¡Y el encaje de las flechas que los guían! ¡Y ahí les incita el esprintar y sus relojes se ponen a tono!  Períodos semejantes para similares pedaleadores. Y el azul los seguirá mañana al igual que hoy y en los días subsiguientes los seguiremos mirando inmersos en un índigo que permea su cuadro.

 

7

Ya los vemos regresar, ya les oímos su respirar de cansancio. Mas ahora, la luna en sus extremos les acompaña y toca el timbre y las bicicletas se aligeran: pájaros nocturnos a ras del suelo, picoteando los bordados del pavimento en busca de sus señales de inquietud.

 

 

Eduardo Lizalde

Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’, en la casa, la voz de la poesía mexicana que se silenció a los 93 años.

By Rutas literarias, Sobre 2 ruedasNo Comments

Por Pilar Jiménez Trejo

 

Lizalde fue uno de los escritores de mayor presencia en la literatura mexicana

Hoy murió el poeta Eduardo Lizalde: ‘El Tigre’ en la casa, esta voz de la poesía mexicana se silenció a los 93 años. Lizalde fue uno de los escritores y de los poetas de mayor presencia en la literatura mexicana. Su partida duele a México y al mundo literario. «Autor de una obra poética de atroz belleza», como la calificó el escritor Salvador Elizondo. Fue apodado «El Tigre» por la recurrente presencia de ese felino en su obra. Con su libro El tigre en la casa mostró al verdadero poeta que nos acerca a la historia del alma humana.

Fue un hombre de literatura y música, incursionó en el periodismo cultural, y fue un gran conocedor de ópera con una voz grave y fuerte, con la que también llego a cantar; publicó innumerables reseñas particularmente de ópera, de la que fue un ferviente admirador, incluso publicó el libro La ópera hoy, la ópera ayer, la ópera siempre, que forma parte de un importante proyecto para documentar nuestra memoria teatral. La literatura y el ingenio de las palabras fue quizá su más grande pasión como poeta.

La muerte de ‘El tigre’, premio Carlos Fuentes y medalla de oro Bellas Artes, fue confirmada por su hijo en redes sociales

“A todos les comparto una mala noticia. Hoy por la mañana murió mi señor padre. Eduardo Lizalde Chávez”, posteó en su cuenta de Facebook el músico Eduardo Lizalde Farías. “Un poeta magnífico y un pensador esencial”, definió a El Tigre, como era conocido su padre.

“Me queda decir aquí ¡qué viva la vida!”, finalizó Elizalde Farías su breve mensaje.

Eduardo fue hijo del ingeniero Juan Lizalde y de Elena García de la Cadena, quienes procrearon seis hijos uno de los cuales uno de sus hermanos fue el actor Enrique Lizalde; también era primo del cantante Óscar Chávez, fallecido en 2020 a causa del Covid 19. El poeta mexicano aprendió a leer a los cinco años. Empezó con autores como Julio Verne o Emilio Salgari y para los 12 años ya leía a Honoré de Balzac o Émile Zola. Siendo muy joven también aprendió a escribir sonetos con la ayuda de su padre y a los 30 publicó su “primer libro importante”, Cada cosa es Babel. Lizalde decía que “la poesía es la muñeca fea entre las literaturas”.

Lizalde nació en Ciudad de México en 1929. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició junto a Enrique González Rojo y Marco Antonio Montes de Oca un movimiento, el poeticismo, con el que pretendían combatir la imprecisión verbal y conceptual de la poesía. Tiempo después, sin embargo, el poeta criticaría el movimiento en su libro Autobigrafía de un fracaso (1981). En la década de los sesentas, Lizalde fundó con el escritor José Revueltas la Liga Espartaco Leninista, un movimiento político alternativo al Partido Comunista. Poeta, ensayista, narrador y traductor, Lizalde también fue profesor y director de la Biblioteca de México, y hasta director de la Compañía Nacional de Ópera al terminar la década de los 80 —de niño, soñaba con ser músico y egresó de la Escuela Superior de Música del INBAL—. El apodo de Tigre le llegó con la publicación de diferentes obras con referidas al felino que tanto le fascinaba: Memoria del tigre (1983), ¡Tigre, tigre! (1985), La caza del tigre (1998), Otros tigres (1995).

Sus obras más representativas son: El tigre en la casa (1970), La zorra enferma (1974), Caza mayor (1979), Tabernarios y eróticos (1989), Rosas (1994),  Nueva memoria del tigre (2005), entre otras.

Además de sus ensayos y poesía, fue el primer entrevistador de Julio Cortázar en el país, y contribuyó notablemente a la traducción de autores como Shakespeare y William Blake.

La figura del tigre se ha dicho, le llegó a Borges por William Blake y a Lizalde por Rubén Darío, esto puede ser cierto, de Jorge Luis Borges se sabe su gusto por el trocaico tigre que “en las selvas de la noche es un brillo ardiente” y en Lizalde se recuerda su diálogo con Darío en “las fieras se acarician, Rubén, / bajo las vastas selvas primitivas” que nos remiten al poema “Estival”; sin se cree que es del texto “Obra maestra” de Ramón López Velarde que viene su final filiación. Vicente Quirarte apuntó a principios de la década de los noventas sobre la poesía de Eduardo Lizalde: “El tigre es el gran mendigo cósmico, el solterón lopezvelardeano, el de la inaudita belleza que atrae y que repugna”; y en otro momento Ramón Xirau se refiere así a El tigre en la casa: “Nace, ahora cercana a López Velarde —nuevamente punto de partida— “la amada”, pero surge en el “resentimiento” —¿se trata de un re-sentimiento, un nuevo sentir?”.

¿De dónde surge un poeta como  Eduardo Lizalde (México, 14 de julio 1929- 25 de mayo 2022)? Como todo auténtico creador, fundamentalmente de él mismo y sólo de él mismo.
Un escritor de su generación, Salvador Elizondo, escribió acerca de El tigre en la casa: «…todo aquí está investido de una violencia y de un sentimiento nihilista que se expresa por imágenes de una atroz belleza que no tienen, ciertamente, paralelo en la historia de nuestra poesía».
La originalidad de la voz poética de Lizalde —sólo comparable en la poesía mexicana actual, a la de algunos casos más, como Jaime Sabines o Gerardo Deniz— corresponde a la individualidad irreductible de su temperamento, su sensibilidad, su inteligencia, y claro, de su manera personal de asimilar y trascender una formación cultural y vital compleja que va de Dante a Pessoa, de Platón a Wittgenstein, del ajedrez y el dominó a la carpintería, y de la ópera a la vinicultura francesa y las mujeres. (No por casualidad su poesía es tan culta e intelectual como profundamente vital y sensual.) Como lo atestiguan en sus poemas las referencias intratextuales o las citas que van a la cabeza, Lizalde sabe con clara conciencia que la literatura es un diálogo con la tradición literaria universal, un diálogo riguroso sobre los temas de siempre (las palabras y las cosas, el infortunio amoroso, la fatal futilidad de todo lo humano, la muerte individual y de la especie, las miserias morales y los impulsos bajos en general: el rencor y el odio, el placer redentor; en el caso de este poeta), en que se crean las coyunturas estéticas y vivenciales para aportar una intervención original (sea desde el punto de vista del lenguaje o del significado, o sea, del estilo, la forma o del contenido).

Juan Gelman, Hugo Gutiérrez Vega, Rubén Bonifaz Nuño, Eduardo Lizalde y Alí Chumacero. Archivo de Hilda Rivera.

«El reconocimiento de Eduardo Lizalde se dio con El tigre en la casa, convirtiéndolo en el más brillante, por no decir el real y único, heredero de la poesía maldita, sobre todo del linaje francés: de Rutebeuf y Villon, de Baudelaire y Rimbaud, de Lautréamont y Artadud. De todos, sin duda, su influencia múltiple, su verdadero dios, ha sido, como lo fue para Rimbaud o Nelligan, Charles Baudelaire», escribió el poeta Marco Antonio Campos al reseñar este libro.

Con El tigre en la casa estamos ante el desbordamiento interior de un río: caudal transformador del poeta y al mismo tiempo del lector. Lizalde es sin duda la estalagmita poética en la caverna de los elegidos. Él ha bebido las mismas aguas turbias que Maldoror, las estancadas aguas de Poe o aquellas de sutil perfume en Rilke.  El conjunto de transgresiones gramaticales, poéticas y retóricas de Lizalde lo hacen un poeta eficaz e inigualable. Un lector entrenado reconoce su voz con una muestra pequeña de versos:   ‘‘La perra más inmunda / es noble lirio junto a ella. Las estructuras, relaciones,  sonoridades se revelan en Lizalde con el hilo fino de la ironía, como la repetición llevada a sus últimas consecuencias, como la antítesis de los amantes o con el ritmo, peso y coloratura de la música vocal, se advierte en un análisis del libro en Círculo de Poesía.

El tigre en la casa consta de seis secciones solidarias y dinámicas. En las que se ve esa metamorfosis cuando se consideran las relaciones entre sus secciones, entre el poema y su contexto social, entre la obra y las convenciones poéticas de la tradición lírica mexicana en la segunda mitad del siglo XX.

En su aventura vital y estética, cambian el lenguaje y el tono poéticos, cambian las cosas y motivos de la poesía y Lizalde consuma su poemario más resonante y definitivo, El tigre en la casa (1970). Como escribió Octavio Paz, «Fue el año de su aparición, en el sentido fuerte de la palabra: la aparición de un poeta verdadero tiene algo de milagroso».
Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Eduardo Lizalde y Octavio Paz

Todo El tigre en la casa está recorrido por el gran leitmotiv heideggeriano del serpara-la-muerte (Sein-zum-Tode), es decir, por la convicción de que la muerte no es la última escala en el viaje de nuestra vida —como la entendemos de manera cotidiana, vulgar y cobarde— sino la posibilidad más radical de nuestra existencia e inherente a ella en todo momento; un tigre que nos acecha y «desgarra por dentro». Y la muerte es «un enorme gato encerrado/ en todo esto», porque esta posibilidad radical, personal, intransferible y oculta cotidianamente, es terrorífica y misteriosa, es lo desconocido que cae sobre nosotros, como en la selva cotidiana la silueta negra y salvaje de un tigre.

El amor es, pues, en su sustancia más honda, muerte; el sexo es sólo la pequeña muerte; y el hombre: desgarradura, «soltero, huérfano y desgraciado», «tigrillo» devorado poco a poco por el tigre mayor del amor y la pasión inútiles (Sartre), el infortunio y la muerte.
El tigre es la muerte, nuestra muerte individual, pero también la muerte del amor.
Fragmento tomado del Material del Lectura, UNAM, realizado por Luis Ignacio Helguera
Lizalde cuya obra suma medio centenar de títulos, se autodefinía como un “poeta y cazador de tigres, pero solo en los libros”. Consideraba a la poesía como una bomba de tiempo “porque a la larga, los más inéditos y desconocidos autores, si son importantes, sobreviven y pasan a la celebridad”.
Entre los cargos que llegó a ocupar fue la de director de Radio Universidad; secretario general del Consejo Nacional de Cultura y Recreación para los Trabajadores; director general de Medios Audiovisuales de la SEP; subdirector de publicaciones del Conacyt; director general de Televisión de la República Mexicana, de Publicaciones y Medios de la SEP y de la Compañía Nacional de Ópera del INBA, entre otros. Lizalde, que con El tigre en la casa obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia 1970, comenzó a publicar en 1956 con La tierra de Caín, a la que le siguieron La mala hora, Odesa y Cananea, La cámara, Luis Buñuel. Odisea del demoledor y Cada cosa es Babel: poema, entre otros.
Durante el homenaje “Eduardo Lizalde: el tigre en casa”, efectuado por la Biblioteca de México en 2018, en ocasión de sus 90 años, el bardo declaró: “la poesía la leen los poetas (…) el destino de la poesía es ser leída por gente capacitada para leerla; es un instrumento que presenta ciertas dificultades, es producto del manejo de elementos de mucha complejidad y abstracción”.

Más adelante, sobre su propia obra dijo: “he escrito prosa, pero nunca tuvieron mis trabajos prosísticos la aceptación que, por fortuna y suerte, tuvieron mis versos. A veces, en alguna lectura, en alguna biblioteca o en un homenaje latinoamericano, en Colombia, Panamá o Chile, me encuentro con lectores que se saben mi memoria mis poemas de la juventud. Esas cosas ocurren (…) no me puedo quejar de que hayan sido relativamente pocos los lectores de mi obra; creo que son bastantes y soy afortunado por haber producido esta obra”.

Poema: Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses... De: El tigre en la casa
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.
Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho, se desplome.
Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.
Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.
Que tanto y tanto, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.
Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.
Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.